“¿Será que puede dejar ese celular un momento sin usar?” es algo que muchos de nosotros escuchamos por parte de los adultos con quienes vivimos. ¿Es molesto oirlo? Un poco, pero es más molesto saber que uno pierde el tiempo revisando Facebook, Instagram o Tik tok, y al final del día, no se ha hecho nada.
Pero hoy les traigo una forma para que el tiempo que invierten en el celular, no sea desperdiciado. Por eso les quiero presentar EcoApp, una aplicación creada por jóvenes caleños de la empresa Eco por el planeta, cuya función principal es digitalizar el funcionamiento del reciclaje, conectando personas, empresas y recicladores para la correcta disposición de residuos reciclables como cartón, plástico y vidrio.
En términos generales, el usuario entra en contacto con alguna de las asociaciones de reciclaje aliadas, programa la fecha de recolección y cuando la asociación va a la casa del usuario para recoger el material, se le entrega un código alfanumérico. Luego de esto el usuario digita este código en la aplicación para así recibir ecopuntos que puede intercambiar por productos en las tiendas asociadas, que son emprendimientos relacionados con el tema ecológico.
La idea de esta aplicación estuvo en la mente de Juan Moncayo, fundador de Eco por el planeta. En el 2019, Juan pensó que era buena idea crear una aplicación que incentiva al reciclaje en la ciudad de Cali, así inició con el proceso para realizar el proyecto. Durante el 2020 (año de la pandemia de la COVID-19) su grupo de trabajo aprovechó para realizar investigaciones de mercados, encuestas a las personas, buscar alianzas con las asociaciones de reciclaje y emprendimientos ecológicos. Con la llegada del 2021, empezaron con el desarrollo de la aplicación.
Hablar de desarrollo involucra diversas actividades. Iniciaron con establecer las funciones de la aplicación, luego diseñaron la interfaz (la apariencia de la aplicación que se muestra al usuario) y posteriormente llevaron a cabo la arquitectura de datos, es decir, la organización, almacenamiento e integración de los datos que se piden comparten con el usuario.
Posteriormente, se hicieron pruebas internas para verificar su funcionamiento y luego lanzaron una prueba piloto, en la cual participaron 45 usuarios en 15 barrios de Cali. Gracias a esto, han tenido realimentación para mejorar la aplicación a partir de las diferentes recomendaciones provenientes de los usuarios que participaron.
No tengamos miedo de meternos con términos más complejos explicando este emprendimiento, así que quiero agregar algunos aspectos técnicos de EcoApp. Primero, es necesario saber que EcoApp está hecha con Java, un lenguaje de programación. Por otro lado, el código lo escribieron en React Native, un esquema para desarrollar aplicaciones que se usa en Android e IOS lanzado por Facebook, Inc. Ya con el código listo, suben esa información al servicio de nube Amazon web services. De esta forma, las solicitudes que realiza el usuario llegan a la nube, conectando con la información disponible para procesar la solicitud y así responder al requerimiento del usuario.
Crear aplicaciones para celulares es una experiencia enriquecedora,, según lo manifiesta nuestro innovador que logra conectar las tecnologías de información con el interés por el planeta. No obstante, se pueden encontrar con diferentes dificultades al no saber mucho del tema, como le pasó a Juan, el protagonista de nuestra historia. Y hablando de Juan, quiero contarles un poco más sobre él, así que no se vayan y sigan con esta increíble lectura.
Eco por el planeta: la idea de algo grande
Juan Moncayo es un joven de 29 años, estudiante de Economía de la Universidad de Cali. Desde que era estudiante, empezó con ideas de emprendimiento ecológicos. Su primer negocio se llamó 3R, una tienda de upcycling o supra-reciclaje, en la cual tomaban materiales reciclados para diferentes productos.
Más adelante, con su grupo de trabajo, decidieron poner diferentes puntos de recolección en toda la ciudad para captar residuos reciclables. Haciendo esto se dieron cuenta que era demasiado material, tanto que no les era posible manejarlo todo, así que buscaron otras alternativas de negocios a partir de todo ese material que habían recolectado y la posibilidad de obtener mucho más.
Primero pensaron en importar ecobots, máquinas que se ubican en diferentes puntos de las ciudades, en las cuales las personas depositan sus botellas plásticas a cambio de cupones en restaurantes, tiendas o marcas asociadas. Parecía una buena idea, puesto que el proyecto se había implementado en otros países como en Alemania. No obstante, antes de que ellos ejecutaran su plan, en Cali ya habían lanzado las primeras ecobots.
Entonces decidieron buscar otras ideas, y así crear un proyecto que contribuyera a mejorar la disposición de los materiales reciclables. Según lo que nos comentaba Juan, en Cali se tiene una gran cantidad de asociaciones de reciclaje, pero estas no tenían acceso directo con los usuarios que reciclan. Además, las personas no separan bien residuos, complicando la manipulación de estos y, por lo tanto, el reciclaje mismo.
