Naturaleza al rescate del planeta: Con Petrogen, el reino vegetal ayuda a limpiar derrames de hidrocarburos

¡Ay qué rabia! Limpiar es una tarea muy agotadora y a veces no agradecida. Cuando ya se tiene todo impecable, algo aparece y en menos de un segundo ya está todo sucio de nuevo. Pero hay momentos en los que higienizar se vuelve indispensable, a pesar de que sea una labor muy ardua, y casi imposible de lograr. Una de las situaciones a las que me refiero es cuando ocurren los derrames de hidrocarburos en los suelos o, casi que peor, en los diferentes cuerpos de agua. Esta realidad está fuera de nuestras casas, quizás muy lejos, pero nos afecta de manera grave.

En estos casos nos imaginamos una espesa capa negra esparciéndose por la superficie de las aguas cristalinas, y de inmediato nuestra mente se bloquea en busca de una forma de remediar el escenario, porque, ¿cómo podemos limpiar ese desastre?, ¿será que poner muchas toallas es la mejor solución? Obviamente se han desarrollado diferentes métodos para arreglar esta situación en diferentes partes del mundo. Hoy vengo a hablarles de una de estas soluciones 100% colombiana. No obstante, primero es necesario que ustedes, queridos alunáticos y alunáticas, conozcan la dimensión que tienen los derrames de petróleo sobre los cuerpos de agua.

Un ecocidio con grandes consecuencias

El 2 de marzo del 2018 ocurrió algo que dejaría una gran cicatriz en uno de los ecosistemas de Santander. Aquel día, a las 12:10 p.m, apareció un afloramiento de agua, crudo y gas a 230 metros del pozo Lisama 158 en el corregimiento de La Fortuna, Barrancabermeja. Esto solo sería el inicio de algo muy grave, porque se habían derramado 24.000 barriles de crudo en la quebrada La Lisama.

Los medios de comunicación reportaban como la sustancia se esparcía hasta la quebrada Caño Muerto y llegaba a río Sogamoso, ocasionando la muerte de 2.400 especies de animales (entre ellos peces, ganado, aves y reptiles), 1.000 árboles afectados y la reubicación de 70 personas que vivían en el sector, de las cuales algunas tuvieron que ser atendidas por mareos, dolores de cabeza y vómitos ocasionados por el derrame.

La empresa Ecopetrol (responsable de esta situación) llevó a cabo procedimientos de succión del crudo, que se vieron obstaculizados por las fuertes lluvias que se presentaron por esa época. La situación se fue agravando a medida que los días pasaban, así que fue necesario que trajeran desde Estados Unidos a Snubbing Unit, un equipo de alta tecnología que se usó para sellar el pozo Lisama 158.

Este tipo de situaciones se repiten frecuentemente en todo el planeta. Lo que sucedió en Lisama fue de pequeñas dimensiones si lo comparamos con otros desastres ocasionados por el derramamiento de crudo, porque, claro, han habido calamidades de este tipo que han provocado dolor a la tierra y afectado la vida tanto de personas como de animales. 

Por solo ponerles un ejemplo, el 20 de abril del 2010 la plataforma de extracción de petróleo Deepwater horizon explotó, provocando que el pozo petrolífero Macondo derramara 4,9 millones de barriles de crudo en la costa de Louisiana, en Estados Unidos. Durante 87 días, pelícanos, tortugas, delfines, ballenas y otras especies marinas se vieron sumamente afectadas. Para poner este desastre en cifras, la ONG Oceana, reportó que murieron 170.000 tortugas, 800.000 aves y más de 8 millones de ostras.

Estas situaciones pueden suceder por diversas situaciones: accidentes, errores humanos, fallos en los equipos o ataques a los oleoductos, como ha sucedido en Colombia y que son provocados por grupos guerrilleros. De esta forma, hay ocasiones en las que el derrame de crudos se puede prevenir y otras en las que no, sin embargo, no se puede negar que es un problema ambiental, siempre de proporciones inmensas y que tiene consecuencias irreversibles en los ecosistemas.

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¿Por qué afirmo esto con tanta seguridad? En primer lugar, está la muerte de la fauna, puesto que estos derrames contienen compuestos muy tóxicos, ocasionando, en muchas ocasiones, la muerte de los animales que viven en los ecosistemas (como lo que sucedió con la explosión de Deepwater horizon o en la Lisama). Por otro lado, el vertimiento de crudo, cuando se hace sobre mares, crea una película sobre la superficie marina que impide la entrada de la luz en el agua, lo que afecta a las algas marinas ya que no pueden realizar la fotosíntesis. Esto genera afectaciones en todo el ciclo alimenticio de los animales que viven allí.

