¿Vivir sosteniblemente? La apuesta ambiental de un hotel santandereano ubicado entre montañas

Así fue como se puso sabroso el almuerzo. Escuchábamos de mi prima, casi vociferante, manifestar con convicción. “Sin duda alguna, Colombia es un paraíso en la Tierra. Fauna, flora, gastronomía y buenas personas se mezclan en un sinfín de cultura que enriquece la perspectiva de vida por parte de cada individuo”. Sí esa era Daniela profesional en turismo y dueña de un tono de seguridad inusual, de aquellos que mis oídos nunca habían escuchado.

Antes de eso, el comedor familiar decía mil palabras sin necesidad de vocalizar ninguna. ¡Irónico! Al escucharla, simplemente la observaron en silencio y con pequeñas miradas de lado a lado mostraron un profundo desacuerdo respecto a ese pensamiento. Yo no entendía en donde estaban las diferencias… ¿sería por el “tonito”, o por las palabras tan extrañas que usaba para expresarse?

“¡Yo creo que Dani tiene razón!” manifesté con el mismo tono que tanta curiosidad me transmitía y sonriendo con picardía, mientras apoyaba los cubiertos en la mesa.

Ella, asombrada tal vez por el sencillo, pero a su vez significativo hecho de que, por primera vez, alguien la apoyaba; respondió: 

—Cami, ¡es que el turismo es un pilar del país! Así no lo crean, esta es una de las actividades económicas con más relevancia, debido a su participación directa en los mercados, la influencia que posee sobre la calidad de vida de las comunidades, la sostenibilidad de los destinos visitados y la protección de los recursos.
—Dani, has “dado pie” a una pregunta que debo hacer ya: ¿cómo se podría fomentar el turismo sostenible en Colombia sin hacer daño ambiental?
—¡¡¡Por fin!!! Alguien en esta casa que va más allá, primis— dijo ella en confianza plena —en primer lugar, capacitando a los dueños de los hoteles en cómo proteger el planeta. Se puede hacer en la generación de energía no eléctrica o la reutilización del agua. Asimismo, enseñando a los turistas la importancia de cuidar la naturaleza, pues ella es quien nos deslumbra con tanta belleza y bondades que nos permiten seguir habitando el planeta-

¡Increíble!, pensé. En realidad estaba orgullosa de mi prima, su conocimiento y amor por los cambios y avances que puede lograr el turismo en el territorio nacional; pero, ¡no solo eso me sorprendía! Aquella tarde descubrí que el ser humano podría vivir sosteniblemente y en plenitud si aprovechara de forma correcta, responsable y eficaz los recursos que ofrece el medio ambiente. 

—Dani, ¿aquí en Santander existe algún proyecto de sostenibilidad turística?— le pregunté llena de esperanza.
—Primita, de hecho, hace unos días mi mejor amiga me comentó acerca del Hotel Ecoturístico Villa Lucy que visitó en Curití, Santander. Dijo que las vistas a las montañas, los jardines y la comida fue lo que más le gustó; no obstante, después dejó claro que no era un albergue normal.
—¿Albergue normal?— cuestioné.
—¡Sí! En esencia, y en alusión a su nombre, es un hotel que combina el turismo con el cuidado ecológico y su promoción (conciencia) a la sociedad.
—Daniela, ¿dónde puedo indagar más sobre este tema?” interrumpió la tía Betty, mientras atacaba un pollo con hambre voraz.
—Má, ¡en ALUNA encontrarás todas las respuestas a tus dudas! ¿Verdad, Cami?” Con complicidad guiñó su ojo derecho a la par que emitía una pequeña carcajada.
—Ja, ja, ja… Tú sí sabes prima, tú sí sabes.

La bendición que puede convertirse en una condena en Colombia

Colombia… Mi Colombia querida; bendecida por la naturaleza (ubicación estratégica) y condenada por el inadecuado manejo de los recursos (corrupción) y por comportamientos inadecuados de toda la sociedad. Querido lector, ?sabía usted que nuestro país tiene una extensión de 58.633.631 de hectáreas en bosques tropicales, dos océanos (Pacífico y Atlántico), el 50 % de los páramos del mundo que llevan más del 70 % del agua a los hogares y tres cordilleras (Central, Occidental y Oriental)? ( Fuentes: En Colombia y Ministerio de Ambiente).

Con la bendición clara, vamos a la condena. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) en 2017, el 60 % del agua que proviene de las llaves o grifos no es óptima en potabilización, ya que existe insuficiencia en la cobertura de los sistemas de tratamiento de las aguas residuales, prácticas ilegales como la minería, contaminación en los ríos y falta de conciencia en la ciudadanía. 

Así, 391 municipios del país están expuestos al riesgo de escasez de agua, según los estudios realizados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (2020). Finalizando, en 2021 el MADS dio a conocer que 352 municipios (Huila, Nariño, Bolívar, Chocó, entre otros) no consumen agua en óptimas condiciones de potabilización. 

