¿Cuáles son los lugares más hermosos del mundo? Querido lector, para contar esta historia hemos de transportarnos a uno de ellos y que con solo mirarlo se queda tanto en la mente como en el corazón. Al menos eso sucede conmigo. ¿Conoce usted a Santander?, departamento de Colombia. Pues es allí desde donde me inspiro para contar esta historia.
Imagínese una escena en la que yo iba saliendo contenta desde mi casa en Floridablanca (Santander) hacia al parque principal, pues quería una de esas famosas obleas de por allí, llenas de arequipe o mora, ¡lo sé, probablemente se le antojó también! Pues, vea usted que al caminar, el panorama que contemplaba cambió radicalmente cuando sentí un olor distinto, algo peculiar, aunque eso sí, nada dulce como lo que salí a buscar. Era el olor de las basuras regadas por las calles de mi ciudad, pues resulta que desde el 13 de agosto de 2021 habían cerrado el lugar de destino de las basuras del área metropolitana a la que corresponde mi ciudad, llamado El Carrasco.
La situación fue declarada calamidad pública después de que pasaran los días y no se solucionara el problema de a dónde llevar las basuras. Comprenderá usted, querido lector, que no se trata de algo simple, pues en medio de una pandemia, llegar a una acumulación de 1.400 toneladas de basuras (Según Caracol Radio) que permanecían en las calles y hogares de los ciudadanos, confiere a una crisis sanitaria peligrosa, que se pudo haber prevenido.
¿Cómo pudimos haber prevenido esto, si nunca dejamos de generar residuos? Pensemos en que el problema nunca han sido las basuras, sino nuestras acciones entorno a lo que a ellas se refiere. ¡Así es!, en este momento vamos a escribir un final diferente para esta historia y la de esta ciudad (y muchas más que quieran replicar soluciones como las que vamos a presentar), si desea un final feliz, le invito a quedarse para que lo descubramos juntos.
¿Magia? No, ¡es Ciencia!
¿Cómo podemos desde la ciudad y nuestros hogares aprovechar los residuos que generamos?, en ALUNA nos apasiona presentar ideas innovadoras que brinden alternativas a problemas como los que vivimos hoy en Santander. Por esto, es importante mencionar que debemos tratar bien nuestros residuos para que no contaminen el medio ambiente y no tengamos que sufrir las crisis sanitarias, como la de estos últimos días.
Así que, pensemos en toda la “basura” que generamos desde nuestros hogares, ¿sabían ustedes que podemos aprovecharla y hacer algo útil con esta?, ¡así es! Nuestra basura no es del todo eso (basura), porque los residuos orgánicos que generamos pueden convertirse (un ejemplo) en compost, esto a través de procesos aerobios, que vienen siendo descomposiciones biológicas de la materia orgánica en presencia de oxígeno. Para comprender un poco más al compost, se puede describir como materia orgánica que se incorpora nuevamente al suelo y de esta manera mejora las condiciones de las plantas que allí existan. Esto es lo primero que se podría hacer con esto en nuestras casas o ciudades.
En medio de nuestras prácticas cotidianas causamos “basura” que podríamos llamar biomasa residual. Por ejemplo, cuando tomamos una papa o banano y le quitamos la cáscara, ese tipo de desechos, pueden ser aprovechados. ¿Pero cómo hacerlo? No te preocupes en ALUNA te inspiramos para que conviertas tus residuos orgánicos en fertilizantes para tus plantitas… ¡Gualá!
Lo recomendado al hacer compostaje es tener un compostador prefabricado, lo puedes conseguir en plazas donde los venden de plástico, rejilla o madera y de diferentes tamaños o, si te pones muy creativo, ¡hasta puedes hacerlo tú mismo!
Por cierto, importante para tener un buen compostaje es usar los restos de fruta y verdura, flores, plantas, cáscaras de huevo, restos de poda, tapones de corcho, papel de cocina o servilletas, cenizas, restos de café y de infusiones, paja y demás residuos que funcionen. Pero, lo que jamás debes echar al compostador son los restos de pescado, carne y huesos, estiércol de animales domésticos, revistas ilustradas, pañales, aserrín de maderas tratadas y otros materiales no orgánicos.
