A los 74 años revolucionó el mercado con vinagres naturales: Conoce a LaChila

LaChila es un emprendimiento de una mujer de 74 años quien, sin importar la edad, decidió soñar a partir de una receta de su abuela. Conoce aquí la inspiradora historia de Alcira Román.


¡A que tú también lo recuerdas! Todos recordamos al señor Carl Fredricksen, el protagonista de “Up: una aventura de altura”, quien se le ocurrió llevar su casa volando con globos de helio a las Cataratas Paraíso, solo para cumplir el sueño de Ellie, su fallecida esposa. Esta película nos demostró que no hay edad para hacer lo que más deseas, no hay edad para cumplir sueños, y esta es precisamente la historia de LaChila. 

Alcira Román Hernández nació en Sevilla, un municipio de Valle del Cauca, y hace 43 años vive en Santander. Su nombre se escribe y se pronuncia completo, con el Hernández, porque su mamá se enojaba si no pronunciaban su apellido, “¿usted no tiene mamá?”, decía.

Nuestra emprendedora a sus actuales 74 años, siempre procuró no trabajar en empresas y, aun así, sacó adelante sus dos hijos quienes crecieron, se convirtieron en profesionales y se fueron del país. Ella al quedarse sola, empezó a preguntarse a qué se podía dedicar a su edad, así que decidió estudiar en el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, y montar su propia empresa en el 2015. Realizó varios cursos, como manejo de conejos, cerdos, gallinas, pollos, ganadería, ordeño de vacas, a ‘tumbar’ terneros y hasta poner inyecciones. 

Alcira Román, creadora de LaChila. Foto tomada de: https://lachila.com/

Si eso no fuera suficiente, después hizo cursos de manipulación de alimentos, preparación de yogures y otro para aprender a hacer cárnicos. El último que llevó a cabo se llamaba Jóvenes Rurales, y su profesor le dijo “señora, disculpe, pero esto es para jóvenes” y Alcira respondió “¿y qué pasa?” Y así fue como empezó su emprendimiento. Nunca se imaginó que todo aquello que estudió le serviría para su negocio, aunque lo hizo por gusto y por hacer algo. Inició su emprendimiento porque era parte de su proyecto final del curso.

Alcira Román es una fiel creyente de la ley de la atracción. Considera que todo lo que piensa lo atrae, y esto es gracias a una anécdota que le sucedió. Un día ella iba entrando a un supermercado y vio a una señora con su hijo a quien le dijo “¡Ay, mijo! ¿Pero dónde vamos a encontrar ese vinagre de manzana?”, y allí se encendió una chispa en la mente de Alcira. “¿Vinagre de manzana? ¡Yo sé hacer vinagre de manzana! Eso es lo que voy a hacer, voy a empezar con eso”. Y así fue como inició todo. Junto con los conocimientos de su abuela y una noche en vela, viendo videos en Youtube, comenzó a hacer vinagre de manzana.

“No es fácil lo que yo empecé”, manifiesta Alcira, ya que duró todo un año haciendo pruebas, donde el vinagre no salía como debía ser. Se le inflaban las botellas donde los envasaba, se le explotaban y con todo esto se perdía dinero. Sin embargo, no se rindió. Tiempo después, recibió la ayuda del SENA donde le explicaron algunos parámetros y le indicaron qué estaba haciendo mal. Así fue como LaChila empezó a vender de manera recurrente en el 2016.

Así luce el vinagre de manzana de LaChila. Foto tomada de: https://lachila.com/

Sin embargo, había quienes no creían en su idea de negocio, le decían que era mejor que hiciera otras cosas, que no hiciera locuras a su edad, su familia le decía que “estaba loca”. “Uno siempre está prestándole atención al qué dirán”, dice Alcira con voz reflexiva. Pero esto no la detuvo, sus sueños fueron más grandes y fuertes que todos los comentarios. ¡Y sí que lo logró!

Uno de los factores diferenciadores de LaChila es que trabaja únicamente con mujeres madres cabeza de hogar, ya que ella sabe el esfuerzo que deben hacer las mamás solteras y siempre deseó hacer esta labor social. Con LaChila trabajan aproximadamente 9 mujeres. Ella tiene su planta en su casa en el corregimiento de Cite, Barbosa, y distribuye a diferentes supermercados y personas, incluso a nivel nacional.

