¡Los robots conquistarán el mundo! Ese ha sido el mensaje que se concluye en cada película que veo. En lo personal, no lo creo; a pesar de los grandes avances que ha tenido la tecnología en este campo, veo imposible que esta situación se llegue a presentar. No obstante, si así fuera, yo tendría mi nombre en el primer renglón de la lista para pedirles que nos ayuden a recuperar el planeta del daño que le hemos causado. Hay muchas formas en las que los robots (y los aparatos electrónicos como tal) pueden contribuir a esta misión.
Sin esperar a que este futuro llegue, hay personas que desde ya se dedican a construirlo. Este es el caso de Andrés Fuentes, estudiante de colegio Salesiano Eloy Valenzuela en la ciudad de Bucaramanga e integrante en la especialidad de electrónica. Él, al igual que muchos otros jóvenes, ha mostrado interés en este tipo de tecnología. Lo que queremos resaltar en esta nota es la propuesta sostenible de Andrés, que, a sus 15 años, propone construir robots con elementos electrónicos residuales. Esto es otra forma de cooperar a la restauración de la naturaleza.
Todos los desechos merecen una oportunidad
Andrés construye robots decorativos con restos de aparatos electrónicos que han dejado de funcionar. Cables, transistores, baterías desgastadas, leds, entre otros, son los insumos que él obtiene y sobre los cuales trabaja.
Gracias a la construcción de estos dispositivos, Andrés ocupó el primer puesto en el concurso internacional Iron Kids 2020 organizado por rama estudiantil IEEE-ESPE de la Universidad de las Fuerzas Armadas, ubicada en Ecuador, el cual resalta la creatividad a la hora de reutilizar este tipo de desechos para la construcción de robots. El robot con el que Andrés ganó este certamen estaba construido con cables, tornillos, leds, transistores, diodos, capacitores, integrados, un bombillo de moto fundido (que es la cabeza de robot) y una batería de 12 voltios, que, a pesar de estar gastada, logró que los bombillos del robot se encendieran ya que este solo necesitaba 5 voltios. Sin embargo, a dicha batería le quedaban 7 voltios restantes, por lo cual fue necesario utilizar un regulador de voltaje para adaptar el potencial eléctrico de la batería al robot.
Andrés también ha elaborado otros robots con baterías AA y AAA, las cuales se pueden encontrar en diferentes dispositivos domésticos como los controles de los televisores. Para sacarle el provecho a estas baterías, Andrés utiliza un circuito llamado ladrón de julios, para así elevar su voltaje, y que, de esta forma, funcione en otros artefactos que consumen poca energía, como los leds que tienen los robots de Andrés.
El ladrón de julios consta de tres partes: dos bobinas y un oscilador. Este genera pulsos para crear un campo magnético en una de las bobinas, y en el momento en el que se destruye este campo, se originan unos picos de voltaje logrando que se eleven los niveles de voltaje en la segunda bobina. Se suelen utilizar para circuitos robóticos cuando no está disponible una batería con suficiente voltaje.
Todos los robots de Andrés alumbran al encenderse, sin embargo, este joven creativo tiene otras ideas en mente para agregarle funciones más interesantes a sus creaciones. Una de estas es controlar de forma individual cada led a través de una aplicación desde el celular. Esto, según nos contó, lo haría con ayuda de una tarjeta de Arduino y un módulo Bluetooth. El robot todavía está en proceso de mejoramiento.
En la siguiente imagen conocerás algunos robots que han construido Andrés.


Sin embargo, te preguntarás cómo es que el ingenio y la curiosidad de un muchacho por la electrónica puede contribuir a la conservación del medio ambiente. De pronto no te lo hayas imaginado, pero mucha basura electrónica termina en los vertederos de las ciudades, causando contaminación al medio ambiente.
Los desechos electrónicos: la basura del siglo XXI
De acuerdo con el informe más reciente de la ONU, en el año 2018 se generaron en el mundo 48,5 millones de toneladas de basura electrónica, lo que equivaldría a más de 26 millones de hipopótamos machos. Lo más preocupante de este hecho es solo el 20% de esta chatarra fueron reciclados. Bajo este problema subyace una gran pérdida económica, puesto que el desaprovechamiento de los materiales que se encuentran en los desechos electrónicos (tales como oro, cobre y hierro) cuestan $62.500 millones de dólares, lo que supera el Producto Interno Bruto de 123 países, de acuerdo con lo que afirma la ONU.
