Es una noche oscura, estás acostado en tu cama, a punto de sumergirte en un apasionante libro electrónico o disfrutar de una serie en tu teléfono. Sin embargo, hay un pequeño problema, tu celular está al borde de la descarga y la penumbra reinante en la habitación te impide encontrar un tomacorriente. ¿Te resulta familiar esta situación?
¿Qué tal si te contara sobre una lámpara que no sólo ilumina tu espacio, sino que también te mantiene conectado, recargado y hace un impacto ecológico positivo, todo al mismo tiempo? Esto suena como algo sacado de una película de ciencia ficción, ¿verdad?
Pues bien, no necesitas un viaje en el tiempo ni una máquina del futuro para experimentarlo, porque Dekonciencia lo ha hecho posible. Continúa leyendo para descubrir cómo esta asombrosa empresa bogotana de raíces familiares ha convertido en realidad esta maravilla de tecnología y sostenibilidad, situándose en la encrucijada perfecta entre la elegancia y la utilidad.
Iluminando un futuro sostenible desde un hobbie
¿Alguna vez te has preguntado cuántas veces has descartado objetos o materiales que podrían haber tenido una segunda vida en la creación de nuevos artículos? Reflexiona sobre cuántas veces has tirado envases de plástico que podrían haber sido reciclados y transformados en nuevos productos. O piensa en las ocasiones en las que tus viejas prendas de ropa pudieron haberse convertido en material para la confección de nuevos estilos de moda.
Quizás has desechado muebles antiguos o piezas de madera en lugar de considerar la posibilidad de restaurarlos o reutilizarlos en proyectos de bricolaje. ¿Te has preguntado cuánto podríamos haber reducido nuestra huella ambiental si hubiéramos optado por estas segundas oportunidades?
Sabías que según el informe del Banco Mundial titulado What a Waste 2.0 de 2018, en el mundo se generan anualmente 2.010 millones de toneladas de desechos sólidos municipales, cantidad que podría caber en 822.000 piscinas olímpicas. De manera aún más preocupante, se proyecta que esta cifra aumentará en un 70% en los próximos 30 años, alcanzando un asombroso volumen de 3.400 millones de toneladas por año.
En el caso de Colombia, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios estima que el país genera aproximadamente 12 millones de toneladas de basura al año, de las cuales solo se recicla un 17%.
Pero, ¿qué sucede cuando dos apasionados publicistas, Patricia Roa y su esposo Javier Duarte, unen fuerzas y deciden hacer una diferencia?
Javier y Patricia han compartido dos décadas de su vida juntos, y hace 16 años, Javier le dio un nuevo rumbo a su hogar utilizando materiales reciclados. Patricia recuerda con cariño: “Mi esposo es el alma de la empresa. A través de su creatividad, su recursividad y su afición por la manufactura, dio vida a lo que hoy es Dekonciencia”.
La chispa de esta empresa surgió cuando quisieron regalarle a regalarle a sus hijos Erick y David una mesa de billar. No encontraron mesas de billar para niños que cumplieran con sus estándares de calidad, así que Javier decidió hacer una empleando materiales reutilizados. De ahí en adelante su mobiliario, decoración y estilo de vida en casa se ha basado en esta técnica de producción.
En medio del año 2020, impactados por la grave crisis provocada por la llegada del COVID-19, estos visionarios decidieron adentrarse en el mundo de la creación de productos ecológicos artesanales a partir de la reutilización de residuos tales como envases plásticos, empaques, textiles, cables, neumáticos, llantas, cartón, aluminio y madera. Como señala Patricia, “nos dimos cuenta que estábamos sentados sobre el modelo del negocio, esos residuos sólidos tienen un gran potencial como materia prima”.
Su enfoque no se limitaba únicamente a la preservación del medio ambiente, sino que también se centraba en cómo contribuir al bienestar de la sociedad. Cada uno de los ecoproductos que creaban era meticulosamente elaborado a mano.
En un momento en que la pandemia había dejado a muchas personas en una difícil situación económica, se dieron cuenta de que su modelo de negocio tenía el potencial de proporcionar un crecimiento significativo en oportunidades de empleo para numerosos ciudadanos de Bogotá. Estos ciudadanos, en su mayoría desplazados de otras ciudades y pertenecientes a comunidades vulnerables, podían aprender y ser parte activa en el proceso productivo. Esta participación no solo mejoraba sus propias vidas, sino que también fortalecía la calidad de vida de la sociedad en su conjunto.
De esta manera, Dekonciencia nació y se presenta como una empresa con un propósito claro: crear y promover soluciones conscientes que fomenten la producción y el consumo responsables, generando un impacto positivo en términos ambientales, económicos y sociales.
Más que una empresa, Dekonciencia es un faro donde la pasión por el diseño se fusiona con la determinación de forjar un mundo mejor. Este innovador emprendimiento se adentra en el mundo de la sostenibilidad al armonizar con maestría los recursos disponibles, empleando la creatividad como su herramienta fundamental para diseñar, fabricar y comercializar ecoproductos que combinan belleza y funcionalidad con un inquebrantable compromiso con la calidad. Estos productos no solo brindan la oportunidad de embellecer nuestros hogares y lugares de trabajo, sino que también representan un firme paso hacia un futuro más sostenible.
O en palabras de Patricia: “Dekonciencia es nuestro propósito de vida, porque reúne todo todo lo que amamos del diseño, el cuidado ambiental y la satisfacción de ayudar a las personas. Ese es nuestro motor para lograr que esta empresa crezca”.
