Alcanzar la máxima velocidad posible, en menos de cinco segundos. En eso pienso al ver un automóvil. A mí me han gustado los autos desde pequeño, verlos funcionar e incluso deslumbrarme con los cautivadores diseños de carrocería. Toda una industria de alto nivel de desarrollo que facilita nuestra movilidad día tras día, pero que ha dejado una huella medioambiental gigantesca por su uso descontrolado.
Tal es el caso de los neumáticos, uno de los componentes automovilísticos con una muy mala fama ¿Por qué? Su principal problema radica en que su caucho al desgastarse o incinerarse desprende pequeños polímeros plásticos o toxinas que pueden contaminar el agua, el aire y el suelo.
Es por eso que hoy hablaremos de cómo Revolución Urbana, una empresa colombiana que ha logrado rescatar llantas y neumáticos para lanzar líneas de moda de zapatos que al igual que los autos, mueven personas y circulan en un ciclo en el que evitemos la contaminación del planeta. ¡A rodar hacía la moda!
Una idea que rueda hacia la sostenibilidad
Camila Mossos es una joven bogotana que le gusta hacer deporte, le apasiona el arte, le cautiva la naturaleza y es afín al ambiente fiestero.
Ella nos contaba que su atracción por diseñar zapatos lindos y cómodos comenzó a sus cuatro añitos cuando usó los zapatos del uniforme del colegio por primera vez. ¡Qué dolor! Esa tarde no solo llegó a casa con los pies ampollados, sino con la intuición de lo que quería hacer con su vida.
A sus 10 años, comenzó a ser consciente de que la industria de la moda lastimaba mucho no sólo a los pies sino también al medio ambiente. Cuando llegó el instante de elegir una carrera, encontró en el diseño de modas y las artes visuales, el vehículo perfecto para conectar con las personas y encontrar opciones para ropa y accesorios más sostenibles.
Todas sus habilidades y su pasión fueron mucho más allá de la creación de prendas. Es por ello que se centró en aprender sobre marroquinería y zapatería mientras se educaba sobre economía circular. Reconectando una vez más con su sueño de niña: hacer zapatos.

Sus prototipos se enlazaron con la negación a usar materiales que no hayan cumplido un ciclo de reciclaje como mínimo. En esa afición por explorar con materiales poco convencionales, consiguió el primer neumático gracias a un amigo.
¿Y por qué usar un neumático? Imagina que las ruedas son los zapatos del coche y los neumáticos están en contacto permanente con el asfalto, lo que genera un continuo desgaste. Por lo tanto, deben ser muy resistentes a la abrasión, ser indeformables y, a su vez, ser capaces de adaptarse a cualquier superficie. Justo lo que le exigimos a las suelas de nuestros zapatos.

Precisamente por eso, Camila empezó a hacer pruebas de peso, durabilidad, impermeabilidad y resistencia del material. Después de algo de diseño y algunos problemas con el montaje, creó una plantilla de zapato para dar inicio a su primera línea de producción.
Además, inspirada en el clima de su ciudad natal y con el fin de que las personas puedan adaptarse a sus prendas, eligió hacer cómodas botas llenas de arte urbano.
Para hacerse de materia prima de manera constante, inicialmente indagaron por llantas y neumáticos en talleres, sin embargo, por la dificultad de estar continuamente buscando decidieron buscar un respaldo. Ese apoyo estuvo en la Secretaría de Ambiente de Bogotá donde los pusieron en contacto con acopiadores de llantas, para que les distribuyeran los neumáticos, los cuales muchas veces son utilizados para asfalto, empaques o directamente desecharlos… Una problemática ambiental de la que hablaremos luego.
Rescatado para lucir bien
Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, son cerca de 1 millón las llantas por año que se desechan en Colombia y no se utilizan, mientras que de acuerdo con cifras de la Unidad Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), el 28% de los residuos en los mares provienen de neumáticos. Al rescatarlos y convertirlos en nuevos productos se apoya al movimiento de servir a la economía sin descuidar el entorno. Ahí encaja esta revolución, en adaptar lo bonito a lo equilibrado y la economía circular (otra de las especialidades de Camila) es muestra de ello.
La empresa de Camila brinda trabajo a ciudadanos de la tercera edad que cumplen labores de zapatero y que sacan a relucir su experiencia haciendo realidad la política de diseños bonitos y funcionales. Tal y como lo son los autos que solían moverse sobre estos neumáticos.
Otro de los pilares humanos de la empresa, es la hermana de Camila, quien la apoya en la parte digital de la empresa y se asocian con un manager de redes sociales y artistas para darle una imagen llamativa a su emprendimiento.
Los diseños son escogidos por los artistas y la creatividad de la empresa se expande a otros accesorios, que puedan dar más apoyo a este tipo de manejo de residuos en la administración de empresas de moda. Y es que Revolución Urbana ha llegado hasta Suiza, Argentina e Italia, destinos que causan e infunden orgullo en Camila, pues esto demuestra que su emprendimiento ha tenido un alcance internacional merecido y acorde a la calidad de este.
Una vía para rodar hacia el resultado final
Tenemos un emprendimiento que aprovecha los conocimientos en economía circular para dar un segundo uso a las llantas usadas, pero exploremos el proceso que siguen estos productos.
La producción es a partir de moldes, algunas veces diseñados por artistas. Se trazan los modelos sobre neumáticos que son desinfectados previamente. Las piezas se cortan de forma manual, se pegan y luego se cosen con filamento usando una máquina para zapatería para continuar su montaje.
Al comienzo de la producción hubo problemas con el pegante que usaban, pero después de varios análisis perfeccionaron el proceso. Y ahora, raspan la pieza a trabajar y la calientan para después utilizar un pegamento especial que se acomode a los poros del neumático.
En el montaje del calzado se usa la parte metálica cuyo nombre en sí es “llanta” y se une con contrapesos para formar una lámina que se use como suela del zapato. El empacado es también a partir de tubos de cartón reutilizados y personalizado con elementos de la marca.

Camila insiste en aprovechar al máximo las piezas que reutiliza y obtener material para otras piezas, pues entre sus proyectos a futuro está la creación de una línea infantil, con la cual podría aprovechar el material de neumático y llanta que no alcance para una pieza de adulto.
Este emprendimiento cubre la necesidad de innovar con recursos que en un momento pueden verse como residuos, pero se pueden soñar de una manera diferente. Para hacer esto son claves los conocimientos que adquirió Camila y el trabajo en conjunto de los integrantes de su empresa, la cual ya tiene su propia fábrica en Bogotá.
En definitiva, esta iniciativa mejora el uso de las materias primas, mueve personas, circula empresas y nos permite confiar en rodar hacia un futuro ambientalmente más sostenible.
Entrevistada: Camila Mossos
Fundadora de Revolución Urbana
Escrito por: Santiago Camargo (Semillero ALUNA)
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