¡Soy la nueva fuente de energía! Briquetas de biomasa residual que reemplazan al carbón

Cuando éramos niños solíamos construir casas y castillos, fuera con arena o con bloques de Legos. Imaginábamos que había pequeñas personitas saliendo y entrando de sus casas, nos encantaba construir, nos sentíamos todos unos ingenieros. Esos Legos hacían las veces de ladrillos, pero eran más que simples bloques de construcción, eran los pilares de nuestras creaciones.

Pero detrás de esa fachada de juego se oculta un universo de posibilidades. No son solo ladrillos, también en la vida real, hay tabletas, cerámicas y varios elementos más. Todas ellas, como veremos más adelante, elaboradas a partir de la cocción de arcilla, donde se requiere el proceso de combustión. ¿Cuántos ladrillos tendrá una casa y cuánto combustible se necesitará para hacerlos? Hoy, en un mundo que clama por la innovación y la sostenibilidad, surge una nueva necesidad alrededor de estos componentes básicos de la arquitectura: ladrillos fabricados de manera más sostenible. En medio de la era del cambio climático, donde cada vez más miradas se vuelven hacia soluciones ecoamigables, Biomasas Colombia S.A.S BIC, ubicada en el kilómetro 4 vía Panamericana San Faustino, en la ciudad de Cúcuta, Norte De Santander, se alza como un faro de esperanza, generando una nueva fuente de energía que puede reemplazar al carbón. 

Sergio Armando Colmenares es cucuteño de corazón y es el cerebro de Biomasas Colombia S.A.S BIC, donde producen tabletas, tablones, bloques, cerámica para pisos, paredes y cubiertas. Él, además de ser ingeniero industrial, también es médico veterinario y zootecnista, y magíster en administración de negocios, tres profesiones tan distintas pero que se complementan entre sí. Y, por si fuera poco, Sergio es políglota: habla español, inglés y portugués. Se describe a sí mismo como una persona precavida, le gusta anticiparse ante cualquier situación de la vida, para planear todo de una forma lógica y calmada. Es un visionario que ama los animales, y todos los días, cual ritual, practica la natación.

Sergio Colmenares es ingeniero industrial, médico veterinario y magister en administración de negocios. Foto tomada de Instagram: @biomasas_colombia

El proceso de un ladrillo convencional

Para entender de qué trata este emprendimiento que le apuesta a un mundo más verde, es importante que aprendamos cómo se fabrica un ladrillo convencional, de esos que tenemos en nuestras casas, y allí observar el proceso de combustión, que es el de nuestro interés.

  1. El primer paso es la maduración, donde se recolecta la arcilla y luego es sometida a tratamientos de trituración y homogeneización para obtener una consistencia adecuada y uniforme. 
  2. El segundo paso es la elaboración previa, donde se utilizan diferentes herramientas mecánicas que tienen como objetivo purificar la arcilla. 
  3. Después viene el depósito de la materia prima, allí se deja reposar la arcilla en un lugar especial para que consiga su apariencia definitiva.
  4. Posteriormente se hace la humidificación, en la cual se añade agua a la arcilla para obtener un determinado nivel de humedad. 
  5. ¿Y cómo se moldea? Ese aumento de la humedad permite moldear la arcilla para darle la forma que se quiere.
  6. Después del moldeado viene el secado, un punto muy importante porque se busca eliminar toda el agua añadida en los pasos anteriores.

 Finalmente, viene la cocción, donde se toman los ladrillos secos por completo y se hornean a temperaturas superiores a los 900 grados.

En este último paso es donde debemos poner el ojo, ¡porque para cocinar esos ladrillos se usa el carbón! Un elemento que por años ha sido muy contaminante, ya que produce CO2 en altísimas cantidades. Este problema en concreto es el que quiso tratar Sergio, reemplazando el carbón por otro elemento que no contaminara. Aquí te contamos de qué se trata y cómo lo logró.

Sergio cuenta que desde siempre ha sido muy inquieto y persistente, que siempre está investigando y explorando todo lo que lo rodea. Estuvo en Europa, específicamente en 6 países, y visitó alrededor de 35 empresas ladrilleras. Por ejemplo, en Barcelona conoció una empresa donde tomaban el gas metano directamente del vertedero de basura que quedaba justo al lado y a este le hacían una compresión para luego ser quemado en los hornos industriales. Después, a partir de ese gas, se hacían mover las turbinas y generaban su propia energía. Es decir, aplicaban el principio de la conservación de la energía. ¿Recuerdas el dicho que nos enseñaban en clase de Química en el colegio? ¿Ese de “la materia no se crea, ni se destruye, solo se transforma”? Bueno, lo mismo sucede con la energía. A partir de experiencias de este tipo, Sergio fue construyendo su propia visión del mundo.

