Enjabona tu futuro: la apuesta sostenible de bicheway

“No me quiero bañar, no me quiero bañar, así cochina me voy a quedar. No me gusta el shampoo, no me gusta el jabón, así cochina me siento mejor”. ¿Recuerdas esta canción? Cuando éramos niños, probablemente, no nos gustaba bañarnos tan seguido y más si hacía frío y esa canción que tanto reproducían en las fiestas infantiles y piñatas cobraba sentido. Pues ¿qué crees? Te hablaremos de una nueva tendencia, con la cual podrás hacer feliz al planeta. Estamos hablando de jabones artesanales que, además de prometer un buen baño, también se interesan por el cuidado del medio ambiente, ¡un genial 2 en 1!

Brenda Díaz es la fundadora de Bicheway, una empresa de marketing rural que se dedica a la conservación del medio ambiente a través de jabones medicinales y con empaque reutilizable. Brenda, con 29 años y proveniente de Cúcuta, Norte de Santander, es mercadóloga y publicista de profesión. Es intrépida, enérgica, risueña y habla con mucha seguridad. No es fan del maquillaje y desde niña ha sido alérgica a los jabones, ya que tiene una piel sensible y, precisamente, esto fue lo que la llevó a crear esta innovadora idea: jabones naturales para personas con piel sensible como la suya, también para pieles grasas, pieles mixtas o con acné.

Cuando un caballo lo inició todo

Este emprendimiento nació nada más y nada menos debido a un caballo. ¿Un caballo de verdad? ¿Pero cómo? Resulta que Brenda, ya en su juventud, se había enamorado de un caballo salvaje, de montaña, y se lo estaban vendiendo a cuotas. El problema es que ella no tenía dinero. Aun así, ella no se quedó de brazos cruzados y habló con su madre para que le ayudara a financiar la primera cuota y, posteriormente, ella misma se haría cargo del resto. Y así lo hizo. Lo llamó Coco, un caballo con manchas color chocolate y blanco, justo como la Nucita. De ahí en adelante, Brenda tenía que conseguir alguna forma de emprendimiento para pagar su caballo y allí se encendió ese bombillito sobre su cabeza.

Coco fue su motivación para crear Bicheway. Foto: tomada de Instagram @bicheway.

“Así fue como empezó mi emprendimiento, vendiendo jabón. Estamos hablando que eso pasó hace un año y cuatro meses”, comenta Brenda con emoción. De ser un medio para comprar su caballo, se convirtió en su negocio y su sueño, y en lo que le permite hacer arte. Nuestra emprendedora también hace énfasis en los beneficios que tienen sus jabones, “saber que con lo que te estás bañando no tiene químicos, no vas a sufrir de cáncer o dermatitis”. Pero estos productos no son solo para evitar estas afecciones, sino que buscan hacer un llamado de atención a las personas para que cuiden la madre naturaleza.

¿Y qué significa Bicheway? Esta es una palabra compuesta por otras dos. “Biche” es un fruto que no ha logrado su plenitud o culminación. Y “way” es la manera, la forma y el camino de un emprendimiento sostenible. En pocas palabras, camino verde, crecimiento, transformación y proceso, todo esto hace parte de Bicheway.

Día a día las personas utilizamos shampoo, jabón, bloqueador y maquillaje, todo lo necesario para vernos limpios y guapos, sin embargo, no somos conscientes de que estos productos tienen componentes químicos sintéticos, los cuales se desechan en el agua cuando nos lavamos la cara o nos bañamos.

Así lucen los jabones especiales para el acné. Foto: tomada de Instagram @bicheway.

Quien impulsó a Brenda para crear su emprendimiento fue su mamá. Ella la motivó a hacer algo, a seguir sus sueños y a luchar. Ella le decía “Brenda, busque algo qué hacer, llénese de propósito, busque ideas”, siempre le decía que se labrara su propio futuro, que estudiara lo que la hiciera feliz y pensara en grande. Estas fueron las palabras que le dieron el empujoncito a Brenda, y junto a su padre trabajador y su abuelo inolvidable, se motivó más y así inició un sueño.

