Un día, procrastinando en Instagram, me encontré con un meme que mostraba un río desbordado que se llevaba todo a su paso y un chico en una canoa, como un súper héroe, actuaba bajo la premisa de que la inundación no iba a impedir encontrarse con su novia. ¡Tan encantador nuestro Romeo! Es gracioso, pero lo que más me quedó grabado fue la inquietud de a dónde iba a parar todo lo que el río llevaba. Días después me enteré de que es usual que los árboles sean arrastrados por los ríos y que era visto como un gran problema. Pero no tardé mucho en encontrar que hay empresas como Vetas del Mar que, con una visión artística, crean productos a partir de estos troncos. Aquí les comparto la historia.
Vetas del Mar es una empresa que nace en el 2016 para recolectar selectivamente la madera de la costa del Caribe, principalmente de Bolívar y algunas costas del Atlántico, para luego convertirla en increíbles piezas de mueblería que buscan reflejar la belleza natural colombiana desde un punto de vista sostenible y auténtico.
Pasos para revivir un árbol
El proceso de creación de las piezas de Vetas del Mar comienza con una selección de la madera que se encuentra en las playas de Colombia, siendo las más recurrentes la Playa de Galerazamba en Santa Catalina (Bolívar) y en las playas de Puerto Colombia. La mayoría de estas playas se encuentran en lugares poco concurridos, lo que hace que sean playas vírgenes, y que haya una alta cantidad de madera que es arrastrada hasta el lugar, trayendo la ventaja de que la madera está generalmente en buen estado.
Estos troncos terminan en las playas debido a la erosión que genera el crecimiento del caudal del río, desgastando la superficie en la que se encuentran los árboles, y como consecuencia de esto, los árboles caen en la corriente de agua, siendo arrastrados hasta su destino final: las playas.
La selección de las piezas se realiza por diseñadores, encargados de escoger el material a partir de piezas que ya han sido solicitadas por sus clientes. Por tanto, la madera se analiza en el lugar de recolección por cuenta del equipo diseñador, que se encarga de estudiar la pieza mirando su estética y funcionalidad.
Otra forma en la que la empresa obtiene maderas es por medio de la recolección de árboles de campano muertos. Esto se debe a que son muy propensos a recibir rayos durante las tormentas debido a su constitución o vejez y, como consecuencia, mueren. Estos árboles se encuentran en fincas privadas, cuyos dueños se comunican con la empresa cuando los árboles ya no tienen vida. Así que, Vetas del Mar aprovecha también esta madera siendo eco-amigable, puesto que no tienen que talar árboles para conseguirla. De esta forma, reconocen que cada pieza de la vegetación colombiana es importante para su ecosistema.
Para hacer la elección de la madera que se recolecta se tienen en cuenta factores diversos. En primer lugar, que tenga la forma que el cliente desea. En segunda instancia, que posean una textura y un color llamativos. La última característica es la densidad; los troncos viajan largas distancias, generando que la madera obtenga una densidad 100 kg/m3 a 150kg/m3, es decir, bastante liviana y frágil, por lo que no es apropiada para trabajos de carpintería.
Lo siguiente es una segunda elección que se da en los talleres, ya con la pieza escogida en las costas o en las fincas. Después de un lavado y desinfectado, se verifica si la madera es apta, es decir, si presenta buena consistencia y densidad. Esto se hace debido a que en algunas ocasiones en la playa no se logra detallar bien la madera, a causa del agua y la arena.
Posteriormente, se hace un secado para eliminar el agua salada que la madera pueda tener adentro y se prosigue a hacer un humectado, sellado y, finalmente, barnizado. El barnizado se realiza con cera de abejas, aunque actualmente se están implementando productos importados eco-amigables que son un poco más fuertes y protegen más tiempo la madera.
La razón por la que la cera de abejas es muy implementada se debe a que, además de sus cualidades impermeables y de conservación, se prepara adicionando productos naturales que hacen parte del inventario de la empresa.
Luego de todo esto se continúa con el proceso intermedio que es guiado por la realización de cortes dependiendo de lo que se quiera realizar. Posteriormente, se realiza la incorporación de piezas metálicas si se busca hacer un perchero, o se hace un túnel en la pieza de madera para insertar cables, en caso de que se desee obtener una lámpara.
A continuación, verás en la siguiente imagen un resumen de este proceso.
Además de lo anterior, un punto importante a resaltar es que Vetas del Mar considera que no hay ninguna madera que se tenga que desperdiciar, por lo que en caso de que una pieza no sea apta para la realización de elementos como mesas, se utiliza para trabajos menos exigentes que pueden ser adornos de mesa de comedor, ya que no requieren de hacerles ensambles.
