¡A los pits! conoce el producto que le da una segunda vida a las llantas usadas

“Velocidad… Soy veloz. Un ganador, 42 perdedores. Soy más que rápido, más que veloz, ¡soy un rayo!”. Apuesto a que sabes a qué película pertenece este diálogo. Así es, pertenece a ‘Cars’, el filme protagonizado por Rayo McQueen, ese carro rojo de carreras que se enamora de un pueblito y de su gente. Pero hoy no te hablaremos de Rayo, sino de aquello que le permitía ganar sus carreras: sus neumáticos. Y de aquí la siguiente pregunta: ¿Cada cuánto el poderoso Rayo cambiará sus llantas por otras nuevas? Y, continuando por esta línea, ¿en dónde pondrá esas llantas que ya no usa?

Pues, en este artículo te traemos una historia innovadora que se encarga de darle un segundo uso a las llantas usadas. Te estamos hablando de IMPERGOMA, un emprendimiento de Bogotá que fabrica y distribuye productos hechos de caucho, pero que estando en sintonía con el medio ambiente tomó una decisión valiente: ¡producir impermeabilizantes con llantas usadas! ¡Sí, con llantas!

Ahora, ¿alguna vez has escuchado la palabra ‘impermeabilizante’? No te preocupes que aquí te lo explicamos. Un impermeabilizante es una membrana o una capa que ayuda a proteger superficies para evitar el paso del agua, ya sea en grandes o pequeñas cantidades. Otra de las funciones que tiene un impermeabilizante es contribuir a la reflectancia solar, es decir, refleja la luz del sol. Pero esto solo es posible cuando el impermeabilizante es de color blanco o de colores claros, ya que, si es de color negro o tonos oscuros, lo que hace es atraer el calor al interior de la construcción.

Por ejemplo, cuando usamos nuestra camisa blanca favorita es normal que no sintamos tanto calor, ya que el blanco refracta los rayos del sol. En cambio, si usamos nuestra camisa negra—como querría Juanes—, lo que hará será atraer más rayos de luz y transformarlos en calor. De ahí que nos estemos muriendo de calor y queramos ir por una Coca-Cola. En fin, así es tal y como sucede con los impermeabilizantes.
Así que nuestros emprendedores decidieron producir este tipo de material a partir de llantas usadas. Entonces, ¿te imaginas poder impermeabilizar cubiertas, losas, azoteas, ladrillos y techos? Y así evitar que las llantas se amontonen y causan más contaminación ambiental.

Así lucen los impermeabilizantes de IMPERGOMA. Foto: tomada de https://www.cauchoslaroca.com/servicios1

Detrás de esta innovación hay una gran mujer. Ella es Jhoana Pérez, mujer bogotana y arquitecta de profesión, quien lleva más de seis años ejerciendo sin abandonar sus pasiones que la llevan al límite. Además de la arquitectura, nuestra protagonista se dedica a la fotografía. Jhoana en sus tiempos libres hace reportajes para eventos sociales y los complementa con sesiones de fotos para parejas. Podríamos sumar a esto que es exploradora e intrépida, por lo cual le gusta recorrer lugares mágicos y cercanos a Bogotá, que se convierten en set natural para fotografías. Así, a través de la cámara, Jhoana captura el amor que se respira en sus modelos. Y nos gusta resaltar esta afición porque desde aquí podemos ver cómo, detrás de cada idea por el planeta, hay personas muy similares a nosotros. ¡Que viven y aman vivir!

Gracias a este emprendimiento Jhoana empezó a enfocar todos sus esfuerzos y capacidades hacia una meta muy bien definida. Para el caso de la fotografía, por ejemplo, esta tomó otra perspectiva. Antes de su innovación la fotografía tenía importancia arquitectónica y social. Ahora, desde una nueva mirada, la fotografía se convirtió en herramienta de comunicación de sus productos impermeabilizantes.

¿Y cómo se creó IMPERGOMA? Pues, resulta que la familia de Jhoana tenía una empresa industrial de cauchos, que llevaba más de 30 años en el mercado y en donde transformaban el caucho desde su estado natural o sintético hasta llevarlo a un producto final. Este se distribuía para diferentes tipos de industrias, como automotrices, agrícolas, de construcción, gimnasios e incluso centros estéticos. Usualmente, todo lo que nos rodea, como los utensilios, tienen caucho. Así es, el mango de esa cuchara que tanto te encanta para hacer tus espaguetis está hecho de caucho, y es justo eso a lo que se dedicaba Jhoana y su familia.

Sin embargo, un día Jhoana se dio cuenta de que su empresa familiar estaba generando residuos que no podían ser aprovechables. Además, quiso combinar su pasión por la arquitectura con el cuidado del medio ambiente, y pensó en que se podrían hacer elementos para construcción, como los pisos de gimnasios o parques, a partir de caucho reciclado. Así fue como se tomó la decisión de darle un giro de 180 grados a la empresa y empezaron a buscar soluciones muy específicas para mitigar el impacto que se estaba generando.
Pero lo que sin duda hizo cambiar el ‘chip’ fue cuando un día estaban instalando un impermeabilizante y este les falló a solo una semana de haberlo aplicado, esto pasó porque dicho producto contenía un ingrediente asfáltico, el cual es muy contaminante. Así que empezaron a probar, a probar y a probar, hasta que se consolidó IMPERGOMA.