Así es como Brenda habló con una prima que le dio la idea de negocio, es decir, hacer jabones artesanales. Pero Brenda no solo quería hacer jabones por hacerlos, ella desde un principio decidió conservar el medio ambiente, decidió que todo lo que hiciera en adelante iba a tener un impacto en la naturaleza. “Siempre tuve en mi convicción, en mi corazón, cuidar la naturaleza, porque nací y crecí en un departamento con mucha riqueza rural”, dice Brenda con ilusión. Y es que no es para menos, ya que cuando era pequeña hacía caminatas por las montañas, pasaba tiempo con las vacas, disfrutaba del pasto verde y el aire fresco que acariciaba su rostro. Su propósito como persona y como empresa es cuidar su salud, la de su familia y el lugar donde vivimos.

Brenda es una gran amante de la naturaleza. Foto: tomada de Instagram @bicheway.

Lo más loable de este emprendimiento no solo es su responsabilidad ambiental, sino su responsabilidad social, porque cuenta con la colaboración y el trabajo de mujeres cabeza de familia, de madres rurales, todo para seguir reconstruyendo nuestro tejido social. Además, los estampados de sus empaques tienen diseños alusivos a la conservación del medio ambiente y son hechos por Matías Porras, un niño de 7 años. Por eso ella motiva a los emprendedores para que hagan lo mismo por Norte de Santander.

Diseño de empaque por Matías Porras, niño de 7 años. Foto: tomada de Instagram @bicheway.

Aprendiendo a hacer jabones

Brenda aprendió a hacer jabones con una de las empresas más importantes de productos naturales y cosméticos en Norte de Santander: ZOEY. Allí descubrió todo el proceso que hay detrás de un jabón natural, sin químicos ni adicionales que dañan la piel y al medio ambiente. Aprendió esta grata labor gracias a los dueños, quienes fueron sus dos mentores y amigos, Sandra y William. En ZOEY se fabrican jabones de todo tipo: herbales con esencias naturales, jabones especiales para quitar el acné y para quitar sus manchas, jabones para relajar el cuerpo y quitar el estrés, ¿y para el insomnio? No se diga más, también hay jabones para que puedas dormir como bebé.

Por otra parte, en Bicheway se tiene muy en cuenta la economía circular y la sostenibilidad comercial. La economía circular es la que trabaja bajo los estándares de reciclaje y reutilización, es cuando se le da una segunda vida a lo usado y así se disminuye la cadena de residuos. Y la sostenibilidad comercial es cuando se proyecta una empresa respetando al medio ambiente y dándole oportunidad de empleo a la comunidad, además de darles un propósito a esas personas, más allá de simplemente hacer dinero.

“Sí tengo algunos insumos en mi casa, en mi finca, otros se los compré a los vecinos, y así es como obtengo los insumos para elaborar mis jabones”, comenta Brenda, mientras que, al mismo tiempo, recalca la importancia de ayudarse entre emprendedores y campesinos, pues no hay que ver los emprendimientos como una competencia, sino como un aliado, ya que todos trabajamos para un mismo bien común: el medio ambiente.

“Yo no hago jabones saponificados. Por lo menos no todavía. Yo los hago con baño. Eso se realiza con glicerina, que viene siendo un residuo del jabón cuando pasa por el proceso de saponificación”. ¿Y qué es la saponificación? Además de ser un nombre chistoso, que nada tiene que ver con sapos, es un proceso químico en el que se unen tres componentes importantes: una grasa, un álcali y agua. La mezcla de estos tres ingredientes da como resultado una sal sódica y la famosa glicerina, es decir, un jabón.

Ya hablamos un poco de los jabones, ahora hablemos sobre sus envolturas que también son amigables con el medio ambiente. Resulta que, para hacer los empaques, primero se compran los residuos textiles de otras industrias, luego se reelaboran y se convierten en un empaque totalmente biodegradable que cubrirá al jabón. Esta es una iniciativa que se une a otras, como las envolturas de almidón de yuca y de fécula de maíz para reemplazar las envolturas plásticas. Así mismo, todo esto hace parte de los negocios verdes. ¿Qué es un negocio verde? ¿Pintar sus paredes de color verde? Pues no, un negocio verde es cuando una empresa produce un servicio o un producto a favor de la comunidad, pero en sus principios está la conservación del medio ambiente.