Con toda esta explicación, es más que claro la necesidad de hacer algo frente a los derramamientos de crudo. Lo esperado es que las empresas que realizan estas actividades de extracción sean más precavidas, no obstante, también es importante buscar soluciones para tratar de remediar estas catástrofes. Es por eso que hoy les traigo la historia de Duvanis Herazo, ingeniero químico colombiano que se preocupó por este tipo de desastres naturales y quiso hacer algo al respecto.

Un ingeniero con conciencia ambiental

Duvanis es oriundo del municipio de Coveñas (Sucre), lugar conocido por sus pacíficas playas y sus inmensas aguas azules. Y no solo eso, el golfo de Morrosquillo (que pertenece al departamento del Sucre) es uno de los principales puertos de exportación de petróleo, por lo que Duvanis creció muy cercano a la industria petrolera y siempre se imaginó trabajando para ella. Como resultado de este contexto, nuestro protagonista, lleno de sueños, decidió estudiar Ingeniería de Petróleos en la Universidad Nacional de Colombia, en Medellín.

En medio de la rutina que compromete a un estudiante universitario, Duvanis se dio cuenta que en sus materias y formación había un enfoque para optimizar el proceso de extracción de petróleo, pero no existía un cuestionamiento realmente comprometido sobre los impactos ambientales que provocan estos procedimientos. “Me nace la idea de contribuir a los derrames de hidrocarburos, o sea, empiezo a investigar sobre el tema, me doy cuenta que efectivamente todas las tecnologías que se usan en su gran mayoría son extranjeras. Pero si otros otros países lo hacen, ¿por qué acá en Colombia no podemos y más cuando tenemos una biodiversidad tan grande, entonces a partir de ahí, eh?” nos comentó nuestro protagonista en su tono tranquilo y coloquial.

Así que, inspirado por buscar alguna forma de salvar al planeta, en el 2016 Duvanis comenzó diversas investigaciones para recuperar los ecosistemas afectados por los hidrocarburos. El inicio de todo fue cuando descubrió que los extractos vegetales servían para tratar aguas residuales, y a partir de eso empezó la construcción de una forma alternativa y ecológica de limpiar las aguas. Sí, una solución natural. Duvanis consideró que algunas plantas podrían ser útiles para el tratamiento de los derrames de petróleo.

En medio de sus investigaciones, él encontró algo que estaba por fuera de lo que él mismo había imaginado. Las plantas tienen la capacidad de generar metabolitos secundarios, sustancias que producen las plantas por diversos factores externos. Un ejemplo de esto es el olor que produce el limón. Pero la cosa no acaba acá, ya que estos metabolitos secundarios tienen propiedades surfactantes, es decir, son sustancias que se usan para limpiar las aguas.

Con base en esto, en el 2018 creó Petrogen, una solución hecha a partir de extractos vegetales, especialmente cítricos y coco. De esta forma, Petrogen está compuesta por un solvente y un surfactante (también se conocen como tensoactivos), que cuando se mezclan crean condiciones que permiten  transformar a los hidrocarburos que han sido derramados. Por lo general, estos hidrocarburos son cadenas de carbonos largas y complejas y mediante la acción de la mezcla propuesta, estos se transforman en estructuras más sencillas para que las bacterias del medio las descompongan.

En este sentido, el solvente son los extractos de los cítricos y el surfactante se compone de aceites de coco y otras plantas, que, como mencionamos anteriormente, crean una mezcla que sirve para limpiar las aguas. Si fuéramos a comprar Petrogen lo encontraríamos de forma líquida. ¡Esperen! Se me olvidó mencionarles que Petrogen también sirve para descontaminar los suelos.

Ahora, el tiempo que se toma la solución para descontaminar el ambiente depende de diversos factores, como el volumen del contaminante y las condiciones climáticas, puesto que en zonas frías el proceso de limpieza suele ser más demorado que en aquellas regiones donde las temperaturas son más altas. La razón por la que sucede esto es porque las bacterias disminuyen su capacidad cuando se encuentran en bajas temperaturas, en cambio, cuando hace calor son más activas.

Pero, normalmente, el proceso de descontaminación dura una semana, además, se logra la limpieza de un 90% del contaminante. Así fue como sucedió en Puerto Asís (Putumayo). En julio del 2020 ocurrió un derrame en una laguna de este municipio, causando angustia en sus habitantes. Esta fue la oportunidad para Duvanis de demostrar la eficacia de Petrogen. ¡Y lo logró! Los hidrocarburos se degradaron en un 90% en dos semanas. En el mismo año ocurrió lo mismo en un alcantarillado de Bogotá y los resultados mostraron una degradación del 87%. 