En esta empresa familiar también trabaja la pareja de Jhoana, quien también es arquitecto. Juntos decidieron unir fuerzas para desarrollar un producto con el que se pudiera transformar nuestra industria tradicional del caucho y, al mismo tiempo, para que se pudiera utilizar en las obras que ellos hacían. Además, cada miembro de la familia aportó su conocimiento y sus habilidades y también recibieron el apoyo de sus colaboradores de planta, sus operadores, sus mezcladores y la parte administrativa. Todos juntos hicieron posible un sueño.

El producto: un sueño que no descansaba

El desarrollo de este producto impermeabilizante duró un año y medio en proceso, desde su conceptualización hasta su lanzamiento al mercado. Empezó a distribuirse oficialmente a mediados de abril de 2023. En sus inicios, cuando había surgido la idea de hacer un producto hecho con llantas, se dedicaron a investigar, a buscar fórmulas y personas que pudieran darles luces en el camino. Sin embargo, al contactar con algunos ingenieros químicos cercanos a ellos, estos les decían que no les podían colaborar, ya que sus contratos de confidencialidad con sus empresas no se lo permitían.

Después de buscar y buscar, encontraron a la persona indicada que les ayudó con la fórmula. Y luego ¡manos a la obra! Jhoana y su familia hicieron pruebas, las enviaron a los laboratorios e investigaron cómo se manejaba este tema en otros países, ya que en Colombia no había información al respecto. Así de simple. No se sabía nada sobre cómo hacer un impermeabilizante con llanta de caucho reciclado. Su referente principal fue México, porque allí llevan siete años implementando esta tecnología, pero Jhoana no quería importar este producto, sino que quería aprender a hacerlo por sí misma.

Luego de probar tres formulaciones diferentes, dieron con el resultado, esta vez la tercera fue la vencida. El laboratorio había arrojado que el producto era totalmente viable, su adherencia era perfecta, tenía los sustratos correctos… en fin, habían gritado “¡Eureka!”. “Fue como cambiar un poquito nuestros procedimientos que llevábamos en la empresa, fue como girar la cabeza hacia otro lado, pero al final era hacer lo mismo, solo que de diferente manera, ya tratando de mitigar un poco el impacto que estábamos generando”, comenta Jhoana con emoción al haber encontrado un producto que se ajustaba a lo que querían y necesitaban

Sus clientes: comprometidos con el planeta

Lo más gratificante para Jhoana y su familia es ver que los clientes se sienten satisfechos y felices por obtener un producto amigable con el medio ambiente, ellos sienten que están aportando su granito de arena para ayudar al planeta. “Me da satisfacción saber que no somos solo nosotros los que estamos pensando en ‘¿qué podemos hacer?’, ‘¿qué podemos solucionar?’ sino también el cliente”, añade Johana al saber que hay personas interesadas en el cuidado del medio ambiente. Y esto no es cualquier cosa, pues sus clientes consumen mínimo cuatro cuñetes (latas o canecas) de pintura y con esto ya saben que están recuperando seis llantas. Llantas que ya no están al aire libre contaminando, sino siendo reutilizadas.

Uno de los datos más importantes que les dan Jhoana y su familia a sus clientes es que por cada cuñete o por cada caneca de cinco galones que compran, están ayudando a recuperar 1.5 llantas y esto los motiva a seguir comprando más.

Dentro del impermeabilizante

¿Recuerdas cuando a Rayo McQueen le cambiaban sus llantas en medio de sus carreras? Ya sabes, cuando Guido el carrito azul le cambiaba sus llantas más rápido que un parpadeo y los demás quedaban asombrados. ¿Te imaginas que esas llantas viejas hubieran tenido una segunda vida y se hubieran convertido en un impermeabilizante? Por suerte, era solo una película, y por capacidad creativa existe esta empresa. Este producto está reforzado con las partículas de caucho de llanta reciclada. Al aplicarse estas partículas, aumenta el espesor de la capa impermeabilizante y, por ende, hace que su capa protectora sea mucho más eficiente y gruesa que las de un producto tradicional. Es más, con solo aplicar una capa en una superficie, se empieza a notar la diferencia y si aplicamos dos o tres capas, se va a reforzar mucho más.

Por otra parte, los refuerzos de la fibra de caucho hacen que tenga una mayor resistencia al desgaste y sea mucho más eficiente a la elongación, lo que lo hace más elástico. ¿Y cómo se usa este impermeabilizante en construcciones? Pues, por lo general, las construcciones que se hacen actualmente tienen asentamientos diferenciales, es decir, algunas partes se pueden mover o desplazar, entonces lo que hace el impermeabilizante es reforzar estas estructuras para que, al momento de presentarse movimientos, estas estructuras no se quiebren, además de impedir que se filtre el agua y la humedad.