Por otro lado, en cuanto a la cobertura de acueducto y alcantarillado, el tratamiento de las aguas residuales solo cubre el 40 % del país. Lo anterior, según Mary Luz Mejía de Pumarejo, presidenta ejecutiva de ACODAL (Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental) con más de treinta años de experiencia en el sector del agua potable y el saneamiento básico. 

Continuando, pero desde otro aspecto relacionado con el ambiente, para nadie es un secreto que la energía ha sido fundamental para el desarrollo del mundo que hoy conocemos. Con esto, el Índice de Cobertura de Energía Eléctrica (ICEE), en 2015, reportó que el 96,9 % de la población tiene acceso a la energía eléctrica en sus hogares. 

Y, como dice el dicho: “Por si las dudas”, el 70 % de dicha energía proviene de fuentes hídricas (agua); pero, ¿de dónde se obtiene el otro 30 %? ¡De recursos fósiles como el carbón, el gas licuado de petróleo y el natural, etc.! ¡Qué tal! (Fuente: Bancolombia). 

Ahora bien, respetado alunático, ¿qué pasaría si los colombianos fuéramos más conscientes de la riqueza que tenemos y por ejemplo, generáramos nuestras propia energía o cuidáramos del recurso agua con el que contamos? Lo invito a continuar la lectura —daré respuesta a la incógnita planteada—.

Turismo + ecología = Villa Lucy

Prosiguiendo con el Hotel Ecoturístico Villa Lucy, este fue fundado por el ingeniero electricista y bachiller en el Instituto Tecnológico Santandereano Dámaso Zapata de Bucaramanga, Hernando Quintero Corredor. 

Con su experiencia y tras vivir un tiempo en lugares como Charalá, Curití y San Gil, se enamoró de la naturaleza. ¿Cómo no hacerlo? Esto recordó en exclusiva para ALUNA: “Inicialmente compramos una finca en el 2010, a nivel familiar, pensando en algo de recreación. Ya después, durante el desarrollo, vimos que la zona era muy turística (Curití) porque está prácticamente a diez minutos de San Gil y tiene muchas atracciones naturales”. 

Así, descubrió poco a poco las problemáticas a las que se enfrenta la población de las zonas rurales en Colombia: no hay acceso al saneamiento básico ni servicios como el agua, la luz y el gas. Por ende, al notar que, por ejemplo, en época de invierno se iba la luz por ocho o quince días, pensó en no depender más de lo que otros ofrecían, sino en crear formas sostenibles de vivir. “De ahí, nace la idea de crear un negocio desde el punto de vista turístico y, sobre todo, en pro del medio ambiente”, confesó Hernando.

Fachada / Hotel Ecoturístico Villa Lucy

Pero, concretamente, ¿cómo ha cambiado positivamente el territorio con dicho proyecto? A continuación, conocerá los servicios que ofrece el Hotel Ecoturístico Villa Lucy y sus beneficios ambientales.

/ ALUNA

Calentadores de agua solar: 

Son mangueras enrolladas en espiral que se colocan en techos donde, durante todo el día, les da la luz del sol. De este modo, el plástico de la manguera se calienta y, a medida que pasa el agua, se adquieren temperaturas hasta de 60°; no se necesita ningún combustible fósil (ni leña, ni gas, ni energía eléctrica). Exclusivamente, la radiación del sol.

Sanitario ecológico:

Esta idea surgió de la siguiente problemática identificada por el protagonista de hoy: “Prácticamente hay 3 mil millones de personas en el mundo que no tienen acceso al saneamiento básico; que no tienen sanitario”. Es así como él, junto a su hermano, investigaron sobre los sanitarios ecológicos que se estaban llevando a cabo en México y descubrieron que estos no consumen agua ni se necesita de alcantarillado o plantas de tratamiento residuales. 

“Nosotros construimos la taza con fibra de vidrio que en la parte de adelante lleva un compartimiento para la orina (cae en pimpinas) y los sólidos caen en unas cabinas (canastillas plásticas). Entonces, al final todo se convierte en abono”, agregó Hernando. 

Añadido a esto, en la parte más alta de la finca hay unas cabinas de compostaje en las cuales se disponen los residuos orgánicos como las cáscaras de las frutas (los líquidos que se pueden desprender van directamente a unas pimpinas donde se recogen). También, al mes o mes y medio de haberse degradado (la materia orgánica), se agrega la lombriz roja californiana al proceso, quien se encarga de comerse los residuos y producir material orgánico apto para los cultivos.

El resultado final es utilizado en el jardín del hotel, en el vivero y se vende por kilo a los turistas. 

Yo no lo podía creer. Lo que podría pensarse que eran residuos olorosos y no muy refinados, terminaron siendo alternativa ambiental y económica tanto para el hotel como para sus visitantes.

Bicicleta = Energía: 

Siguiendo, al llegar a las instalaciones del hotel, las personas encontrarán una bicicleta que, a primera vista no se distingue mucho de las normales, pero que efectivamente tiene “el poder” de iluminar la vida de muchas familias que carecen de este indispensable servicio.