En Bicheway existen dos opciones de empaque, ambos son reutilizables y están confeccionados con mucha dedicación por una madre rural. El primero está hecho con una tela antifluido y el segundo es biodegradable con una base textil de fique que hace parte de la Federación Cafetera de Bochalema.

Al principio, Brenda fabricaba los jabones en su finca, sin embargo, ha viajado a varios lugares para hacer parte de algunas ferias. Ha viajado a Cúcuta, Los Patios, Bochalema y Medellín. Es entonces cuando Brenda fabrica los jabones en estas ciudades, además de llevar un stock ya escogido. Así que no importa lo que suceda, Brenda siempre está preparada.

En el interior del jabón

En Bicheway lo más importante es tener claro para qué se va a hacer un jabón. ¿Se hará para hidratar? ¿Se hará para exfoliar? Dependiendo de ello, se inicia el proceso. Los jabones deben hacerse con propósito, con investigación, no solo hacerlos porque sí. Después se observan y se evalúan las propiedades que se le quieren dar al jabón, si será un jabón hidratante, uno desestresante o para el acné, etc. “Cualquiera puede hacer un jabón, pero los hacen con colorantes, químicos sintéticos, con aromas deliciosos, pero no dejan de ser químicos sintéticos que pueden producir irritación o alergias”, manifiesta Brenda haciendo su crítica al consumo actual de la sociedad.

¿Y cómo se les da color a estos jabones? Pues, pasa que, por ejemplo, una piedra está en un río y por el tiempo que ha pasado haciendo contacto con el agua, se empieza a ver con una coloración entre naranja y dorada. Esto es porque la piedra está atravesando un proceso natural químico de oxidación. Entonces, esos colores, esos matices dorados que tiene la piedra, son lo que se raspa y se utiliza de manera natural para hacer este tipo de cosméticos que no son perjudiciales, ni son tóxicos.

Por otra parte, la glicerina se usa como base para todos los jabones. Brenda comenta también que tiene un distribuidor que le certifica su origen de base natural y vegetal, sin químicos. “Si empezamos a tener unos mejores hábitos de consumo responsables, podemos intentar reducir los daños contaminantes que hacen que estos lugares mágicos—como nuestros bosques—se acaben”.
Bicheway vende aproximadamente 200 jabones por mes y, aunque Brenda está dedicada a su carrera política y a su curso sobre transformación de productos medicinales en el SENA, siempre está dispuesta a atender las necesidades de sus fieles clientes.

La problemática y los residuos en las aguas

Según Kantar Worldpanel, empresa mundial de datos que da información sobre hábitos de consumo, en Colombia una persona usa un kilo de jabón corporal al año, así que, en general, se llegan a producir aproximadamente unas 26.000 toneladas al año. Además, se explica que “el jabón en pastilla o barra maneja el 90% del volumen total, mientras que el líquido se queda con el 10% restante”, lo que quiere decir que, aunque existan los jabones líquidos, el jabón en barra sigue siendo el preferido por los colombianos.

Ahora, es bien sabido que cuando nos bañamos con jabón, debemos enjuagarlo con suficiente agua. Lo que no todos saben es que esa agua, al quitarnos el jabón, lleva químicos sintéticos que terminarán en los ríos y mares. Y esto no solo sucede con los jabones para el cuerpo y la cara, sino que también sucede con los detergentes y cualquier otro producto de aseo para el hogar. Desde otro punto de vista, más allá de contaminar el agua, — aunque hay detergentes que se presentan en cajas de cartón— aún existe la tendencia de presentarlos en los envases plásticos convencionales, plásticos que no pueden separarse posteriormente, lo que implica que no se puedan reciclar. Y esto es un grave problema para nuestro planeta.

