No es madera, pero parece: así es la ‘revolución plástica’ que llegó al campo

En un mundo donde la cantidad de plástico crece cada día más y la sombra de la deforestación oscurece los hermosos paisajes que nos rodean, surge la pregunta ¿puede la innovación ser nuestra salvación para un planeta más limpio? Imagínate por un momento que los desechos que hoy invaden nuestros océanos dieran vida a un nuevo producto, algo tan increíble como postes en madera plástica.

Es algo que suena irreal, pero en este artículo veremos cómo es posible demostrar que la verdadera riqueza de nuestro planeta no está en lo que extraemos de él, sino en lo que somos capaces de reutilizar. Ingecoplast lo está haciendo posible, una empresa santandereana ha hecho realidad la idea de reutilizar y darle una segunda oportunidad a nuestros residuos plásticos.

Según el programa para el medio ambiente de la ONU, anualmente se producen más de 2.000 mil millones de toneladas de residuos sólidos en las zonas urbanas, de los cuales el 45% se gestiona de manera inadecuada y solo alrededor del 19% se recicla, y esta cifra podría aumentar a 4.000 mil millones para el año 2050.

En el caso de Colombia, de acuerdo con el Informe Nacional de Disposición Final de Residuos Sólidos, cada año se generan más de 11 millones de toneladas de desechos, de los cuales cerca del 40 % son aprovechables. Sin embargo, únicamente se recicla alrededor del 17 %.

Así fueron los inicios de Ingecoplast

Mientras estas cifras se hacían reales la innovación tocó la puerta de Nicolás Torres y su socio Mario Castañeda, ingenieros electromecánicos que, en busca de su propia empresa, empezaron a preguntarse por una problemática que afectara a nuestro planeta. Después de leer e informarse se dieron cuenta que las cifras de los residuos sólidos desechados hablaban por sí solas.

Mario y Nicolás nos dicen, “vimos una oportunidad muy grande, la ayuda con esta problemática ambiental, el tema de los residuos y la posibilidad de transformar esto en un producto de alta calidad”.

Lo interesante del enfoque de Nicolás y Mario es que no solo ven esta situación como un problema, sino como una oportunidad para generar un cambio positivo. La idea es tomar esos residuos, que normalmente se consideran basura, y transformarlos en algo útil y valioso. Esto implica aplicar procesos de reciclaje o reutilización que permiten convertir desechos en productos nuevos de alta calidad, en este caso en sus increíbles postes de madera plástica, un producto con durabilidad de 30 a 50 años que no les afecta el sol, el agua o las plagas de insectos.

Apoyadores impulsando su crecimiento

El apoyo que han recibido por parte de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) ha sido fundamental para el crecimiento y consolidación de Ingecoplast como un negocio verde. Gracias a su acompañamiento, pudieron recibir la orientación y publicidad para darse a conocer en la región, así como la participación en ferias y espacios de promoción ambiental. Además, la CDMB ha guiado en el proceso de fortalecimiento empresarial, ayudándoles a mejorar en aspectos claves como la sostenibilidad económica, la implementación de energías renovables, la optimización de los sistemas de gestión, la seguridad y salud en el trabajo, y la generación de proyectos con impacto social. Todo este apoyo ha sido esencial para que Ingecoplast se consolide como una empresa rentable, sostenible y comprometida con el medio ambiente. Además, esta misma corporación los avaló como negocio verde.

Proceso de fabricación de los postes 

Ahora, yendo al interior de esta empresa innovadora, encontramos elementos básicos para su operación. Estos son un molino, una compactadora y una lavadora de plástico. El molino, el primero en entrar en acción muele diversos tipos de plásticos, en especial plásticos rígidos que se encuentran en empaques como el de soflan. Este los convierte en pequeños pedazos que son la materia prima reciclable.

Después, la aglutinadora toma los plásticos flexibles que son las bolsas plásticas y lo va granulando con sus cuchillas internas para luego agregar agua y así solidificarlo. Luego, la máquina extrusora derrite las bolitas de material plástico para pasarlas a un molde. Después en la cuba de agua se hace un cambio térmico, para así solidificar la mezcla, y es donde en cuestión de 7 a 10 minutos sale el poste del molde, dependiendo si es cuadrado, redondo o rectangular. Estos postes tienen dimensiones diferentes, logrando algunos medir hasta dos (2) metros y medio de altura.

Además, esta empresa también recicla el agua que es usada para el enfrentamiento de los moldes. El agua pasa a un tanque con una bomba que la envía a un tanque elevado y esta vuelve al recipiente de madera, utilizando casi la misma cantidad de agua todo el tiempo.

Nicolás y Mario nos dicen: “el ciclo de nuestro producto es infinito por que el plástico en teoría y científicamente comprobado tiene 500 años en degradarse”

Según National Geographic, los plásticos más comunes, como los utilizados para la fabricación de los postes, pueden tardar entre 500 y 1.000 años en degradarse por completo. No obstante, factores como la exposición a la luz solar, el oxígeno y la acción de diferentes tipos de microorganismos pueden influir acelerando el proceso; aunque en la mayoría de los casos lo único que lograrán es convertir el plástico en partículas más pequeñas sin llegar a eliminarlo por completo.

Esta empresa en el año 2025 cumplió dos años en funcionamiento. Pero obviamente los emprendedores no olvidan que al principio les tocó hacer de todo. Barrer la empresa, hacer mantenimientos, atender temas de facturación, desarrollar reuniones, ir a ferias, entre otras actividades, ¡Todo un reto! Hoy, día a día estos dos socios toman sus conocimientos en la ingeniería electromecánica y aportan a la producción de sus postes. Desde su perspectiva técnica, mejoran el proceso de fabricación de los postes plásticos incorporando sistemas eléctricos, mecánicos, hidráulicos y térmicos. Así unieron su corazón y su formación con una causa ambiental.

De esta manera, encontraron una oportunidad viable de emprender un negocio verde que combina la ingeniería con la sostenibilidad, aportando su granito de arena para enfrentar esta problemática ambiental.

Es así como Ingecoplast desarrolla un producto muy útil para el sector agropecuario y ganadero, incluso para la construcción. Una empresa que gracias a su excelencia ha puesto sus postes de madera plástica en lugares como Saravena, en los Llanos Orientales, e incluso en Pereira, para cercas eléctricas. Por supuesto, también han impactado en el departamento que los vio crecer. De hecho, el sueño de los emprendedores está en sacar el máximo potencial de este producto en su tierra. Como dijo Nicolás “De Santander para Santander”.


Entrevistados: Nicolás Torres y Mario Castañeda.
Fundadores de Ingecoplast
Escrito por: María Paula Valencia (Semillero ALUNA)

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