Biomasas: su creación y transformación

“Biomasas es un sueño hecho realidad”, comenta Sergio con ilusión. Pero ¿cómo se creó esta empresa? Pues, resulta que su padre y su tío abuelo tenían muchos conocimientos sobre maquinarias, así que Sergio creció en este ambiente y por supuesto que se contagió de esa pasión. Por otra parte, su papá siempre quiso ser emprendedor, así que junto a su madre crearon la empresa en 1990. Tiempo después se llegó a la idea de crecer y allí fue donde entró el elemento que les cambiaría la vida: la biomasa.

En el 2016 analizaron y organizaron su matriz energética, esto es cuando toman todas las fuentes de energía que puede llegar a tener una empresa ladrillera, con el fin de determinar cuánta energía se utiliza y cuánto cuesta en términos monetarios. Se analiza cuánto cuesta la gasolina, el ACPM, la energía eléctrica y, por supuesto, la cantidad de carbón que se utiliza. Es decir, se analizan todos los posibles combustibles que pueden usar.

Pero aquí surgió una preocupación en Sergio, pues explica que “el 98.2 % del consumo energético de una empresa está en una sola fuente: la del carbón, y es precisamente la más contaminante. Y yo veo esta situación y digo ‘no, esto tiene que cambiar’, porque no importa cuáles decisiones administrativas se tomen al interior de la organización, si siempre voy a depender del carbón. Es una relación casi que obligada porque en ese momento no había ninguna otra fuente para poder ‘cocinar’ el ladrillo”. Y no es para menos, pues el carbón ha sido utilizado por décadas para cocinar todo tipo de cosas, incluidos los alimentos, y esto es altamente contaminante.

Para tener una idea más clara del asunto tengamos en cuenta que, según en los cálculos realizados por Sergio, todo el proceso de fabricación de tabletas y bloques dura aproximadamente 15 días, desde que se inicia hasta que se empaca y se distribuye. Una empresa de tamaño mediano puede utilizar de 120 a 180 toneladas de arcilla para cocer, por lo tanto, se necesitan de 15 a 20 toneladas de combustible para hacer ese proceso de cocción. Con eso en mente podemos pensar que cada 15 días, una empresa, que no es de las más grandes, puede consumir 40 toneladas de carbón al mes, lo que indica un consumo anual de 480 toneladas de carbón al año. Viendo estas cifras es normal que se origine la pregunta: ¿Cuántas empresas existirán en el mundo que fabriquen ladrillos y realicen cocción con carbón?

Ante la necesidad de cambiar el carbón como combustible, la alternativa de innovación se centró en la biomasa. Y, antes de continuar, detengámonos un momento y entendamos qué es la biomasa. Seguramente no es una masa biónica traída por extraterrestres, pero sí es un residuo orgánico (que se descompone) y que se puede convertir en energía, volviéndose aprovechable. Según la Directiva Europea de Energías Renovables, la biomasa es una “fracción biodegradable de los productos, residuos y desechos de origen biológico procedentes de actividades agrarias, incluidas las sustancias de origen vegetal y de origen animal, de la silvicultura y de las industrias conexas, incluidas la pesca y la acuicultura, así como también los residuos industriales”.

Así luce la biomasa lista para ser usada. Foto tomada de Instagram: @biomasas_colombia

Un camino de investigación y ensayos

En Biomasas Colombia no se fabrican propiamente ladrillos, pero sí tabletas, bloques y materiales cerámicos. Todos ellos, como hemos dicho, usando diferentes alternativas de combustibles, especialmente el carbón. Pero Sergio pensaba en la biomasa como solución. Para llegar a ello se tuvo que hacer un proceso de investigación lento y minucioso, buscando esa anhelada alternativa energética. En primer lugar, Sergio Colmenares fue a la Cámara de Comercio de Norte de Santander y precisamente allí estaban buscando proyectos para presentarlos como parte de un equipo llamado Alianza Construcción. El proyecto fue un éxito, así que empezaron a estudiar todas las biomasas disponibles en Norte de Santander y se analizó el uso de esta biomasa dentro de los hornos y cuál era su impacto ambiental, en este caso, era importante que no contaminara con su ceniza.

Sergio, al ser ingeniero industrial, no sólo realizó pruebas con la mejor biomasa que encontró, sino que también midió su impacto a partir de un procedimiento que se conoce como balance de materia y energía, para comparar cómo se trabajaba en su empresa hace años con el carbón y cómo se está trabajando hoy en día con su innovación. En Biomasas Colombia se realiza una quema de arcilla a la semana y allí Sergio encontró que hubo una reducción significativa de alrededor 45 mil Kvh (kilovatios/hora) por cada proceso de quema en esa semana. Esto, en mayor medida, significa que dejaron de emitir 33 mil toneladas de metro cúbico de CO2 y demás gases de efecto invernadero por semana. Un hecho que, sin duda, nos agradece nuestro planeta. 

