Amazonnial: La magia de convertir aceites usados en productos llenos de armonía

Hola, queridos alunáticos, hace algún tiempo que no escribía y, por ende, ustedes no disfrutaban de mis escritos —ja, ja, ja; mentiras—, pero sí extrañe mantenerlos informados sobre aquellas semillitas que siembran otros compatriotas en pro del medio ambiente. 

Y, sabiendo que con pequeños actos se logran grandes cambios, hoy —como siempre— los guiaré por un camino lleno de esperanza. Con esa acotación, los invito a leer la siguiente historia…

Este diciembre que pasó fue un mes de puros cambios y aprendizajes, especialmente de eso: aprendizajes. Y bueno, ustedes se preguntarán qué tanto aprendí, ¿no? Los que me conocen saben que le tengo temor extremo a la cocina —sí, a la cocina—; cocinar es un talento que no poseo.

Hace años lo había intentado, quería valerme por mí misma y absorber los conocimientos culinarios de mi mamá, pero por alguna razón no lo lograba —una vez casi quemo el apartamento donde vivo; solo imagen ese desastre—. Así, los nervios incrementaron hasta el punto de sentir un miedo incontrolable con tan solo intentar hacer una naranjada.

Sin embargo, este 2022 decidí cambiar mi destino —un propósito de Año Nuevo muy ambicioso de mi parte—… Y lo logré —hasta cierto punto; ja, ja, ja—, ¿por qué? Para no explayarme, mientras daba lo mejor de mi ser en la misión de fritar una carne, un “pequeñísimo inconveniente” con el aceite me confirmó que todavía me falta ‘arto’ —como diríamos en mi ‘tierrita’, Santander— por descubrir en el mundo de la gastronomía.

—¡¡¡Camila!!! —gritó mi madre, a la par que me impedía botar el aceite que sobró en el lavaplatos.

—¡¿Qué pasó, ‘ma’?! —respondí pasmada del susto. 

—’Mija’, ¿cómo se le ocurre tirar ese aceite por el sifón? Eso es malísimo para el agua —afirmó con su ceño fruncido. 

—Ay, de verdad lo pasé por alto… Perdóname —dije.

—Tranquila, más bien pare la oreja a lo que le voy a explicar —expresó con firmeza en su voz. 

Aceite de cocina: Un amigo de la cocina que puede convertirse en un enemigo de la Tierra

—Cami, te hablaré sobre los efectos negativos del aceite de cocina usado, si este no se recicla de manera adecuada… Además, debes prometerme que jamás repetirás ese grave error, ¿vale? —agregó.

—¿Pinky promise, má? —le respondí con una tierna sonrisa y un abrazo.

— Pinky promise, mija —repitió devolviéndome aquella muestra de cariño.  

Con lo anterior, esa admirable mujer alcanzó su celular y se puso manos a la obra en la búsqueda de las consecuencias ambientales que derivan de ese líquido amarillo.  

De acuerdo con el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia (CABB), un litro de aceite que ya fue usado tiene la capacidad de contaminar un equivalente a 40.000 litros de agua (el líquido vital que consume una persona en casa cada año). Con esto, en nuestra querida Colombia, según la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, entre el 2020 y el 2021, se atendieron 4.352 taponamientos de alcantarillas por “bolitas” de grasa y aceite (los puntos críticos fueron las localidades de Chapinero, Engativá y Suba al noroccidente de la ciudad). Finalizando, solo en el 2020, se retiraron más de veinticinco toneladas de este material en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de El Salitre.

Asimismo, en nuestro país se consumen aproximadamente 170 millones de litros de aceite de cocina al año —ingrediente que no queda solo en las preparaciones—, pues se calcula que cerca del 35 % se convierte en residuo al terminar su vida útil; ¿y qué con esto? Que va a parar a las tuberías, generando bolas de grasa (fatbergs) que las tapan y desencadenan inundaciones. Teniendo en cuenta lo anterior, 59.500.000 litros de aceite llegan año tras año a nuestras corrientes hídricas.