Ya que la idea era aplicar la economía circular para no generar basura electrónica, nuestro héroe sin capa construyó una bicicleta que tiene dos funciones vitales: en primer lugar, y aunque se lea demasiado obvio, generar energía cada vez que una persona la usa; pero, ¿cómo funciona exactamente? Dejaré que Hernando responda: “Para generar energía, nosotros le colocamos el generador de un carro (se lo acoplamos a la bicicleta) y pedaleamos”. En segunda instancia, al generarse la energía, se va cargando una batería que prende bombillos LEDs hechos con botellas plásticas para que la comunidad pueda usarlos y se encienden licuadoras. La cara de los visitantes es de asombro al ver cómo cada pedalazo permite preparar un jugo delicioso o iluminar una noche romántica.

Bicicleta. /Hotel Ecoturístico Villa Lucy

Estufa solar:

Al notar las altas temperaturas que hay en algunas épocas dentro del territorio santandereano, Hernando se preguntó: “¿por qué no usar la radiación del sol para cocinar los alimentos?”; ¡y pensado y hecho! 

La estufa es producto del realismo mágico propio de todos nosotros. Se trata de un hecho de cartón (de aquellos a los que recurren las empresas para separar los vidrios durante viajes). En el hotel, se reutilizaron esos cartones para hacer un embudo (forma de cono), el paso siguiente fue recubrirlo con pedazos de espejos y como resultado, una estructura sencilla para capturar energía y transferir calor. 

“Entonces, cualquier rayo de sol que choque con el espejo y con la forma de embudo, se direcciona hacia la olla y así se produce un mayor rendimiento y aprovechamiento de la temperatura. Por ende, se hacen alimentos muy naturales, muy saludables; usted obtiene el plato de caldito del zumo de los alimentos, o sea, es como si usted cocinara el pollo en un sancocho, pero sin echarle agua… y, de todas formas, le sale el platico de caldo que es un zumo delicioso (el de la carne, la verdura; de todos los alimentos)”, explicó Hernando con un tono entusiasta y saboreándose no sólo en la boca sino también en su espíritu creador.

¡Lo sorprendente no termina aquí! Esta estufa no necesita de leña, ni de gas o de paneles solares, pues “captura” la energía del sol desde las siete de la mañana. ¿No le parece un gran ahorro de dinero y de energía? Yo bromeé diciendo que necesitaban sombrillas en caso de que lloviera.

Estufa solar. / Hotel Ecoturístico Villa Lucy

Respetado lector, estos fueron algunos de los servicios que ofrece el hotel. Sin embargo, hay otros que adquieren la misma relevancia ambiental y turística como los paneles solares y el machín machón.

¿Y el futuro?

Hoy en día, este hotel que sin pretensiones se alza sobre las montañas, atiende visitas técnicas de estudiantes de primaria, bachillerato, universidades y empresas que se interesan por conocer más sus proyectos y procesos de sostenibilidad; ¿por qué? Porque uno de sus objetivos es mostrarle a la gente lo sencillo que es utilizar la energía del sol y otras fuentes de energía en pro de nuestras necesidades y de la Tierra. 

A pesar de ubicarse, según Hernando, en zona minera con un terreno complejo, el Hotel Ecoturístico Villa Lucy ha empezado a trabajar en la seguridad alimentaria con huertas en la finca; allí, producen los desayunos de los turistas de forma totalmente orgánica. “Ese es un menester de la gente; no hay derecho de que un país tan rico naturalmente dependa de otros países para sobrevivir y llegar a tal punto de que las personas mueran por hambre”, Hernando Quintero, fundador.

De: El héroe sin capa de esta historia @construyendo futuro.com

Para: Los jóvenes de Colombia @soñandoelplaneta.com

Asunto: Si se quiere, se puede. Esa es la cuestión

La clave está en analizar cómo se puede usar lo que se desecha en pro de la humanidad (específicamente de quienes no tienen acceso a luz, agua, alimentos, sanitarios, etc.); sin dejar a un lado la naturaleza.  

Hernando concluyó la entrevista con este comentario: “A quienes van a nuestro hotel (visitas de estudiantes) les decimos que hay que aprovechar las energías de la zona (la favorabilidad). Si yo estoy en un clima donde hace mucho calor, ahí vale la pena tener paneles, cocinas y calentadores de agua solar (todo lo que tenga que ver con la utilización directa del sol y otras energías renovables)”. 

Bueno Alunáticos, casi que pedaleando hemos llegado al final del artículo de hoy, pero —nuevamente— estoy segura de que el camino es largo para el Hotel Ecoturístico Villa Lucy. ¡Gracias por habernos leído con tanta energía!


Entrevistado: Hernando Quintero
Gerente Hotel Ecoturístico Villa Lucy
Escrito por: Camila Andrea Álvarez (Semillero ALUNA)

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