Da luz verde a tu vida… Enciende el botón “Reciclar”
¿Recuerdas que hace poco te hablé de una lámpara que no solo nos facilita la vida, sino que también abraza nuestro amado planeta? ¡Permíteme presentártela!
Esta lámpara única, que es un ejemplo de lo que nuestros protagonistas pueden hacer, es un verdadero testimonio de estilo y sostenibilidad, fabricada con materiales como madera recuperada, cartón prensado reutilizado y textiles automotrices.
Lo que hace que esta lámpara sea aún más especial es su funcionalidad. ¿Sabes qué tiene en su base? ¡Un tomacorriente! Esta característica la convierte en una pieza verdaderamente versátil y práctica. El objetivo es que el usuario no tenga que buscar enchufes detrás de la cama, el sofá o debajo del escritorio. Simplemente conecte su dispositivo en el toma integrado y listo. Además, se puede ajustar a cualquier tamaño de teléfono y ubicar en múltiples posiciones.
Su proceso de elaboración inicia con la recuperación de madera de muebles en desuso o estibas, retirando meticulosamente sus clavos de cuatro o cinco centímetros, antes de cortar y dar forma a la madera para los diferentes brazos de la lámpara. Luego, cada pieza se lija, pule y pinta a mano. Seguido a esto, en una muestra brillante de
reutilización se arma la base con cartón prensado, dando una nueva vida a cilindros de tela. Finalmente, se instala el sistema eléctrico y se recubre la parte inferior con tejidos automotrices reutilizados como protectores para salvaguardar el escritorio o cualquier superficie donde se coloque.
Pero eso no es todo. Sus bombillas LED de bajo consumo no solo ayudan a ahorrar energía, sino que son respetuosas con el medio ambiente, haciendo de esta lámpara la elección perfecta para aquellos compradores que desean un producto que ilumine su vida con estilo y respeto por la naturaleza.
La constancia es parte del avance
Claramente, no todo fue un camino de rosas para Patricia y su familia, ya que tuvieron que desafiar los paradigmas arraigados en la sociedad. Uno de estos desafíos fue lidiar con la percepción negativa de los ecoproductos, los cuales utilizan materiales recuperados, lo que a menudo suscita dudas acerca de su calidad. Sin embargo, día tras día, trabajan incansablemente para cambiar la percepción de muchas personas, demostrando la excelente calidad de los ecoproductos. Por esta razón, su logotipo representa al ser humano mediante una carita, con un símbolo en la parte superior que es la conciencia, girando precisamente para reflejar una transformación completa, desde el interior hasta el exterior.
Si bien su precio es competitivo en comparación con las lámparas convencionales que se encuentran en el mercado, en su mayoría importadas, Patricia destaca uno de los comentarios más frecuentes al vender estos ecoproductos: “Si están hechos con material recuperado, ¿no deberían ser más asequibles? En teoría, ese material ya no se usaría”.
Este planteamiento pone de manifiesto cuán limitada es aún la conciencia de los consumidores sobre los impactos de sus decisiones de compra en el medio ambiente. Es crucial comprender que estos ecoproductos son creados a mano, evitando la producción en serie de máquinas contaminantes. En cambio, están impulsando la generación de empleo, resolviendo problemáticas relacionadas con los residuos y reduciendo la huella de carbono. Además, se destacan como productos de una durabilidad excepcional, ya que son artículos que se pueden reparar y restaurar, perdurando a lo largo del tiempo.
A pesar de estos desafíos, su esfuerzo por repensar los patrones de consumo y dar una segunda oportunidad a los residuos, además de brindar apoyo a comunidades vulnerables, comenzó a dar frutos. Todo esto los llevó a estar entre los finalistas en los Premios Latinoamérica Verde 2021, ocupando el tercer puesto en la categoría economía y producción sostenible y el puesto once en la categoría de economía circular.
Un futuro más verde es posible
Para finalizar, quiero compartir con ustedes, queridos alunáticos, una frase inspiradora que creo que resume perfectamente el espíritu de Dekonciencia y su poderoso mensaje: “Nadie puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo”. Esta expresión nos recuerda que, incluso con pequeños pasos, podemos influir en la conciencia de otros y unirnos en la lucha contra los factores que han contribuido al constante deterioro de nuestra madre tierra.
Dekonciencia nos lleva a soñar en un futuro más verde y nos invita a transformar nuestro mundo. Pero esta transformación no se trata de cambiarlo con dinero, sino con conciencia. Debemos romper con la costumbre de adquirir constantemente cosas “nuevas” y comenzar a darle una oportunidad a los productos ecológicos. No solo son de la mejor calidad, sino que también protegen nuestro preciado planeta.
Debemos liberarnos de la costumbre de adquirir constantemente cosas ‘nuevas’ que extraen los escasos recursos naturales vírgenes y reconocer los residuos sólidos por lo que son: materia prima en potencia, dándole una oportunidad a los ecoproductos, que no solo ofrecen la máxima calidad, sino que también salvaguardan nuestro amado planeta, beneficiándonos a nosotros mismos y a todos aquellos a quienes queremos.
Como Patricia nos recuerda: “Puedes tener un negocio en lo que te apasione, ya sea bailando, cantando, pintando, siendo abogado o ingeniero, lo que sea que quieras hacer. Lo importante es no perder de vista que todo genera un impacto, y es crucial encontrar la manera de enlazar esto para generar un bien social y ambiental.” Así que, juntos, podemos lograr un cambio significativo y crear un mundo mejor. ¡A transformar nuestro mundo con conciencia!
Entrevistada: Patricia Roa
Cofundadora de Dekonciencia
Escrito por: Paula Valencia (Semillero ALUNA)
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