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En el mercado hay diferentes soluciones de origen químico que podrían considerarse como competencia para Petrogen. En esta vía, la gran diferencia que muestra esta alternativa es que es de origen natural. Claro, ahí puede aparecer la pregunta de ¿por qué orientarse en un producto con origen natural?. Ante ese interrogante nuestro protagonista nos dijo lo siguiente: “Tenemos que buscar soluciones que sean eficientes, que sean ecológicas. En la búsqueda de esas soluciones. siempre es importante que lo que tú apliques al medio ambiente lo impacte lo menos posible, eso es fundamental”.

Así que ya sabemos la parte técnica de esta solución, pero esto no termina aquí. ¡Sigan leyendo, alunáticos y alunáticas! Y conocerán más de este novedoso proyecto.

Una tecnología para las personas

Otro elemento que es característico de la solución que presentamos es que tiene en cuenta a la población o personas que están dentro del espacio geográfico que ha sido contaminado. “No es simplemente vender una tecnologí­a que funciona. Para que sea idóneo y para que sea eficiente esto tiene que ir acompañado de un componente técnico (…) , pero si no saben usarlo, si no entienden cómo es el comportamiento en el suelo, si no entienden cómo es la la sinérgica degradativa del medio en el que se encuentra, entonces a la eficiencia y los resultados no van a ser eficientes” nos comentaba Duvanis. Ante esta fuerte convicción decidieron incorporar a la gente en el uso de este producto y entrenarlos en su aplicación.

Bajo esta óptica, no se limitan ofrecerles la solución como un producto milagroso, sino que les hacen un acompañamiento en el que los educan en la parte científica de Petrogen. Esto sugiere que hay un proceso de apropiación por parte de las personas sobre esta nueva tecnología, y así, el conocimiento se comparte y se aplica.

Para Duvanis es importante estar abierto a hablar sobre las innovaciones tecnológicas, sobre todo si estas contribuyen al medio ambiente. Por esa razón, lo más relevante para él es que el conocimiento aplicado requiere de personas comprometidas. “También llevarles esperanzas, o sea también llevarles a ellos, digamos, como un conocimiento, que ellos se sientan importantes, porque eso es algo que me ha caracterizado bastante y es que el conocimiento yo trato de transmitirlo a todo el que me lo pregunte”. Esto indica que Duvanis comprende que para salvar un planeta se requiere de un ejército de personas convencidas y formadas para hacerlo.

De esta forma, la intención de él es que las personas se enamoren de soluciones innovadoras, que comprendan que es sencillo, natural y beneficioso para el ambiente. No importa la profesión o vocación, para Duvanis todos pueden aprender sobre este tipo de innovaciones y vean la utilidad que poseen. 

Un camino largo

Petrogen tiene un alto grado de efectividad y no es nocivo al medio ambiente ya que su origen es natural. No obstante, el trabajo en este tipo de tecnologías no se puede detener. Lo que es permanente es el  estudio de cómo mejorar las innovaciones para que cada día sean más sostenibles. Además, hay muchos problemas ambientales generados por componentes tóxicos, así que Duvanis también se ha puesto la meta de crear nuevos productos para combatir esta contaminación. 

Obvio que entre más se avanza, nuevos interrogantes aparecen. ¿Se podrá conseguir la suficiente cantidad de materia prima en caso de que el producto se logre posicionar en el mercado? Esta es una pregunta que siempre aparece en este tipo de iniciativas, la cual va acompañada de la siguiente: ¿soluciones de este tipo promoverán los monocultivos y con esto la degradación ambiental si estos se manejan mal? Ante estos y otros cuestionamientos, el investigar y avanzar en el conocimiento ha sido la posición de nuestro innovador. 

“Yo soy muy consciente de que las investigaciones nunca terminan. El que diga que se lo sabe todo, pues ya perdió, nosotros no dejamos de estudiar nunca. Yo sigo investigando porque la idea es como llegar a mejorar en otros escenarios”. Esta fue una de las ideas que nos dijo Duvanis y que más nos impactó, porque el trabajo de un innovador que transforma el planeta nunca termina. Este tipo de trabajos requieren tiempo y las frustraciones son el pan de cada día, pero los resultados siempre lo valen. Así lo dice Duvanis, pues una sonrisa le baila en la boca cada vez que habla de este tipo de proyectos que ha realizado.

Actualmente Petrogen se encuentra en proceso de obtener una patente, pero por ahora manejan la producción como secreto industrial. Además,  Duvanis está caracterizando una tecnología para limpiar los mares de los derrames de hidrocarburos. Esperamos que sea exitoso, así como Petrogen, y que pueda seguir creando tecnologías para las personas, y, sobre todo, para el medio ambiente.


Entrevistado: Duvanis Herazo
Ingeniero de petróleos y cofundador de Biosense S.A.S.
Escrito por: María Lucía Sarmiento

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