Con esto, el paso que sigue es dividir los desechos orgánicos en dos categorías: los materiales húmedos, que incluyen los restos de frutas, verduras, césped fresco, entre otros; y los secos como ramas, hojas secas, cartón, etc. Al tener agrupados los residuos orgánicos nos será más fácil saber cuánto de cada material podemos agregar al compostador. Los expertos dicen que el secreto de este truco de magia es agregar el doble de materiales húmedos, en comparación con los secos.
Sabiendo esto, observemos el siguiente de la Alcaldía de Bucaramanga que indica cómo hacer compostaje:
Con esto, creería que la pregunta de muchos es cómo empezar. Bueno, sugiero actos simples e igualmente significativos, como clasificar y separar los residuos orgánicos, ¡esto es lo primero que debemos hacer!; de hecho, se recomienda utilizar envases para separar los orgánicos de los no orgánicos, y los de origen animal de los de origen vegetal.
Así que, ¡ya sabes! Puedes tratar tus residuos domésticos (la basura de tu cocina o jardín), usándolos como materia orgánica para hacer compostaje. Estoy segura de que tu familiar amante de las plantas te apoyará cuando le pidas ayuda para producir tu propio abono orgánico.
Posteriormente, les dejaré un Tweet de Cempre Colombia, que es una asociación civil sin ánimo de lucro que tiene como visión contribuir al incremento de los índices de reciclaje. En este nos recuerdan cómo reciclar en nuestro país:
Cuando la química se vuelve la heroína de los campesinos
La recomendación sobre el compostaje es sólo el inicio de las posibilidades que existen ya que se podría ser más arriesgado en qué producir a partir de ellos. Esto lo plantea el Grupo de Investigación en Nuevos Materiales y Energías Alternativas (GINMEA), liderado por la docente e investigadora Angélica María Candela Soto de la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga, quien junto a otros docentes plantearon el proyecto de rutas de aprovechamiento de biomasa residual bajo el esquema de biorrefinerías. Estas son alternativas más avanzadas porque su objetivo es permitir el aprovechamiento de residuos en zonas rurales y no sólo en la elaboración de compostaje tal cual he descrito hasta ahora.
Y puede que en este momento usted se pregunte cómo es. La innovación planteada por este grupo se basa en la obtención de energía a partir de basura o materia orgánica que generan los campesinos. Entonces, ¿cómo ocurre esto? Existen los procesos químicos, como los aeróbicos que son los que aplicamos al hacer compostaje (fertilizante de origen orgánico), el cual ya sabemos hacer según lo descrito previamente. Pero también existen procesos anaeróbicos, en el que convertimos los residuos orgánicos en una biomasa para producir energía… ¡lo sé! Suena increíble, incluso gracias a la ciencia y tecnología hoy podemos decir que esto es cierto y se está aplicando.
Por esto, desde GINMEA decidieron utilizar el estiércol de cerdo y otro tipo de desechos de la industria colombiana, como por ejemplo, el mucílago de cacao y el de café, ¿por qué específicamente estos? pues son residuos que no suelen reutilizarse y sí tienden a afectar el medio ambiente. Esto sucede porque el mucílago de café lo utilizan para alimentar cerdos y no todas las fincas que hacen este proceso de café tienen suficientes animales para darles el mucílago, así que sin saber qué hacer con él, solo lo desechan, causando una contaminación ya sea en el suelo o en fuentes hídricas dependiendo de cómo y dónde lo desechen.
Siendo así, el grupo de investigación comenzó a experimentar y mezcló mucílago de café, de cacao y estiércol de cerdo; esto con el fin de descubrir cuál era la proporción correcta para producir el mejor rendimiento de biogás. En ese sentido, generalmente se trabajan con proporciones de 4 a 1 o de 3 a 1, es decir que, por cada balde de estiércol, se agregan cuatro o tres baldes de agua. Finalmente, este proyecto lo materializan en unas fincas en Santander, en donde han obtenido excelentes resultados y los campesinos han aprovechado este innovador artefacto para su beneficio.
