“La familia que domó el viento”: Molinos de viento que hacen posible el agua en zonas rurales

Fue una mañana de abril, donde las finas gotas de agua golpeaban al compás, anunciando lo inevitable. Así inició el día en el que descubrí una de las problemáticas ambientales más lamentables en mi país. Estaba en una finca que aunque pequeña, era perfecta para mi descubrimiento.

En aquel lugar perdido en la Orinoquía colombiana se llevaba a cabo la ganadería y cultivos de yuca y plátano. Desde mi punto de vista, es una sensación inefable el simple hecho de pasear alrededor de estos cultivos que, con el tenue movimiento del viento, hacían que este lugar se convirtiera en un paraíso.

Aquellos cultivos de tamaño inigualable aparecían imponentes. Por tal razón me llené de valor y me atreví a preguntar sobre los cuidados y las formas en las cuales podían mantener semejantes plantaciones. La respuesta no fue tan positiva como lo había pensado: me dijeron que casi nunca sobrevivía un cultivo completo por la falta de agua en época de verano. Y los animales tampoco se salvan de esta tragedia. 

La escasez de este recurso se asomó entonces como un requerimiento de vida, allí y en todo nuestro planeta. Pues bien, esta historia apunta a una solución soñada por cualquier genio y es la integración de los elementos de la tierra. ¿Cómo el viento puede permitir la existencia de agua? Historia que vamos a disfrutar.

FALTA DE AGUA ALREDEDOR DEL MUNDO 

Problemas como este ya se nos hacen comunes. Porque ya son noticias diarias; desde los cientos de incendios forestales a nivel mundial, hasta las inundaciones causadas por los distintos desvíos en los cauces de los ríos… Me hacía pensar que pertenezco a una especie humana insensible. Creía que casi toda la población mundial pertenecía al grupo de personas en donde las catástrofes sólo tienen importancia cuando los afecta directamente. En el resto de casos, no dejan de ser noticias lejanas..

Debo confesar que era así; casi no me importaban estos desastres naturales, hasta que descubrí que en temporada de verano mueren unas 35.000 reses en Colombia, según Fedegan; esto significa millones en pérdidas anualmente por el hecho de la ausencia de agua.

Pero hay cifras un poco más preocupantes: de acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 60% del agua procedente de las llaves de hogares colombianos no está en condiciones óptimas de potabilización. Entre los departamentos más afectados se encuentran el Chocó, Huila, Nariño y Bolívar. Por otro lado, de acuerdo con las cifras del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) el 13,6% de la población colombiana no tiene acueducto (cerca de 6,5 billones de personas).

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En medio de mi desesperación por encontrar una solución eficaz a los problemas con el agua en las zonas rurales de mi país, encontré la empresa de Sandra Tobo; quien con el apoyo de su padre, Senefelder, fundó la empresa Tobo S.A.S. Ellos, ubicados en Casanare, tienen una solución en donde el viento hace posible el agua. 

Sandra no se sentía cómoda en su trabajo como contadora pública, el cual no llenaba las expectativas de su proyecto de vida. Por eso decidió renunciar y luego combinó esfuerzos con su padre para crear una empresa, quien accedió rápidamente.

 La idea naciente apuntaba a  crear molinos de viento para ayudar a los ganaderos y agricultores de la región, quienes en épocas de verano, a causa de las fuertes olas de calor, solo pueden obtener pérdidas. Soñaron con que el viento moviera molinos y que estos podrían producir energía. Con esta energía, se podrían mover bombas de agua para extraer este recurso del suelo y así tenerla a disposición de las actividades agrícolas, pecuarias o de subsistencia. Yo la escuché y me sentí genial. Viento que va, agua que viene. ¡Esa era la ecuación!

Actualmente, gracias a la perseverancia de la familia Tobo, y sus innovadoras ideas, Tobo SAS ha logrado sobresalir a través de su historia, haciéndola un perfecto ejemplo de que ser constante y perseverante da frutos.