“A nivel medioambiental la liberación de aceites y grasas al medio acuático aportan contaminantes como la elevada Demanda Química de Oxígeno (DQO) que afectan el intercambio gaseoso, por lo que estas sustancias, una vez entran en el medio acuático, se difunden por a la superficie reduciendo la oxigenación del agua y su calidad físico-química, lo que pone en riesgo a las especies presentes en esos cuerpos de agua (…). Adicionalmente, esta sustancia grasa puede llegar a cubrir la piel y las branquias de los peces, generándoles asfixia y la muerte”, afirma el Observatorio Ambiental de Bogotá (2019).

Sumado a lo anterior, la web iResiduo de España (2018) afirma que: “Los aceites y grasas, en combinación con otros restos, como los jabones y detergentes usados en nuestros domicilios, provocan, especialmente en los colectores con baja velocidad de circulación del agua residual, graves atascos y problemas de funcionamiento”. Por lo tanto, se disminuye el oxígeno contenido en las aguas residuales, lo cual implica mayores requerimientos de operación en las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Entonces, si dichas cifras son preocupantes, agreguemos que el Ministerio de Ambiente de España (2018) señaló que su país generaba entre ciento cincuenta y doscientos millones de litros de residuos de aceite de cocina (anuales). 

—Camilita, ¿ahora sí entiendes la magnitud del problema? Por nuestro bienestar y el futuro del planeta es necesario que nos deshagamos del aceite de cocina usado de forma correcta —reflexionó mi mamá. 

—Má, ya está más que claro, pero… ¿Cómo se puede reutilizar? ¿Hay alguien que se encargue de eso o de crear productos amigables con la naturaleza?

—¡Esa era la pregunta que estaba esperando! Mejor siéntate y tómate esta naranjada, mientras te hablo de Amazonnial.

Amazonnial: Un emprendimiento en pro de la selva amazónica desde los hogares

Hace unos años, 2020 para ser exactos, cuando la mayor parte del mundo paró, una colombiana soñaba con recuperar el equilibrio natural del ecosistema desde Santander; con una generación de humanos que emergiera con el propósito de hacer algo: un cambio para contribuir, desde los hogares, al cuidado del planeta. 

Así, nació Amazonnial, un emprendimiento dedicado a la elaboración de productos artesanales con ingredientes 100 % veganos (sin químicos tóxicos, fragancias artificiales ni testeo en animales). “La selva amazónica es magia salvaje y los incendios que intentaron apagar su magia nos mostraron una realidad que no queremos que se vuelva cotidianidad. Por lo tanto, decidimos luchar por proteger cada selva, cada árbol, cada animal, por los recursos naturales de nuestro planeta y por nosotros mismos”, expresó Dora Lucía Porras, CEO e ingeniera química de la Universidad de los Andes en Bogotá. 

Querido lector, usted se preguntará qué inspiró a nuestra superheroína a crear su propia empresa (una amigable con el bioma), ¿verdad? Sé que sí, por eso, dejaré que ella misma les cuente: “Estuve trabajando un tiempo en la parte de Consultoría de Diseño de Productos y Desarrollo de Productos; después de un tiempo me fui de voluntaria a Egipto (estuve trabajando en un orfanato enseñando español e inglés y, al regresar a Colombia, decidí emprender porque siempre me ha apasionado muchísimo todo el tema del trabajo social y también el tema del cuidado del medio ambiente; entonces, sentía la necesidad de poder aportar mi granito de arena al cuidado del planeta y de generar empleo”. 

Con esto, el tipo de productos con lo que empezó fueron los del cuidado personal (shampoo sólido de mandarina o romero; bálsamos y jabones corporales de mango, carbón activado arcilla roja; jabones líquidos para manos, entre otros) y limpieza del hogar (lavaplatos líquidos a base de aloe vera y tensoactivos derivados del coco y del maíz; y limpiador de pisos desinfectante con aceites esenciales de lavanda y naranja que brindan un aroma natural sin dejar residuos tóxicos). 

Tras tener su catálogo listo, descubrió junto a su equipo de trabajo que también podían hacer productos orgánicos y respetuosos con el ambiente a partir de aceite de cocina usado. “Es súper importante entender que hay procesos y productos que sí cumplen una buena función ecológica y biodegradable con el ambiente y nuestra salud. Queríamos demostrarles a las personas que con pequeños cambios en sus hábitos pueden cuidar el planeta”, agregó Dora. 