La mitad de estos residuos están relacionados con dispositivos de uso personal, como los smartphones, computadores, tablets y otros aparatos domésticos más grandes como aires acondicionados. Además, estos productos pueden contener diversos materiales; con tan solo poner un ejemplo, un celular puede tener hasta 60 elementos de la tabla periódica, sumándole el hecho que contiene plástico, vidrio y otros materiales que pueden ser reutilizados para la fabricación de nuevos productos.
Sin embargo, el mal manejo de estos dispositivos también pasa factura al medio ambiente, puesto que diversos elementos como el plomo, cadmio y el mercurio son muy tóxicos para los ecosistemas y la salud humana; una batería de níquel-cadmio, que suelen utilizarse en los teléfonos móviles, puede contaminar 50.000 litros de agua. Por otro lado, un televisor podría llegar a afectar 80.000 litros del mismo recurso. Igualmente, el plomo puede provocar anemia y disfunción renal, y en el caso del mercurio, si este llega a entrar en contacto con una persona, produciría graves daños al cerebro y al sistema nervioso.
Las zonas a nivel mundial que más generan este tipo de basuras son Australia, Corea del Sur, China, América del Norte y Japón, por el contrario, son los países en desarrollo, como Nigeria, los que reciben este tipo de desechos, los cuales son procesados por niños y mujeres en su mayoría, puesto que ellos son la principal mano de obra en la manipulación de basura electrónica.
Como ya hemos mencionado con anterioridad, son las mujeres las que se encargan de manipular este tipo de basura, y muchas veces mientras realizan esta actividad, se encuentran en embarazo. Como consecuencia de esto, al estar en contacto con los diversos elementos químicos se pueden provocar abortos espontáneos, partos prematuros y defectos en el nacimiento, esto, de acuerdo con un estudio realizado por Naciones Unidas.
El problema de la contaminación de residuos electrónicos es tan preocupante que es posible que estos elementos puedan llegar a la sangre de las personas. La Universidad de la Palmas de Gran Canaria (España) realizó un estudio en el que se examinó a 245 personas que habían llegado de 16 países africanos, encontrándose en su sangre elementos químicos que provienen de los residuos tecnológicos. En otra investigación realizada por la misma universidad, se pudo deducir que la presencia de algunos elementos como el samarium, el sedium y el europium en el cuerpo humano está relacionada con altas tasas de anemia. Estos componentes son nuevos para la ciencia, por lo que no se sabe a profundidad los efectos que puedan tener en la salud de las personas. En la imagen que se muestra a continuación verás de forma resumida los daños que generan este tipo de desechos.

En Colombia la situación no es mejor. De acuerdo con las cifras dadas por el Ministerio de Ambiente y Sostenibilidad, en el país se generan 130.000 toneladas de basura electrónica, por lo que cada colombiano produce 5,3 kilogramos de estos residuos. En respuesta a este y otros problemas de residuos sólidos, se creó la Política Nacional de Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee) con el fin de que se ejecute una mejor gestión de los aparatos electrónicos después de que cumplan su vida útil.
Soñar: un tesoro que tienen los jóvenes.
Las iniciativas como las de Andrés logran contribuir a alargar la vida de muchos de estos residuos relacionados con artefactos electrónicos, para que de esta forma no contaminen al medio ambiente y perjudiquen a la salud humana. Obviamente, este camino que es inspirador presenta algunos obstáculos en el camino, puesto que manejar los residuos electrónicos suele ser un proceso complicado y peligroso, por lo que es necesario realizar controles al respecto de esta actividad.
A través del ejemplo que brinda Andrés, muchos jóvenes pueden llegar a interesarse en el mundo de la electrónica y pueden contribuir a la ciencia y al medio ambiente a través de sus pequeños proyectos.
Andrés afirma que su interés y sus conocimientos en robótica se deben a las enseñanzas en su colegio y la investigación empírica. “Todos los días aprendo algo nuevo” nos comentó este joven. Conoce más sobre sus experiencias en este podcast que te queremos compartir.
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Entrevistado: Andrés Fuentes
Ganador de Iron Kids
Correo electrónico: andresfernandofuentescelis@gmail.com
Periodista: María Lucía Sarmiento Rojas
Conceptos clave
- Ladrón de julios: Es un circuito que sirve para aumentar los voltios de una batería.
- Desechos electrónicos: Son aquellos que se generan de la mala gestión que se les da a los dispositivos electrónicos después de que cumplen con su vida útil.
- Robots: Son entidades artificiales compuestos por un campo electromagnético y están fabricados para cumplir una función propia.
- LEDs: Es un componente electrónico de dos terminales que emite luz cuando se conecta.
Palabras clave: Jóvenes emprendedores, innovación, desarrollos tecnológicos, robots, reciclaje, reciclaje de partes