El momento en que la sociedad empezó a comprar y a usar jabones desmesuradamente fue cuando atravesamos por la temible pandemia del Covid-19, donde todos estaban como locos lavando y limpiando no solo su cuerpo sino sus casas, y esto, según el diario La República, representó un aumento del 11% en el gasto de productos de aseo del hogar y aseo personal.

Muchos jabones y detergentes convencionales utilizan fosfatos, fosfonatos o percarboxilatos como potenciadores. Y esto, precisamente, es lo que agota el oxígeno del agua, y si no hay oxígeno en el agua, no hay fauna acuática, además de que generan malos olores (a pesar de ser jabones con olor a rosas) y causan desequilibrios muy graves en lagos y ríos.

¿Y cuál es la diferencia entre un jabón industrial y uno artesanal? Tranqui, que te lo explicamos. Los jabones industriales cuentan con diversidad de componentes sintéticos, en cambio, los jabones artesanales se elaboran con ingredientes naturales. Así que, además de no dañar nuestra piel, le aporta propiedades como la hidratación y, sobre todo, se está respetando al medio ambiente. Los jabones industriales emplean productos sintéticos como sulfatos, siliconas y surfactantes para generar espuma. Sí, esa espuma que tanto nos encanta ver y con la que hacemos burbujas. Pero los jabones artesanales y naturales no tienen estos ingredientes, y al estar en una forma sólida se eliminan por completo los plásticos que utilizan las industrias para hacer jabones en gel. Algo mejor que reciclar es sencillamente evitar que de por sí no existan estos plásticos.

Logros y consejos

Brenda tiene tres momentos que marcaron su vida. El primero, sin duda, fue cuando conoció a Coco y el segundo fue cuando estuvo en Medellín, en Colombia Moda, una feria nacional donde estuvo con una amiga que fabrica espectaculares botas vaqueras de cuero y bordadas. Allí se alió con ella e hicieron un estampado para el logo de su amiga, luego vendieron jabones de Bicheway juntas. Lo gratificante para Brenda fue haberles vendido su producto a extranjeros provenientes de México y Guatemala. Finalmente, su tercer mejor momento lo vivió en la Feria Nacional Bioexpo, en Norte de Santander, donde expuso su emprendimiento.

Y, como todo emprendimiento, al principio su mayor obstáculo fue el dinero, pero se dio cuenta de que cuando las personas se mueven en pro de un propósito, el dinero es lo de menos. Y es que no hay nada más satisfactorio y gratificante que cuidar la naturaleza de la que venimos y aun así tener dinero e ingresos por ello. Brenda dice que: “quiero que me respeten por lo que hago, y lo que hago es cuidar el medio ambiente”.

Y a ti que estás leyendo, no te vas a llevar las manos vacías después de leer este artículo, porque Brenda tiene un consejo para ti: “Chicos, escúchenme, la verdadera importancia de vivir es poder dejarle algo a las personas que vienen detrás. Y cuando disfrutas esto que tienes, en este momento, pero lo cuidas, para que la persona de atrás pueda disfrutarlo también, eso realmente nos llena de valor como personas más dignas”.

Además, Brenda hace énfasis en la importancia de contar con una red de apoyo: “Yo sé que a veces no se cuenta con el dinero, pero sí contamos con familia, y si nuestra familia nos apoya, y saben que somos buenos en eso que queremos hacer, yo creo que eso es suficiente para salir adelante. Es más fácil salir adelante en equipo, en comunidad. Trabajen con personas que tengan propósitos y visión, con personas que apunten a su misma dirección”.

Así que ya lo saben, alunáticos y alunáticas, tengan su propia red de apoyo y luchen por aquello que siempre soñaron. Y, por supuesto, no olviden que pueden apoyar a Bicheway, esta iniciativa innovadora con sus geniales jabones, para que hidraten su piel, duerman como bebés y huelan rico.


Entrevistada: Brenda Díaz
Creadora de Bicheway
Escrito por: Jenny Karina Bayona Gómez

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