Proceso de quema de arcilla que posteriormente se convertirá en ladrillo. Foto tomada de Instagram: @biomasas_colombia

Y, claro, hubo quienes se acercaron a Sergio con la intención de pedir su fórmula para producir este nuevo combustible, y si él se negaba, ellos se molestaban. Y no es para menos que sea “celoso”, pues Sergio ha venido trabajando arduamente en la protección legal de su tecnología, todo para seguir con sus briquetas de biomasa. Estas briquetas de biomasa, que son residuos, son compactadas para que no se desmoronen ni se ‘abran’ y para facilitar tanto su transporte de un lado a otro como su introducción a las calderas donde son usadas como combustible.

Sergio no trabaja solo, hace parte de un equipo de profesionales, entre ellos físicos, matemáticos, comunicadores sociales, ingenieros eléctricos, ingenieros mecánicos, soldadores, e ingenieros ambientales. En este equipo hay diversidad de profesiones para que exista multidimensionalidad de pensamientos, es decir, que cada persona aporte sus ideas y comentarios desde su área profesional y experiencia, y así ver y transformar la realidad a partir de un lente más amplio. En esta industria se analizan los problemas desde el punto de vista económico, ambiental y desde la seguridad y salud en el trabajo, ya que es importante que su equipo no esté expuesto a la radiación de energía, que estén por menos tiempo en los hornos, que haya menores costos y, por supuesto, mitigar los gases de efecto invernadero. “Eso es lo clave en este tipo de industrias”, asegura Sergio.

El nombre completo de la empresa es Biomasas Colombia S.A.S BIC, pero ¿qué significa BIC? Y no estamos hablando de la marca de lapiceros BIC, sino que, más allá de su interés económico, es una empresa con Beneficios de Interés Colectivo (de aquí las siglas BIC), lo que significa que son una industria con un impacto social y ambiental. La idea es que muchas más industrias se unan a esta ‘etiqueta’, que lleven en su nombre y en su piel el cuidar el medio ambiente, ser conscientes de que todo lo que se produce tiene un impacto en el medio ambiente.

Sergio Colmenares y su equipo en su fábrica. Foto tomada de Instagram: @biomasas_colombia

El carbón: quemando un mito

El carbón es un combustible fósil con un alto contenido de CO2 y, según la revista SGK Planet, “al quemarse, sus gases contribuyen a incrementar el efecto invernadero natural del planeta. Como consecuencia se produce el calentamiento global, cuyo resultado es el cambio climático en la Tierra”.

Así mismo, el uso del carbón provoca serios daños al medio ambiente, sobretodo en el suelo, el agua y el aire. En el proceso de combustión del carbón se liberan sustancias al aire que causan contaminación ambiental, smog y lluvia ácida, efectos que son muy nocivos para nuestra salud. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, “la contaminación generada por el uso de combustibles sólidos como el carbón en los hogares provoca el 5% de las muertes y enfermedades en 21 países del mundo”.

Otras de las consecuencias de la explotación de minas de carbón es la destrucción de hábitats y ecosistemas que habitan cerca a estas minas, ya que para poder extraer el carbón que se encuentra bajo las montañas hay que detonar la superficie de la tierra. Según BBC Mundo, “un área equivalente al tamaño del estado de Delaware ha sido aplanada por este procedimiento, según un estudio. La primera vez que se puso en práctica fue en la década de 1970”.

Mensaje alunático

Sergio Colmenares les da un mensaje a todos aquellos que tienen ideas de emprendimientos:

“La innovación tiene que tener un mercado de base y tiene que partir de un problema. Cuando no se identifica un problema es como pescar en el río de Bogotá: no se va a pescar nada. Puedes comprar un yate y hacer mil cosas, pero no te va a dar resultado, porque estás en el lugar equivocado al no haber hecho antes un proceso de investigación. Hay que desarrollar un pensamiento lateral, todos nacemos con ese pensamiento, pero no todos lo tenemos desarrollado, así que hay que trabajar en eso. Hay que tener mucha persistencia, porque en la vida nos vamos a encontrar con personas que digan ‘esto no funciona, esto no sirve’”. 

Así, Sergio enfatiza en que debemos direccionar nuestros pensamientos para conseguir aquello que queremos, sin dejar de insistir y siempre persistir, porque un planeta más verde y más sano no se consigue de la noche a la mañana, pero cada uno de nosotros podemos ir poniendo nuestro ladrillo hasta construir ese mundo soñado.


Entrevistado: Sergio Colmenares
Representante de Biomasas Colombia S.A.S.
Escrito por: Jenny Karnina Bayona Gómez

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