Alunáticos, sé que les causa curiosidad saber cómo es el proceso de reciclaje del aceite de cocina usado con Amazonnial; por ello, a continuación, les compartiré unas ilustraciones extraídas de su sitio web que muestran el paso a paso para que ustedes no se queden con ninguna duda.

Llevando a cabo el anterior procedimiento, cuando el aceite llega a manos de Amazonnial, ellos se encargan de convertirlo en jabón por medio de una reacción llamada saponificación en la que se utiliza el aceite, más el hidróxido de sodio (álcali) y el agua. “El proceso necesita agua para disolver el hidróxido de sodio y mezclarlo con el aceite (…). Eso te va a producir jabón más glicerina”, expresó nuestra protagonista, quien además agregó que también dictan talleres a las comunidades con el fin de que aprendan a hacer sus propios jabones; todo, a partir de la seguridad, utilizando máscaras que protegen las vías respiratorias, gafas para los ojos, guantes y ropa de manga larga que eviten el contacto con la solución creada, ya que esta puede quemar. 

Al sensibilizar a las personas, y al ver que colaboraban con la recolección del aceite, Dora y su equipo pensaron en producir jabones con diferentes usos. “Cuando yo les vendo este jabón o detergente, va más allá… va más allá de que solo sea un jabón, porque estamos promoviendo esa formación de que no pueden botar por el desagüe el aceite (…). Nosotros vamos a unos colegios para enseñarles a los niños y que ellos lleven su mensaje a los papás, porque la verdad entre que vamos a ferias, … siempre nos encontramos a alguien que nos sigue diciendo que cuando cocina el aceite que le queda, lo bota por el desagüe”, dijo la CEO de Amazonnial con un tono de preocupación por esto último, pero a su vez con esperanza de un mundo más consciente.

Apreciado lector, si se pregunta qué tipos de aceite reciben en este proyecto para transformarlos en productos amigables con el medio ambiente y el ser humano, aquí despejará dicha duda:

Tomado de: https://www.amazonnial.com/

¡Alto! Antes de proseguir, te presento dos productos hechos con aceite de cocina usado:

  • Lavaplatos sólido: Producto a base de aceite de cocina usado para evitar la contaminación del agua y aceite de coco para limpiar los platos (además de agua, aceite de coco, aceite esencial de naranja y de limón, arcilla verde y carbón activado).
Tomado de: https://www.amazonnial.com/
  • Detergente en polvo: Este producto es perfecto para blanquear de forma segura la ropa blanca —y hasta los tennis—, ya que está compuesto por aceite de cocina usado, bicarbonato de sodio, oxigeno activo, carbonato de sodio, sal marina, citrato de sodio, ácido cítrico y aceite esencial de verbena.
Tomado de: https://www.amazonnial.com/

Y, como si fuera poco, cada vez que la persona haga un pedido podrá devolver los envases (reutilización) de vidrio, plástico de refill y los dispensadores, las bolsas de detergente y las cajitas; esto, con el objetivo de evitar la fabricación de nuevos empaques y reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera (recibiendo también un 10 % de descuento en la próxima compra al contribuir con el cuidado del planeta).

Lo brillante de reciclar el aceite de cocina usado

“La verdad, desde la U yo siempre estuve en esa parte de poder ayudar a los demás, de poder enseñar. Ahorita estamos con un trabajo bien bonito en Zapatoca en donde prendimos velitas el Día de Velitas, no de parafina que es un subproducto de la refinería, sino con aceite de cocina usado… Entonces, ese trabajo con los niños, verlos motivados, verlos que les gusta este tema del medio ambiente; eso la verdad me llena muchísimo, siento que estoy sembrando esas semillitas que algún día van a germinar y que, desde sus hogares, algún cambio se está haciendo para cuidar el planeta”, finalizó Dora en exclusiva para ALUNA sin antes recordarle a todos nuestros lectores que emprender —y más emprender por la Tierra— no es una labor sencilla, pues existe mucha desconfianza, desinformación y un apego desmedido por los productos tradicionales.  

Y bueno, respetado lector, hemos llegado al final de este inspirador artículo, pero no al final de Amazonnial… Seguramente, más sorpresas nos esperan. 


Entrevistada: Dora Lucía Porras
CEO de Amazonnial
Escrito por: Camila Andrea Álvarez Argüello (Semillero ALUNA)

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