Del laboratorio a la pasarela: la biotecnología impone la moda

Mientras me desplazaba por el feed de mi Facebook, me encontré con una publicación que hablaba del  problema de la fast fashion. Vi que presentaba imágenes de algunos países de Asia, como Bangladesh, y criticaba las lamentables consecuencias que la industria textil ha ocasionado al medio ambiente. Además de esto, tenía nombres e imágenes de las marcas que fabricaban sus productos en estos lugares; no podrán imaginarse mi reproche mientras leía y veía las imágenes, al mismo tiempo que usaba un vestido que compré en Forever 21. El pensamiento que continuó no fue arrojar el vestido a la basura, ¡claro que no!, no quiero empeorar la situación; así que pensé en investigar y buscar soluciones acerca de las medidas que ha tomado la industria de la moda frente a este problema, pero para esto debía conocer mejor los sucesos, y allí fue donde más me asusté. 

Volviendo a la ropa de producción masiva, en su proceso de producción y distribución, este sector se caracteriza por el intenso uso de productos químicos que contaminan el agua, afectando así el ecosistema del lugar; también derrochan grandes cantidades de agua y otros recursos naturales, generan envases y empaques en exceso, dando como resultado un alto impacto ambiental. De hecho, el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) señaló que es responsable del 20 % del desperdicio total de agua, del 10 % de emisiones globales de carbono y produce el 8% de los gases de efecto invernadero, al emplear recursos naturales en el cultivo de las materias primas, procesamiento, fabricación y transporte de la ropa. Se estima que al año se fabrican 150.000 millones de prendas, esto es como si 27 millones de elefantes africanos de ropa salieran de las diferentes fábricas a cubrir las tiendas. 

Con esto vemos necesario encontrar una solución a este problema que nos compete a todos y, aunque sabemos que por encima están las decisiones de todo un sistema y las diferentes industrias que le incumben, podemos darnos cuenta de que muchas empresas reconocen la importancia de que sus productos sean amigables con el medio ambiente y, a partir de allí, se empiezan a encaminar por la moda sostenible a través de la ciencia y tecnología.

La nueva tendencia de moda: cuidar el medio ambiente 

Como una de las soluciones al problema de la contaminación a causa de la industria textil viene la ropa ecológica, la cual está elaborada con materia prima como el algodón orgánico, bambú, seda, yute, cáñamo, tencel, lino y otros materiales que provienen de la agricultura biológica; en su elaboración se disminuye el uso de químicos agresivos o perjudiciales y pesticidas, esto con el fin de proteger el medio ambiente. Además, estas telas orgánicas o la materia prima con la que elaboran el producto eco-sostenible son beneficiosas para la salud del consumidor, ya que están libres de residuos químicos, siendo su tacto suave y natural, dejando de lado las alergias o incomodidades al momento de usar la prenda. 

De esta forma, muchas empresas se unen al uso de técnicas ecológicas para producir tejidos afables con el planeta, minimizando su impacto ambiental. Esto permite que usuarios interesados en ofertas más sostenibles tomen acción frente al problema de la contaminación por parte de esta industria. 

Sé un consumidor consciente y recuerda, al momento de adquirir una prenda, que esté realizada con telas ecológicas o certificada en su etiqueta. / ALUNA

La biotecnología viste a la moda

Debido a esta alternativa en moda el planeta puede tomarse un respiro, y esto es posible gracias a los avances en ciencia y tecnología que contribuyen en la industria textil poniendo en práctica sus teorías. Últimamente, en la producción de prendas se ha vinculado un término que resulta ser muy importante, este es la biotecnología; de hecho, se habla de una revolución biológica en la industria de la moda para alcanzar técnicas que cambien la forma en la que hacemos ropa y, bueno, ¡eso ya es una realidad!

Según el Convenio sobre la Diversidad Biológica, en 1992, la biotecnología es definida como toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos para la creación o modificación de productos o procesos. De manera que, en el sector textil se aplica para la creación de nuevos materiales fácilmente degradables, que consuman menos energía y generen menos desechos durante su producción. Por sus aplicaciones en esta industria se conoce como biotecnología blanca o industrial, ya que tiende a consumir menos recursos que los procesos tradicionales utilizados para producir bienes industriales. 

Anteriormente he mencionado dos materiales, el lino y el algodón, que son trabajados desde la semilla, es decir, son modificados genéticamente para que puedan soportar afectaciones por el clima, plagas y escasez de agua; teniendo así, un material resistente y que no necesita de sustancias químicas tóxicas, como los pesticidas, para su producción. 

Así como la biotecnología abre camino para que materiales, que son conocidos en la producción de textiles, puedan ser sustentables a favor del medio ambiente; esta misma nos sorprende con sus innovaciones en esta industria y nos lleva a imaginar un mañana usando ropa elaborada con materia prima que, así como asombra, también contribuye al cuidado de nuestro planeta. 