Así mismo, Jhoana asegura que este impermeabilizante “está preparado para estar en la intemperie, a la lluvia, al calor, a la fricción… mejor dicho, a diversos cambios de temperatura y de shock térmico”. Adicionalmente a eso, cuando el impermeabilizante es de color blanco ayuda a reflectar hasta un 30% los rayos UV. En IMPERGOMA se venden de varios colores, el blanco es el más usado en las zonas cálidas, ya que el blanco hace que baje la temperatura en el interior de las casas, a diferencia del color negro que sí atrae el calor, así como te lo explicamos en un principio.

IMPERGOMA maneja 5 colores: verde, blanco, negro, terracota y gris. Foto: tomada de https://www.cauchoslaroca.com/impergoma

Una de las tantas ventajas de este impermeabilizante es que se adhiere a cualquier superficie: en concretos, en hormigones, en ladrillos, en tejas de asbesto, en tejas de zinc, en cemento, incluso en tus manos, así que, si te untas, debes quitártelo con rapidez antes de que se seque. Este producto tiene una vida útil de 5 años, sin embargo, debe revisarse cada año para verificar que esté bien.

El impermeabilizante de color verde es el más usado en jardinería. Foto: Jhoana Pérez.

Las llantas: una problemática ambiental

Según la Revista ‘Auto Crash’, en Colombia se desechan 61 mil toneladas de neumáticos cada año, de los cuales gran parte terminan arrojados en vías, lugares deshabitados y ríos, y solo 3 de cada 10 son reciclados o adecuados correctamente. Además, esta revista asegura que “la fabricación a gran escala de neumáticos y los problemas que se generan en la recolección y la correcta disposición, constituyen uno de los problemas medioambientales más graves en los últimos años no solo en Colombia sino en el mundo”.

Y sí, otro factor que se une a esta problemática es la falta de conciencia de las personas, quienes se les dificulta entender que las llantas o neumáticos no pueden ser desechados como otros residuos. Así mismo, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia dictó una resolución en el 2017, donde se establecen sistemas de recolección selectiva y gestión ambiental de llantas usadas, con lo que se espera reducir la acumulación de llantas en sitios no adecuados.

Por otra parte, según un informe de la Universidad Ean, en Bogotá las llantas usadas “se han convertido en un problema ambiental y sanitario, ya que estas terminan en espacios públicos, humedales y rellenos sanitarios, generando proliferación de insectos y roedores, porque dentro de ellas se puede almacenar agua y demás residuos. En otros casos son incineradas para aprovechar únicamente su estructura (acero)”. Y quemar las llantas tampoco es una solución viable, pues representa problemas en el aire y en la salud humana.

Por eso, empresas como IMPERGOMA le apuestan a un cambio sostenible, un cambio en la forma de consumo. En este sentido, nuestros innovadores le apuestan a una nueva vida a esas llantas, para que construyamos un mundo mejor con menos contaminación.

Soñando con quienes lo hacen posible

Una acción plausible de IMPERGOMA es que han venido trabajando en una iniciativa con impacto social y es con las personas que realizan la recolección de las llantas. Se trata de una campaña llamada ‘La quinta fachada’. ¿Por qué ‘quinta fachada’? Pues es esa fachada que nadie ve, que es la última, la de la cubierta. Y es que, claro, todos nos quedamos maravillados por lo que puede lograr este producto mágico, sin embargo, no muchos nos damos cuenta de quiénes son los encargados de recoger esas llantas. Así que por cada mil llantas que se recolectan, IMPERGOMA dona suministros e instalaciones para reparar las cubiertas de los hogares de aquellos que se encargan de recolectar. Todo con el fin de que estas maravillosas personas sepan del impacto que están generando y, sobretodo, que ellos mismos se puedan beneficiar de ello.

Ni Jhoana ni su familia se imaginaron que iban a lograr un gran impacto tanto en sus vidas como en las de los demás. “Al final uno no sabe para dónde va realmente la vida, pero la vida lo va encaminando a cosas muy interesantes y ese ha sido mi caso”, enfatiza Jhoana con una sonrisa y con mucha ilusión.

Finalmente, Jhoana les deja un mensaje a los alunáticos y alunáticas que están leyendo: “cualquier proceso industrial siempre va a tener una forma de hacerse mucho más amigable con el planeta. Vale la pena transformar esos procesos tradicionales con los que estamos acostumbrados día a día, con tal de brindar un aporte a nuestra sociedad”. Y no hay nada más cierto, pues estamos acostumbrados a normalizar que las industrias y las empresas no tengan en cuenta la parte ambiental, cuando en realidad sí se puede.

“No importa qué tan retador pueda ser. Hagan investigación y, sobretodo, tengan curiosidad, porque siempre surgirán las mejores soluciones sostenibles”, finaliza Jhoana con emoción, creyendo en un futuro sostenible y más amigable con el planeta.


Entrevistada: Jhoana Pérez
Creadora de Impergoma
Escrito por: Jenny Karina Bayona Gómez

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