¿Y cómo se hacen los vinagres?

La señora Alcira consigue la fruta directamente con los mismos cultivadores. Como son muchos kilos se los lleva un camión, luego se lavan, se desinfectan y se someten al proceso de fermentación. Después, esa fruta se convierte en sidra de manzana, y luego se procede a la segunda fermentación, dejando un tiempo estimado de tres meses hasta que esté listo. El producto final, listo para la venta, puede durar hasta 7 u 8 meses, dependiendo de la fruta, la raíz o la planta. “Es un tema bastante artesanal”, comenta Alcira.

LaChila maneja 9 tipos de vinagre que contienen frutas, raíces, plantas medicinales y plantas aromáticas. Hay de manzana, pera, banano, piña, jengibre, cúrcuma, aloe y canela, romero y borojó. Estos vinagres están envasados en botellas de vidrio, pero no siempre fue así, ya que Alcira usaba botellas plásticas en un inicio. Tiempo después, al ser declarada LaChila como negocio verde, tuvo que dejar de usar plásticos y pasarse a las botellas de vidrio. Actualmente, se está mirando la posibilidad de que estos vinagres se puedan envasar en algún tipo de cartón.

Estos son los 9 vinagres que tiene LaChila. Foto tomada de: https://lachila.com/

¿Y cómo se aplica la economía circular en su negocio? Resulta que todos los residuos que se generan al hacer los vinagres, como las cáscaras y semillas, se convierten en abono, un proceso que toma entre 2 y 3 meses, después, ese abono es utilizado para la huerta donde siembran tomillo, romero, jengibre y cúrcuma. Además, se recicla el cartón para hacer los embalajes y enviar sus productos a otros departamentos.

Doña Alcira ha participado 4 veces desde el 2021 en ExpoSuárez, una feria agroempresarial, agroindustrial y ambiental, donde ha conocido a más emprendedores y ha construido lazos con sus clientes, quienes prefieren sus productos por ser naturales. “La gente los compra más por la salud que por cualquier otra cosa. Mis vinagres no tienen aditivos químicos, ningún colorante ni saborizante, son completamente naturales, porque están elaborados de la forma en la que lo hacían nuestros ancestros”, dice Alcira con orgullo.

Los aditivos y conservantes: su impacto medioambiental

De acuerdo con la Environmental Protection Agency (EPA), la producción y el uso de conservantes y aditivos sintéticos pueden contribuir a la contaminación del agua y del suelo. Los químicos usados en estos procesos afectan a los ecosistemas locales. Además, los jugos artificiales suelen envasarse en botellas de plástico, lo cual contribuye a la creciente problemática de los residuos plásticos. Estos envases pueden tardar cientos de años en degradarse y a menudo terminan en los océanos, afectando la vida marina.

Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sostiene que la fabricación de aditivos y conservantes implica procesos industriales que generan emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el transporte de estos productos desde las fábricas hasta los puntos de venta también contribuye a la huella de carbono. Así mismo, los jugos artificiales a menudo se producen en grandes cantidades y pueden tener una vida útil más larga debido a los conservantes. Sin embargo, si no se venden, estos productos pueden convertirse en desperdicio, lo cual implica una pérdida de recursos y un aumento en la generación de residuos.

Es por esto que, optar por productos naturales y libres de conservantes y aditivos, no solo es beneficioso para la salud, sino que también ayuda a reducir el impacto negativo en el medio ambiente. Promover y apoyar la producción y consumo de alimentos naturales y sostenibles es un paso importante hacia un futuro más saludable y ecológico.

El deseo de LaChila

El sueño de Alcira Román Hernández, LaChila, es ver su empresa en todos los rincones de Colombia en un futuro no muy lejano y, por supuesto, también ve sus vinagres y jugos naturales ‘al otro lado del charco’, en todos los países donde lo necesiten.

Este es el mensaje que le deja a las personas que quieran emprender sin importar la edad: “No tengan miedo, porque el miedo es el que no nos deja. El miedo a fallar, el miedo al qué dirán, el miedo a que me vean vendiendo, miedo a que crean que uno se muere de hambre. Todo eso puede pasar, pero no tengan miedo. Y yo siempre les digo que estudien, no se queden ahí, hay que estudiar”.


Entrevistada: Alcria Román Hernández
Creadora de LaChila
Escrito por: Jenny Karina Bayona Gómez

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