La alternativa ecológica a los plásticos de un solo uso ‘Made in Santander’

Calatea Green Solutions S.A.S es una empresa santandereana ubicada en Barbosa, Santander, que encontró la forma de aprovechar el residuo del bijao, la hoja en la que se envuelve el bocadillo veleño, quesos, tamales, entre otros, fabricando bandejas para alimentos que reemplazan a las tradicionales bandejas de icopor. ¿Qué y quién está detrás de esta solución?


La mujer detrás de Calatea es Rosalina Parra, diseñadora industrial de la UIS y una barranquillera que se enamoró de Santander. Desde el 2018 viene trabajando fuertemente en su producto estrella: bandejas hechas a partir de residuos de bijao (la hoja en la que se envuelve el bocadillo veleño). Algo bastante innovador si se tiene en cuenta que solo cerca del 20% de la hoja de bijao es apta para envolver bocadillo, mientras que el 80% se debe desechar (algo que Rosalina identificó en el 2006 cuando trabajaba para el centro de investigación Agrosavia).  

Los municipios de Vélez, Güepsa, Puente Nacional, Moniquirá y Barbosa son los más afectados por la gran cantidad de desperdicio de bijao. Este desecho incluye la vena de la hoja, los bordes, aquellas que tienen perforaciones por las lluvias o presentan un color diferente. En el caso de Calatea, es su insumo principal.

“El bijao es una fibra rígida, por lo que consideramos que podía ser utilizada para un producto de consumo masivo. Aplicamos técnicas similares a la de la fabricación de papel y de ahí partimos para hacer nuestras bandejas” contó Rosalina al hablar sobre su trabajo previo con Agrosavia que le permitió potenciar su idea entre el 2018 y 2020.

La principal característica de las bandejas de Calatea: su biodegradabilidad

A diferencia de una bandeja para alimentos normal, las bandejas de calatea son biodegradables, ya que se desintegran en el agua, son compostables y libres de plásticos. De acuerdo con Rosalina, sus bandejas son capaces de convertirse en composta en apenas 6 meses, es decir, se degradan y prácticamente regresan al proceso de producción. 

Este es su valor más preciado, ya que, según un estudio de mercado hecho por Rosalina, los principales compradores son los mismos productores que envuelven el bocadillo veleño. En la región, 115 fábricas consumen alrededor de 70.000 bandejas de icopor al mes, por lo que la meta de Calatea es que al menos la mitad sea reemplazada por bandejas de bijao. 
Esto no solo cuida el medio ambiente, sino que preserva la tradición de seguir empacando el bocadillo y otros productos en bijao al permitir que el agricultor encuentre una salida para aprovechar esa alta cantidad de residuos.

Un producto innovador que conserva la tradición

Las bandejas de Calatea vienen en dos presentaciones. Las cuadradas son de 14 x 14 centímetros, mientras que las rectangulares son de 22 x 14 centímetros, manteniendo la forma tradicional de las bandejas de icopor.

Rosalina vio en la prohibición de los plásticos de un solo uso la oportunidad de innovar, y es así como en el 2023, en compañía de su hijo, empezó en forma el proceso de fabricación de las bandejas de Calatea con una inversión inicial de 20 millones de pesos. Con este capital inicial adquirió un molde, la prensa, adecuó una planta para la producción y compró mesones, ollas y todos aquellos implementos que requería para trabajar, logrando así una capacidad de producción de 1.500 bandejas por mes.

Rosalina espera aumentar su producción a 20.000 o 35.000 bandejas al mes, es decir, la mitad del consumo mensual del que se habló previamente. Para ello presentó su empresa al programa Fondo Emprender en el cual obtuvo una puntuación de 98.9 puntos sobre 100, estando a la espera de más recursos para ampliar la capacidad de producción, contratar personal, conseguir otra prensa y más moldes.

La ‘magia’ detrás de Calatea

Todo inicia con la limpieza y desinfección de las hojas secas de bijao. Luego se introducen en una máquina que actúa como una olla exprés gigante. Una vez están listas, las hojas tienen una condición blanda que permite licuarlas para que quede una mezcla homogénea.

Aquí es donde ocurre la ‘magia’, ya que cuando la fibra está licuada y lista, se le agrega un aglutinante. En él está la ciencia detrás de las bandejas de Calatea, ya que gracias a su fórmula estas logran una resistencia adecuada y no se producen hongos. Cuando esta mezcla de fibra y aglutinante está lista, se obtiene lo que Rosalina llama “una especie de sopa” para armar unas láminas de las que saldrán las bandejas. 

¡Esta lámina demora 72 horas en secarse! Tiempo que Rosalina quiere reducir a solo 48 para fabricar bandejas más rápido. Finalmente, cada una de estas láminas pasa por una prensa que tiene el molde que le da forma a la ‘bandejita’, la corta, sale ¡y listo! 

Las hojas que utiliza Calatea provienen de la asociación de mujeres campesinas Ecobijao Mujer Veleña, las cuales entregan a la empresa el bijao ya seco y listo para iniciar el proceso que acabamos de describir. Se estima que mensualmente se desechan unas 400 toneladas de bijao que pueden ser aprovechadas para este tipo de productos. En cuanto al nombre, su origen viene de Calathea lutea, nombre científico del bijao, y Green Solutions es para darle el toque ‘verde’ y proyección internacional a la empresa.

Ahora bien, la producción de las bandejas de Calatea representa un reto adicional: el cuidado del agua, uno de los insumos principales para garantizar la limpieza de la fibra. De acuerdo con Rosalina, es necesario trabajar en sistemas de filtrado y recirculación del agua para reducir el impacto que podría tener la industrialización de la producción de las bandejas.

Rosalina nos inspira a soñar

Rosalina se visualiza dentro de cinco años con una línea de producción de cinco o seis productos diferentes a las bandejas y que su comunidad la reconozca como una persona que le dio la mano a su gente para darle solución a la problemática del residuo del bijao. 

El camino no ha sido fácil. Más de 250 pruebas técnicas se realizaron antes de lograr la fórmula que hoy le da vida a Calatea. Ella agradece a sus padres haberle inculcado ese espíritu emprendedor desde temprana edad. “Yo creo que desde el principio sabía que esto era lo mío, el negocio que tengo es mío, yo misma monté mi espacio y todo” contó Rosalina.

“Ninguna idea es mala”

Para nuestra emprendedora, ninguna idea es mala. “Todas las ideas, de alguna manera se pueden sacar adelante, hay que planificar, proyectarse, cómo estás ahora, cómo te ves en tres años, en un año, para dónde vamos. Deben darle un valor agregado, un potencial a sus ideas con respecto a las que ya estén en el mercado” nos aconsejó Rosalina. 

Y tú, ¿qué idea tienes para hacer de tu comunidad y del planeta un lugar mejor?


Entrevistada: Rosalina Parra Gumzán
Creadora de Calatea Green Solutions
Escrito por: Santiago Albarracín Angarita

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