Vetas del Mar busca ofrecer una excelente calidad a sus clientes, así que para lograr este efecto se realizan los tablones a nivel 0, pasando la madera por una máquina creada específicamente para el uso de la empresa y haciendo un trabajo manual acompañado de herramientas eléctricas. Esta máquina está inspirada en la CNC, que es un brazo mecánico dirigido por una programación informática que se mueve con la ayuda de un programa.
Por otro lado, a diferencia de muchos de los elementos como lo son las puertas de madera en nuestras casas, que están hechas de tablones muy finos unidos entre ellos para mostrar densidad, Vetas del Mar utiliza tablones de casi un metro de ancho para realizar sus piezas, lo cual no alcanzan a entrar en las máquinas tradicionales. Esto les permite presumir que en sus piezas no existan uniones entre tablas de madera, puesto que todo hace parte de una misma pieza que se encarga de mostrar el relato natural de árboles con cien años de historia. Lo anterior permite que cada una de las piezas que se obtiene tenga una veta continua totalmente natural mientras que genera uno de los puntos con mayor valor agregado de la empresa.
La pérdida de los árboles: una tragedia ambiental
En 2018, el Ministerio de Ambiente de Colombia proporcionó un nuevo estudio acerca de la tala de árboles. Según este reporte el país perdió casi 198.000 hectáreas de bosque ese año, lo que son aproximadamente 394.318 canchas olímpicas de fútbol. Comparado con la cifra del año anterior disminuyó un 10%, es decir, 22.814 hectáreas se dejaron de talar (45.628 canchas). Esto es una mejoría, sin embargo, sigue siendo una alta cifra para uno de los países con más biodiversidad del mundo que tiene entre sus misiones ecológicas salvaguardar millones de especies vegetales y animales.
Según este mismo informe, algunas de las razones de la deforestación son la praderización con el propósito de saquear y acaparar tierras, el cultivo de coca, malas prácticas de pastoreo de grandes cantidades de ganado, extracción ilegal de minerales, construcción de carreteras sin permiso estatal, fronteras agrícolas en áreas restringidas, quema y el incendio provocado. Sumado a lo anterior aparece la tala indiscriminada de los bosques muchas veces de manera ilegal. Por lo tanto, cualquier iniciativa que lleve a disminuir la tala de bosques debe ser promovida y usada como ejemplo para seguir planteando innovaciones al respecto.
En la siguiente imagen podrás apreciar de forma resumida esta problemática.
Si nos centramos en la contribución ambiental que nos aporta Vetas del Mar, podemos observar la aplicación de la economía circular, puesto que su principal materia prima son los árboles que han muerto, los cuales muchas veces son visto como desechos. Esto demuestra que no es necesario talar bosques para fabricar hermosas piezas de madera. En este sentido, Vetas del mar coopera para que se no aumente la deforestación a la hora de fabricar muebles.
Uno de los problemas que ha enfrentado la empresa es la demora en realizar cada producto (alrededor de un año) y la poca cantidad de clientes que puede tener acceso a él debido al precio que presenta. Sin embargo, Diego Ochoa, quien es administrador de empresas especialista en mercadeo de la Universidad Tecnológica de Cartagena de Indias Colombia, fundador y gerente la empresa, asegura que actualmente se encuentran en el nicho económico que estaban buscando, y, de hecho, ya han hecho envíos internacionales. La presencia en países como Canadá, Brasil y Perú, les indican que ya están llegando al cliente al que apunta la aspiración de la marca, después de toda la fabricación y todo el esfuerzo que se da en cada pieza.
Además de lo anterior, Diego nos comparte que debido a que Colombia es un país que actualmente está enfrentándose a una crisis económica, se genera una barrera económica que limita el consumidor. Aun así, han tenido los suficientes clientes para logran que las personas crean en la empresa. También nos comparten, de manera anecdótica, que otro problema es que muchas personas siempre piden descuentos, aunque es algo cultural y que se dio sobre todo al comienzo.
Finalmente, el hecho de que sean piezas hechas de madera, que proviene de árboles muertos, hace que la mayoría de gente piense que es un trabajo gratuito o de bajo costo, sin tener en cuenta todo el conocimiento y experiencia que hay detrás para obtener las piezas. Sin embargo, esto va en vía de solución informando al cliente acerca de todo el proceso para obtener piezas finas y así mismo, el tiempo que involucra.
Todas estas dificultades las han logrado sortear a través del empeñó y disciplina. Diego es un joven visionario y persistente, que, a pesar de las dificultades, está convencido que con su empresa puede contribuir a la conservación del medio ambiente al mismo tiempo que coopera al crecimiento de la economía nacional.
Entrevistado: Diego Ochoa
Gerente de vetas del mar
Correo electrónico: vetasdelmar@gmail.com
Autora del artículo: Emilie Gauthier
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