¡Cuando era pequeña descubrí una especie de unicornio!, bueno, no en realidad, pero con mi mejor amiga jugábamos a que éramos exploradoras y nos adentrábamos a lugares a lo que nadie había ido, encontrándonos a los seres más espectaculares que nuestras infantiles mentes podían crear. Hoy en día y ya con los pies sobre la tierra, sigo buscando lugares, aunque ya no llenos de seres mitológicos. Sobra decir que existen variedad de limitaciones para ir en búsqueda de nuevos lugares. En Colombia, por ejemplo, hay lugares a los que los científicos no han accedido por diversas razones, así que muchos ecosistemas son desconocidos para los estudiosos, no obstante, en el 2018 se realizó una expedición botánica en el municipio de Anorí en la que descubrieron grandes tesoros de la biodiversidad. Esto tiene una importancia incalculable debido a que la zona en la que se realizó la expedición se encuentra en el sistema nacional de áreas protegidas, puesto que allí se encuentra la reserva forestal La Forzosa. Por esa razón y por los descubrimientos que arrojó, queremos compartir esta historia.
Anorí: un paraíso golpeado por la violencia
Anorí es un municipio que queda a nordeste del departamento de Antioquia (Colombia), del cual se puede conocer su ubicación exacta observando el siguiente mapa.
En el municipio de Anorí hicieron presencia grupos al margen de la ley, los cuales impusieron sus normas y gobernaron en el territorio, provocando que los científicos, y muchos otros actores sociales no se acercaran a realizar estudios sobre los ecosistemas del municipio por temor a poner sus vidas en peligro.
Las actividades de estos grupos armados no solo afectaron habitantes del municipio, sino también al medio ambiente, debido a que los enfrentamientos armados dañaban a la biodiversidad de los ecosistemas. Además, muchos de estos grupos armados acudieron a los cultivos ilícitos y a la minería ilegal para poder financiarse, lo que generó consecuencias negativas para el medio ambiente.
En el caso de Anorí, en el año 2016 se concentraban gran parte de la siembra de coca del departamento de Antioquia, según el informe que publicó la Oficina de Naciones Unidas. En este municipio se había pasado de tener 15 hectáreas sembradas a 42 hectáreas en un año. Igualmente, este municipio también era atractivo para la minería ilegal debido a su riqueza hídrica, según el portal web de Verdad Abierta, Fundación de periodistas cuyo objetivo es reconstruir lo ocurrió durante el conflicto armado. Todo lo anterior empezó a cambiar positivamente a partir de la implementación del Acuerdo de Paz con el grupo armado Farc en el año 2016.
Sin embargo, en la actualidad, las actividades de otros grupos armados siguen impactando en el medio ambiente en diferentes partes del país. De acuerdo con las cifras más recientes de la Policía Antinarcóticos, en el 2017 Colombia perdió alrededor de 600.000 hectáreas de bosques por culpa de los cultivos ilícitos. Además, en los territorios donde se realiza el cultivo de esta planta, se instalan laboratorios para la fabricación de la pasta de coca, en donde se manipulan numerosos productos químicos que muchas veces terminan en los cuerpos de agua.
Otra de las problemáticas que causan los cultivos ilícitos son las minas antipersona han sido utilizadas para proteger a la planta de coca. Estos artefactos reducen la materia orgánica del suelo y causan la degradación de su estructura. En el 2019, hubo 344 víctimas en Colombia por culpa de las minas antipersona y otros artefactos explosivos, según cifras publicadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
La minería ilegal también representa una problemática tanto social como ambiental, debido a que los metales pesados que se utilizan para la extracción de los minerales, como el mercurio, contaminan los cuerpos de agua, provocando la muerte de muchas especies acuáticas. Según el informe de Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en el 2019 hubo 98.000 hectáreas explotadas a cielo abierto, y los departamentos en donde más se concentró esta actividad fueron Antioquia y Chocó.
Para ilustrarte más, observa la siguiente imagen para conocer los daños del conflicto armado al medio ambiente.
Una oportunidad para la paz y el medio ambiente
Pero en medio de la reconstrucción de un país a partir de nuevos vientos de paz, entre el 17 y 21 de julio del año 2018 se llevó a cabo la Expedición Colombia BioAnorí, una de las 20 expediciones organizadas por Colciencias aquel año. En esta expedición participaron 22 investigadores de la Universidad Eafit, Universidad de Antioquia y la Corporación de Estudios para la Salud (CES). Además de ellos, 3 integrantes de las Naciones Unidas, 5 líderes comunitarios, 5 profesionales de Colciencias y 10 excombatientes del antiguo grupo armado Farc, pertenecientes Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de La Plancha, una vereda de Anorí. Esta expedición fue liderada por el Gobierno Nacional a través de Empresas Públicas de Medellín (EPM) y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Universidad Escuela de Administración, Finanzas e Instituto Tecnológico (Eafit) y la mesa de Reincorporación de Antioquia.