Así fue que nació la idea de EcoApp, que conecta a los recicladores con los ciudadanos.
Pero, como les comentaba, hubo un sin fin de complicaciones. Primero, el hecho de que Juan no está formado como programador, por lo que tuvo que buscar apoyo en tres ingenieros de sistemas y empezar un proceso de aprendizajes sobre los temas de programación. Al principio era muy complicado, pero con el tiempo Juan se fue familiarizando con el tema, y se dio cuenta que era un proceso de dedicación y disciplina.
Aunque los ingenieros tenían los conocimientos bases sobre la materia, la programación es un campo bastante amplio, por lo que no siempre se la pueden saber todas, y el desarrollo de la aplicación también representó un proceso de aprendizaje.
“Nosotros estamos trabajando en la nube, entonces eso nos dificulta un poquito porque tocaba aprender cómo conectar toda esa información de bloques de información en la nube con nuestra aplicación, pero también es un proceso de aprendizaje interesante” fue una de las tantas experiencias que nos comentó,entre risas, nuestro protagonista.
Además, también se han cometido uno que otro error, que retrasaron el lanzamiento de la aplicación: “La dificultad que tuvimos fue más bien un error de nosotros, porque a los computadores donde teníamos nuestra información se les metió un virus y se nos borró casi toda la información que llevábamos…nos tocó empezar casi de cero” ¡Qué frustrante! En ese momento Juan y su equipo no supieron qué sentir, y lo peor era saber que los culpables habían sido ellos mismos.
Pero claro que no se desanimaron. Juan sabía que venían cosas buenas con el desarrollo de la aplicación. Así que, a pesar de haberse retrasado el lanzamiento de la aplicación, lograron circular a EcoApp a través de un archivo apk (un archivo ejecutable) para que los usuarios del piloto la usarán; después, piensan tenerla disponible en las diferentes tiendas de aplicaciones: App Store y Play Store.
Con respecto al financiamiento, Juan y su equipo reciben un porcentaje por la comercialización del material y también obtienen dinero a través del patrocinio por sus programas de comunicación y cultura ciudadana, los cuales realizan con algunas empresas.
¿Por qué no rendirse al ver que les tocaba iniciar todo otra vez? De seguro es lo que la mayoría de ustedes estará pensando. La respuesta es muy simple: hay un problema muy grande, que es la generación de residuos y la incorrecta disposición de estos. Junto a esta realidad, un corazón dispuesto a hacer algo valiente por el medio ambiente.
Repitan conmigo: No es basura
La problemática de los residuos es bastante común y en algunos casos puede parecer un cliché, pero es necesario abordarla para que entendamos el impacto ambiental. Hablemos con cifras: de acuerdo con el informe de la empresa Verisk Maplecroft (una empresa de consultoría sobre riesgos), se generan 2.100 millones de toneladas de desechos cada año, y solo el 16% de estos materiales se reciclan.
Estados Unidos es uno de los países que más generan residuos, después le siguen Canadá y Países Bajos. Pero eso no significa que Colombia esté exenta de la situación.
El Departamento Nacional de Planeación (DNP) afirma que en Colombia se generan anualmente 11,6 millones de toneladas de residuos. Si queremos poner las cifras en algo concreto, sería algo así como 725.000 camiones basura. Aunque el problema inicia con la generación de estos residuos, el mismo empeora con el destino que se les da, porque solo el 17% de estos son reciclados.
Pero estas cifras tan inmensas son solo la punta del iceberg, porque no reciclar tiene un gran impacto ambiental en nuestro planeta. La primera consecuencia es que los rellenos sanitarios colapsan con tanta basura, como consecuencia, empiezan a escasear los lugares en donde se disponen las basuras. Como resultado de esto, es posible que las bolsas de residuos terminen en las calles de las ciudades, generando enfermedades y malos olores. Además, la acumulación de residuos en espacios abiertos provocan gases de efecto invernadero.
Por otro lado, también está el gran consumo de recursos, como agua y energía, para fabricar nuevos productos para nuestro uso diario, puesto que los materiales que se pueden usar para crear nuevos productos (cartón, plástico o papel) terminan en los rellenos sanitarios, sin que tengan la oportunidad de ser aprovechados.
Viendo todo este panorama, es clara la razón por la cual se hace necesario de iniciativas como EcoApp, que ayudan a la gestión del reciclaje en la ciudad. No obstante, también es necesario que nosotros hagamos nuestro aporte desde las ciudades en las que vivimos, por eso te queremos mostrar el código de colores para separar los residuos.
Adicionalmente, desde ALUNA también queremos que dejes volar tu imaginación, y te permitas la posibilidad de tener nuevas propuestas para incentivar el reciclaje en tu comunidad. Recuerda: toda idea es un gran aporte, aunque sea muy pequeña.
Si quieres contarnos tu idea, puedes escribirnos a nuestras redes sociales.
Entrevistado: Juan Moncayo
Creador de Eco por el planeta
Escrito por: María Lucía Sarmiento Rojas
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