A veces las mejores ideas llegan cuando menos las esperas. Eso le sucedió a Guillermo Acevedo, diseñador industrial de la Universidad Nacional de Colombia y quién actualmente vive en Bogotá. Él tenía un interés peculiar: los plegados (productos de papel o cartón con pliegues), así que dedicaba casi todo su tiempo en diseñar nuevas ideas de estas manualidades. Guillermo quería crear una innovación que revolucionará y dejará a todos con la boca abierta, pero su mente no maquinaba nada interesante.
Sin embargo, todo empezó cuando su familia realizó un asado para celebrar el cumpleaños número 70 de su papá. “¿Con qué vamos a repartir la carne?” se preguntaron los anfitriones, así que Guillermo realizó varios plegables con cartones para entregar la comida. Los invitados quedaron encantados con la invención del joven. “Esto es bastante útil” le felicitaron al joven, quien había encontrado lo que tanto buscaba.
Pero la inspiración no acabó ahí, porque Guillermo emprendió un viaje lleno de descubrimientos, en donde nuestro protagonista iría retocando este impresionante proyecto.
Cruzando los océanos
En el 2017, Guillermo viajó hacía un país con una cultura milenaria: la India. Allí, este querido aventurero se deleitó con los místicos paisajes que se extienden en aquella región, al tiempo que conocía personas de diferentes lugares, enriqueciendo su visión del mundo. Esta experiencia marcó enormemente a Guillermo, pero hubo algo de la India que se grabó en su mente con tinta.
En medio de su exploración, Guillermo se dio cuenta que este país se caracterizaba por ser autosuficiente, puesto que preferían fabricar sus propios productos a partir de lo que tenían al alcance. Esta enseñanza se mantuvo por mucho tiempo en su corazón, siendo uno de los motores para crear su idea de negocio.
Un año después, el joven soñador viajó a New York. Los inmensos rascacielos y las gigantes pantallas de las edificaciones representaban un contraste con su anterior destino, que se caracterizaba por el aire tradicional; no obstante, ambos lugares le parecieron fascinantes, puesto que eran bellos a su forma. Igualmente, La Gran Manzana también le ofreció varias experiencias irrepetibles.
Una de ellas, y la más importante, inició cuando se percató que la mayoría de los restaurantes empacaban sus comidas a domicilio en plásticos…¡Plásticos! Eso le resultó horroroso a Guillermo, porque sabía que más de 8 millones de toneladas de este material llegan a los océanos, generando la muerte de animales marinos, como las tortugas, que confunden las bolsas con medusas.
Por eso, Guillermo decidió crear algo a través de su talento; de esta forma, fabricó un empaque plegable de cartón que se cerraba con unas pestañas. Lo presentó a varios dueños de negocios de comidas, quienes quedaron satisfechos con el producto, por lo que decidieron adquirirlos.
Viajar le ofreció a nuestro protagonista una nueva perspectiva del mundo, y su mente se abrió a nuevas posibilidades que jamás había imaginado. Como resultado, Guillermo logró consolidar la idea que pondría al mundo de cabeza. Así que se devolvió a Colombia para desarrollar su proyecto.
Regreso a casa
“Me voy a volcar a desarrollar todo un sistema de empaques” se dijo Guillermo cuando volvió a su país natal. Él quería ir más allá de solo crear un producto, deseaba que este cambiara el mundo, que fuese sostenible. Buscando respuestas, el innovador encontró un material sorprendente; el bagazo de caña. De esta forma, adquirió el cartón que se fabricaba con esta materia prima para elaborar sus plegables, disminuyendo, en cierta medida, la cifra de 71.943.813 toneladas de residuos agroindustriales que llegan a los vertederos anualmente (datos de la Universidad Abierta y a Distancia).
Así nació Foldesign, una start up (empresa emergente) que ofrece a Flatbowl, un bowl plegable que funciona como empaque y plato al mismo tiempo. Este producto tiene como base un sistema de pestañas que sirven para cerrar y abrir, ofreciendo bioseguridad a las personas. En este sentido, Flatbowl disminuye el uso de plásticos de un solo uso y de otros materiales nocivos para el medio ambiente, como poliestireno expandido (Icopor).
Nuestro protagonista estaba logrando lo que se había propuesto, puesto que había creado un producto útil, que era posible de fabricar con tecnología muy sencilla y sostenible con el medio ambiente, ya que evitaba el uso del plástico en 90% y usaba una materia prima que era considerada residuo; además, era un producto nacional, por lo que su huella de carbono no era tan grande.
Sin embargo, no todo salió como él esperaba.
“Ummm, está muy bonito y todo, pero un empaque de plástico o de icopor me sale más barato” eran las palabras que Guillermo solía escuchar, y más que desanimarlo, lo preocupaban. Eso significaba que las personas no sabían los daños ambientales que provocan este tipo de materiales.
