La caja mágica que cambió el reciclaje: la historia real de Martha

“La situación es muy complicada, los precios del petróleo han bajado muchísimo…” fue lo que le dijeron a Martha cuando tuvo que irse de la empresa de hidrocarburos en la que trabajaba. Corría el año 2015, el sector estaba sufriendo una de sus mayores crisis y, como cualquier persona sin empleo, Martha empezó a buscar otro trabajo.

A pesar de su interés, Martha no encontraba un lugar en el cual ejercer su profesión de ingeniera sanitaria y ambiental. Es así como decidió emprender en lo que amaba: el cuidado al medio ambiente. Precisamente, en las empresas que había trabajado identificó un problema: la gran cantidad de papel que generaban. Informes, cuadernos, libretas, revistas… todo terminaba como grandes montañas en la basura. “¿A dónde irán todos estos residuos?” Era la pregunta que se hacía Martha, así que decidió hacer algo al respecto.

Del llanto al impacto: la consolidación de PaperLab

En el 2016, Martha y su esposo decidieron ofrecer un servicio innovador a las empresas: recuperar el papel que desechaban. Redactaron un portafolio de servicios y lo enviaron físicamente a 100 empresas en Bucaramanga. De esas, solo 3 respondieron para iniciar con el convenio y, aunque eran muy pocas, dieron todo de sí para ofrecer lo mejor de ellos.

“Fueron unos años iniciales terribles […] fue muy duro conformar la empresa porque es difícil que a uno le crean”,  nos confesó Martha. Noches sin dormir, llantos interminables y puertas que se cerraban constantemente fueron los momentos que vivió nuestra ingeniera en sus primeros años como emprendedora.

Sin embargo, ella estaba convencida de su sueño, y continúo luchando por él. Vendieron el carro que tenían, se compraron una camioneta tipo van y andaron por toda Bucaramanga recogiendo los papeles de archivo que les entregaban las empresas con las que iban creando sus convenios. La disciplina, la pasión y la resiliencia fueron ingredientes claves para crear lo que hoy es PaperLab, una oportunidad para que las 11.803.407 toneladas de residuos sólidos (según el Informe Nacional de Disposición Final de Residuos) que se generan en Colombia encontraran un nuevo destino más allá de los  vertederos.

Cuando el sentido común es la magia

Hacer que las personas se dieran cuenta de lo esencial que era PaperLab no fue tarea fácil, sin embargo, Martha logró mostrar lo novedoso que era la metodología de recolección y todo gracias a algo muy sencillo: una caja.

Estas son las cajas que Paperlab deja en las empresas para la recolección de papel. / Foto: Paperlab.

Sí, una caja. ¿Cómo? Para que la disposición del papel sea más práctica, PaperLab deja una caja de cartón en las empresas, para que así los colaboradores depositen allí los papeles, revistas, libros, etc. Claro, todos deben estar limpios y secos para que sean aptos y conservar la calidad, evitar la proliferación de bacterias o la atracción de plagas (como mosquitos o ratones). Cuando dicha caja está llena, PaperLab la recoge para llevarla a la bodega.

Allí se disponen a clasificar los residuos, separando ganchos, pastas de cuaderno, plásticos o cualquier desecho que tuviesen los papeles. También separan los papeles de acuerdo con su tipo: papel de archivo, cartón, carpetas, periódicos, revistas, etc. Luego, se coloca una gran cantidad de estos papeles en una compactadora, una máquina que presiona los papeles hasta convertirlos en cubos de 500 kilogramos.

Finalmente, estos cubos de papel son llevados a otras empresas que los transforman en materia prima para futuros productos como papeles desechables de uso personal: papel higiénico, toallas, servilletas, etc. Gracias a este tipo de labores, por cada tonelada de papel reciclado se dejan de talar 17 árboles en el mundo (de acuerdo con la publicaciones de la Institución Universitaria Pascual Bravo)

Además de ofrecer unas tácticas innovadoras, PaperLab no cobra por el servicio de recolección de papel, siendo accesible para cualquier tipo de empresa. De esta manera, los ingresos se obtienen a la hora de vender la materia prima a las diferentes fábricas que utilizan estos residuos para sus productos.

Más allá del papel: Nuevos retos

Aunque muchos digan que se nace con la vena empresaria, Martha tuvo que aprender a ser una emprendedora. Cada nueva experiencia en PaperLab era igual a una cátedra en la universidad, en donde adquiría nuevos conocimientos. Además, también tomó cursos que ofrecía la Cámara de Comercio para los asociados.

El 2020 representó un punto importante en su historia, puesto que, como se empezó a manejar documentación de forma virtual, disminuyó la generación de papel. Martha no permitió que esta fuera la caída de PaperLab, así que también abrió un espacio para recolectar plástico, vidrio y metal, los cuales son llevados a una empresa recicladora que los trata.

Sus clientes también tenían otra preocupación: ¡los documentos confidenciales! Miles y miles de papeles con información delicada se guardaban en cuartos oscuros, ocupando espacio que podía dedicarse a algo más productivo. Así que PaperLab adquirió una trituradora para ofrecer un nuevo servicio: destrucción de documentos confidenciales. Dicha máquina puede triturar hasta 6.000 hojas en apenas una hora, produciendo tiras de papel de 3,9 milímetros.

Trituradora de papel utilizada para la destrucción de documentos con información confidencial. / Foto: Suministrada.

Posteriormente, los residuos que quedan de este proceso también son llevados a la compactadora para su transformación.

El motor de PaperLab: la pasión

Cuando Martha llega a la bodega de PaperLab y ve las inmensas montañas de residuos sabe que todo valió la pena: las lágrimas, la frustración y la desesperanza de los primeros años de su empresa, porque gracias a su insistencia muchos residuos ahora tienen otro destino.

El equipo de Paperlab en su bodega. / Foto: Suministrada.

 “Los emprendedores tienen que dejarse llevar por la pasión. Uno no puede iniciar un emprendimiento por el solo hecho de que le va a dejar ganancias, dinero. Tiene que empezar ese emprendimiento con pasión, y cuando uno tiene pasión por lo que hace, las cosas fluyen” nos confesó Martha con un inmenso brillo en sus ojos.

Y a ti, ¿qué te apasiona, alunático? ¿cuál es el sueño que mueve tus días?


Entrevistada: Martha Lucia Aycardi Sepulveda.
Ingeniera ambiental
Contacto: operaciones@paperlab.com.co | 321 207 4744.
Escrito por: María Lucía Sarmiento Rojas (Semillero ALUNA).

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