El punto de partida fue la vereda La Tirana, en donde instalaron un campamento e iniciaron la exploración del bosque hasta llegar al río Anorí, la quebrada Hiracales y el río Nechi, un área que comprende 52.000 hectáreas. Mientras caminaban por el bosque, tomaron muestras de las plantas que se encontraban en el lugar y colocaron redes de nieblas para atrapar pájaros y así poder estudiarlos. También pusieron cámaras trampas para observar a los animales que viven en el lugar, logrando observar un puma con sus crías, un oso de anteojos, un oso hormiguero, un ocelote y un tatabra. En las noches, se reunían todos en el campamento para compartir lo que habían descubierto y organizar los ejemplares recolectados.
Las muestras se llevaron a los laboratorios de la Universidad de Eafit y CES, en donde fueron estudiadas. Gracias a esta expedición se logró descubrir 14 nuevas especies de animales y plantas, entre las cuales se encuentran 2 cucarrones (Cyclanthura sp nov Curculionidae y Perelleschus sp nov Curculionidae), 10 plantas (Aiphanes sp nov Araceae, Schefflera sp nov 3 Araliaceae, Chelyocarpus sp nov Arecaceae, Asplundia sp nov 1 Cyclanthaceae, Asplundia sp nov 2 Cyclanthaceae, Sphaeradenia Cyclanthaceae, Allomaieta sp nov Melastomataceae, Alloneuron sp nov Melastomataceae, Epidendrum sp nov Orchidaceae y Pleurothallis sp nov Orchidaceae) 1 ratón arborícola (Nyctomys sp nov Cricetidae) y 1 lagarto (Ptychoglossus sp nov Gymnophthalmidae).
Los excombatientes fueron participes en todas las fases del proyecto; se les enseñó técnicas de recolección de muestras, fueron guías en la expedición que se realizó en el bosque y ayudaron en el análisis de las muestras en el laboratorio. Además, algunos también contribuyeron con la escritura de los artículos científicos.
Los logros de esta expedición llegaron a varias partes del mundo, ya que la Fundación Corresponsables de España la premió con el galardón a la mejor Estrategia Integral de Comunicación. Igualmente, Colciencias realizó un documental titulado La casa de la vida, en el que se filmó el proceso de la expedición, para que las personas pudieran ser testigos de las experiencias vividas en este proyecto. Este documental fue estrenado el 30 de octubre del año 2018 en la socialización de resultados de la Expedición Colombia BioAnorí y se encuentra en la plataforma Retina Latina.
Ahora, Anorí es un referente del ecoturismo en el departamento de Antioquia, puesto que 30 excombatientes están llevando a cabo un proyecto de turismo llamado La casa de la vida, en la vereda La Plancha, con el fin de promover el respeto a la naturaleza y la reconciliación.
Una experiencia única que se basó en la esperanza.
La desconfianza, al trabajar con personas que cometieron crímenes de guerra siempre va a estar presente, al igual que un sentimiento de duda y rencor. Además, al ser un territorio desconocido para los investigadores, no se sabía si en la zona se encontraran plantas o animales que puedan ser peligrosos para su salud. A este reto se enfrentaron profesionales formados en biología y ornitología, entre ellos Diego Calderón, un biólogo de la Universidad de Antioquia, quien en el 2003 fue secuestrado por el frente 41 de las Farc en la serranía de Perijá, en la frontera con Venezuela, cuando participaba en una expedición científica. Pese a esta experiencia, Diego estuvo dispuesto a trabajar con los excombatientes en el proyecto. Sin embargo, a pesar de los temores que pudiesen existir, hubo muchas motivaciones que impulsaron este y otros proyectos similares en el país. En este caso, el crear conciencia sobre la conservación de los ecosistemas fue un elemento fundamental tal y como también lo fueron el reintegrar a los excombatientes a la vida civil y mostrar que Colombia tiene potencial para generar productos de ecoturismo. El conflicto armado ha hecho daño a las personas y a la naturaleza, pero iniciativas como la de BioAnorí han mostrado la oportunidad de resignificar el valor de la vida, a través de la paz y la apropiación del medio ambiente.
Periodista: María Lucía Sarmiento Rojas
Correo electrónico: lucia.sarmiento@aluna.news
Conceptos clave
- Expedición botánica: Son viajes que se realizan con el fin de crear un inventario de la naturaleza de aquellos ecosistemas desconocidos para la ciencia.
- Cultivos ilícitos: Son aquellos cultivos que se siembran con el objetivo de hacer un uso ilegal de él. Los principales cultivos ilícitos en Colombia son la marihuana, la coca y la amapola.
- Minería ilegal: Es una actividad económica que consiste en extraer minerales metálicos y no metálicos, sin que existe alguna regulación ambiental o social por parte del Estado.
- Minas antipersona: Son un tipo de mina terrestre que se utilizan para asesinar o incapacitar a la víctima.
Palabras clave: Expediciones, municipios, zonas rurales, conflicto armado, paz, medio ambiente, fundación, reincorporación
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