No te vayas para que conozcas sobre lo perjudicial que pueden llegar a ser el icopor y el plástico para el medio ambiente.
Lo que la gente ignoraba
Comencemos por los plásticos de un solo uso, ya que se han ganado gran fama mundial. Estos productos están en nuestro día a día; los encontramos en los empaques de muchos productos, como comida, ropa, libros, etc. Sin embargo, cuando arrojamos estos plásticos a la basura, no nos imaginamos el daño que pueden generar.
En primer lugar, es necesario saber que, según la ONU, el 79% de los residuos plásticos que están en vertederos, basureros o en el medio ambiente, mientras que aproximadamente el 12% ha sido incinerado y sólo el 9% ha sido reciclado. De esta forma, los plásticos contaminan los suelos y las aguas, ya que son llevados por las corrientes de aire hasta los ecosistemas acuáticos, haciendo que sean un peligro para las especies de animales.
Así, es importante saber que la mayoría de los plásticos no se biodegradan sino que se fotodegradan, es decir, que se descomponen en fragmentos muy pequeños llamados microplásticos, que son resistentes a la degradación, durando bastante tiempo el medio ambiente. Entonces estos microplásticos pueden ser ingeridos por los animales y quedarse en sus tejidos, pasando de uno a otro, gracias a la cadena alimenticia y su capacidad de bioacumulación.
Además, varias investigaciones han demostrado que los microplásticos están en el organismo humano. La más reciente fue realizada por científicos de la Universidad de Hull (Reino Unido), en la cual encontraron que habían microplásticos de 12 tipos de polímeros en los pulmones de los pacientes que estaban en el hospital Castle Hill.
¿Cómo llegan los microplásticos a nuestros cuerpos? Este gif te lo explica brevemente.
Por otro lado, está el icopor, que es útil para proteger los electrodomésticos y empacar comida. Pero, al igual que los plásticos de un solo uso, el poliestireno expandido representa un peligro para el medio ambiente.
De acuerdo con una investigación de la Universidad Libre, el icopor representa un problema acumulable, ya que tarda mil años en biodegradarse. Así como el plástico, el poliestireno expandido se fragmenta en pequeños pedazos debido a las condiciones ambientales, haciendo que los animales lo confundan con alimento. El consumo de este material por parte de las especies puede provocar heridas en el sistema digestivo y muerte por asfixia. Además, la organización Clear Water afirma que el icopor contiene estireno, un monómero cancerígeno para los animales.
En este sentido, dicha investigación afirma que el Icopor: “Contamina los mares y causa la muerte de muchos animales que ingieren los restos de este tipo de material, pues lo confunden con comida y al ingerirlo llena el sistema digestivo, los hace sentir satisfechos por un determinado tiempo y no pueden ingerir nada más, semanas después mueren de inanición”.
El héroe y el protagonista no son lo mismo
Todo esto lo tenía en cuenta Guillermo; sabía el verdadero peligro que representaban ambos productos para nuestro planeta. Por eso decidió crear flatbowl y educar a las personas para que vieran su innovación como una opción para evitar que la naturaleza se ahogara en plástico e icopor. No obstante, hay aspectos por mejorar para que el flatbowl sea más amigable.
El héroe es la representación de lo que es perfecto, jamás comete un error, y a pesar de los obstáculos, siempre consigue su objetivo y todos viven felices para siempre. Pero en ALUNA tenemos protagonistas, humanos que buscan mejorar cada día. Por eso, hay varios factores en los cuales Guillermo se encuentra trabajando para perfeccionar flatbowl.
Uno de ellos es que evita el 90% del uso de plástico, puesto que el interior del bowl está recubierto de una fina capa de este material. Por otro lado, las tintas que se usan para personalizar el flatbowl también pueden ser contaminantes. Igualmente, está la incógnita de la disposición final del producto, puesto que puede terminar acumulándose en los vertederos, convirtiéndose en un residuo más.
A pesar de esto, flatbowl es una innovación del diseño que contribuye a la disminución de los plásticos y el uso de icopor. Así, Guillermo está en la exploración de materiales más sostenibles para que esta gran idea sea mejor cada día.
Guillermo siempre ha sido alguien creativo por naturaleza, no obstante, esa cualidad logró todo su potencial gracias a los viajes que realizó por el mundo. Así que, alunático o alunática, te invitamos a que viajes, pero solo en avión, también a través de los libros puedes llegar a lugares increíbles que harán que tu imaginación se ejercite.
Las mejores historias no tienen final, por eso, estaremos pendientes de la evolución de Guillermo y cómo se enfrenta a los diferentes retos que supone ser un soñador.
Entrevistado: Guillermo Acevedo
Creador de Foldesign
Escrito por: María Lucía Sarmiento Rojas