La biotecnología: protagonista de las futuras pasarelas 

Es fácil reconocer una prenda que ha sido elaborada con algodón, ¿pero alguna vez ha pensado que la ropa puede estar hecha de algas marinas? Debido a los avances en biotecnología, se ha encontrado que las algas marinas resultan ser apropiadas para la fabricación  de fibras y tintes. Así lo demostró una empresa alemana-israelí, Algalife, quien con este material y un sistema de circuito cerrado con cero desperdicios, logra producir fibras y tintes con luz solar y agua. 

Así mismo, la biotecnología ha permitido la creación de una tela cultivada a partir de micelios, las raíces de los hongos, los cuales crecen en discos que luego se unen para crear ropa personalizada y sin costuras. Esta prenda reduce desechos y resulta sorprendente porque omite procesos como hilar, tejer, cortar y coser dentro de su producción; además, reduce el uso de agua, tierras de cultivo y transporte. Esta tecnología ha sido desarrollada por Hoitink, quien asegura que la prenda funciona de una manera tan ecológica que, al momento de desecharla, solo tienes que enterrarla en el suelo y se descompondrá. 

Por otro lado, el equipo de la reconocida diseñadora y fundadora de Faber Futures, Natsai Chieza, junto a Ginkgo Bioworks descubrió un microbio productor de pigmento que puede usarse como tinte para ropa. Esta innovadora técnica no solo deja un hermoso efecto de teñido en la tela, sino que también, elimina los químicos dañinos y contribuye al cuidado del medio ambiente, debido a que utiliza 500 veces menos agua que las técnicas estándar de teñido. Esta firma del Reino Unido continúa desarrollando el método de teñido alternativo a través de la fermentación, usando bacterias como Streptomyces coelicolor, para cambiar las prácticas convencionales en la industria de la moda. 

Ciertamente, en Colombia también gozamos de empresas con una filosofía del diseño y tendencia de la sostenibilidad, las cuales están dispuestas a tomar acción frente a las duras consecuencias que la industria textil ha ocasionado al medio ambiente; aunque aún no son muy notorias las que trabajan con biotecnología. En Bucaramanga, encontramos un proyecto denominado Bulata, que funciona con materias primas como botellas PET y residuos textiles, trayendo a sus clientes una alternativa ecológica en moda y aportando al cambio con el propósito de beneficiar el planeta. 

Detrás de todos los avances internacionales mencionados debemos reconocer la importancia de los profesionales en biotecnología y su prometedor futuro en las diferentes industrias que requieren de sus conocimientos y prácticas. En Colombia, se puede estudiar biotecnología en la Universidad Nacional, Universidad Antonio Nariño, Universidad de Medellín, Universidad EIA, entre otras. También se encuentran diferentes especializaciones para los ya graduados que los pueden formar en esta área del conocimiento.

Debido a la biotecnología, el ciclo de vida de las prendas es más amigable con el planeta. / ALUNA

¿Qué tan sostenible es realmente la biotecnología?

La biotecnología se asoma como una solución adecuada al problema de la contaminación en la industria textil, pero debemos considerar sus consecuencias negativas en el medio ambiente. Por ejemplo, al modificar genéticamente ciertos cultivos, el polen producido en estos puede difundirse a otros que se encuentran cerca y que no han sido modificados, causando que ciertas características, como la de resistencia a pesticidas, se repliquen en ellos, lo cual podría dar lugar al desarrollo de una maleza más agresiva provocando un trastorno en el equilibrio del ecosistema. Además, hay que contemplar la disminución de la mano de obra empleada por efectos de la mecanización, lo cual genera desempleo. Así mismo, las consecuencias de sus aplicaciones no han sido descubiertas por completo, de modo que hay muchas incógnitas de los procesos que esta realiza y si son o no beneficiosos a largo plazo para el planeta.

Si bien debemos reconocer que estos productos no están ampliamente disponibles y asequibles, sí logramos divisar el alcance de la biofabricación en la industria de la moda y, un futuro para esta en el sector textil; quien tiene el gran reto de transformar los procesos biotecnológicos prototipo en producción a escala industrial, esto con tal de llegar a un público más amplio y que el impacto positivo en el medio ambiente sea cada vez mayor.

Aunque se perciba como algo lejano y, aun cuando la biotecnología nos aporta cosas buenas y dudosas, hay que reconocer que se presenta como una de las soluciones ante el problema que ha afectado a esta industria desde hace tiempo. Quizás, en un futuro podremos usar prendas realizadas con algas marinas o teñidas por microbios vivos. Y es que la biotecnología promete contribuir con el futuro de la moda sostenible. 


Autora del artículo: Laura Nataly Bustos Rojas

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