DE LA “MANCHA” AL CASANARE

Comúnmente cuando nos hablan de molinos de viento imaginamos al icónico don Quijote, enfrentándose, por amor, a aquellos molinos gigantes en las llanuras españolas. Pero esa perspectiva puede cambiar gracias a los molinos innovadores de Tobo desde donde  podemos cambiar nuestra perspectiva sobre estos dispositivos.

Los molinos de viento que crea Tobo SAS son una alternativa de energía sostenible con el propósito principal de abastecer de agua a las poblaciones rurales a un bajo precio, a comparación de otras alternativas, como las conocidas motobombas, las cuales generan más gastos con el paso del tiempo, haciendo que sea contraproducente su compra. Para hacer una comparación, un molino de Tobo cuesta $4.500.000 pesos colombianos y dura aproximadamente 20 años, mientras que una motobomba cuesta al inicio alrededor de 300.000 pesos colombianos, pero solo dura cinco años.

Por eso, en el Casanare gracias a la compra de los molinos de viento realizados por Tobo, se ayudan a decenas de familias colombianas.

Con base en lo anteriormente dicho, me gustaría mencionarles las distintas partes por las cuales está compuesto un molino de viento convencional realizado por Tobo para comprender más fácilmente su funcionamiento:

“CADA ENGRANAJE ES IMPORTANTE PARA SU FUNCIONAMIENTO”

Me atrevo a decir que los molinos de viento realizados por Tobo son un ejemplo idéntico al de los conocidos relojes suizos. Estos, iniciando desde una forma casi artesanal, y con el paso del tiempo, se convirtieron en muestra de diseños avanzados que logran ser lo más eficientes y precisos posibles.Tal cual ha sido la evolución de estos molinos.

Por esto usted, se preguntará ¿cuáles son las partes que conforman este tipo de molinos de viento? Las más importantes son la torre, la rueda con aspas que hacen girar la máquina y el cilindro que realiza el trabajo de bombeo.

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Este tipo de molinos de viento son muy curiosos, desde mi punto de vista, ya que, además de generar energía simplemente para uso doméstico, se pueden utilizar para  la extracción de agua, específicamente de cuerpos de agua subterráneos. Esto permite a los campesinos y a los habitantes de zonas rurales el uso del agua para la ganadería y agricultura (principalmente en épocas de sequía).

Lo anterior permite pensar que nuestros innovadores, de una forma casi literal, están domando el viento usándolo a su favor.

Los molinos de viento de Tobo, siendo explicados de una forma simple, funcionan así: el movimiento del viento mueve las hélices del molino, generando energía. Esta energía va hacía un dispositivo extractor, el cual se utilizará previamente para la extracción del agua. Para una mayor comprensión sobre su funcionamiento, usted (lector) encontrará una gráfica la cual profundizará mucho más en el tema:

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Pero no todo es color de rosa en este proyecto, puesto que si no se presentan las condiciones meteorológicas adecuadas, no se podrá llegar a su máximo de producción; haciendo que los molinos sean dependientes del clima de la región donde se encuentra.

“BERRAQUERA Y PUJANZA”

Toda la vida de la familia Tobo es un ejemplo a seguir, ya que a pesar de los problemas se ha podido mantener unida, ayudándose unos a otros. Se puede observar en esta historia como un padre amoroso apoya a su hija en la idea de emprender, y entre ambos, piensan en ayudar a toda la sociedad mientras piensan en el ambiente y en el bienestar en general.

Llama la atención cómo se fijaron en las poblaciones más vulneradas del país, ayudándoles a seguir con “berraquera y pujanza” en sus labores como campesinos, ya sea en  la “agricultura o ganadería”, sin tener que preocuparse por la época de sequía. 


Entrevistados: Sandra Tobo y Seneldefer Tobo
Cofundadores de Tobo
Escrito por: Juan Esteban Camelo Santos (Semillero ALUNA)

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