¡La química al rescate del planeta!
Como ya pudimos ver, la ciencia y la tecnología rompen fronteras, pues tanto en el campo como en la ciudad es posible aprovechar nuestros residuos orgánicos y obtener beneficios a partir de ellos. ¡Y yo pensaba que la química que me enseñaron en el colegio no me iba a servir de mucho! A continuación, mencionaré algunos de los beneficios del aprovechamiento de residuos:
A través de procesos químicos como los aeróbicos y anaeróbicos podemos aprovechar nuestros residuos orgánicos. Además, los beneficios de esta práctica influyen en muchas áreas. Por ejemplo, al producir biogás, hablamos de generación de metano porque el biogás es una mezcla de metano y dióxido de carbono. Y usted se preguntará, ¿dónde está lo bueno en eso? Resulta que, si bien ambos son gases de efecto invernadero en su uso como combustible, estamos mitigando la liberación de ese tipo de gases a la atmósfera.
Por otro lado, si nos ponemos en el área rural, un campesino que gasta mucho dinero en sus actividades puede aprovechar el estiércol de sus animales para generar biogás y utilizarlo en su estufa. Así que, hablamos de beneficios en términos económicos para las personas de zonas rurales, quienes en muchas ocasiones se ven imposibilitados de comprar gas natural o adquirir otro servicio básico.
También, como ciudad y departamento, si culturizamos prácticas como el reciclaje y el aprovechamiento de residuos orgánicos, vamos a prevenir o mejorar condiciones como las que hoy padecemos en Santander con el exceso de basuras en nuestras calles. Nuestra mentalidad cambia completamente al entender que no todo es basura y que hay muchas cosas a las cuales podemos sacarles provecho. De paso, podríamos evitar problemas de salud pública.
Lo que no podemos ignorar…
Como no es de extrañar, toda solución tiene su complicación o dificultad, esta no es excepción. En muchas ocasiones esta solución que se ha pensado del biogás para los campesinos viene siendo una inversión demasiado grande para ellos y la cual no pueden aplicar. Así mismo, aquellos que logran conseguirlo deben mantener asesorías y estar en constante aprendizaje, puesto que el proceso anaeróbico para producir el biocombustible requiere su técnica y los que no conocen bien las pautas o no las obedecen podrían desmejorar la composición del biogás. Al final, son dificultades puntuales que, si se miran desde la óptica de lo necesario que es construir un futuro sostenible, pueden ser asimiladas.
Mientras tanto, nosotros en la ciudad debemos considerar que, aunque avancemos en un cambio colectivo y nuestras acciones sumen porque estamos aprovechando residuos, lo cierto es que aún son muchos los residuos que generamos diariamente y siguen siendo muchos los que se boten.
¿Vamos a dejar que esto se nos quede solo en conciencia?
Finalmente, y a pesar de las dificultades que presente el aprovechamiento de residuos orgánicos. La ciencia y tecnología de nuestro tiempo nos siguen brindando la ilusión de que es posible pensar en un mundo mejor. Angélica Candela, líder de GINMEA, nos recuerda que: “A veces nosotros vemos, por ejemplo, la basura como basura. Nosotros generamos residuos orgánicos, pero no nos imaginamos la riqueza que pueden llegar a tener si todos esos tipos de residuos y todas las aplicaciones se dan a nivel industrial”.
Confío en que la próxima vez que vaya por una oblea a Floridablanca, pueda caminar dichosa por las lindas calles de mi ciudad pensando que todos trabajamos de corazón por querer un mundo mejor. ¡Que cada personita desde casa hace de su basura una solución para el planeta!
Entrevistada: Angélica María Candela
Escrito por: Laura Nataly Bustos (Semillero ALUNA)
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