En busca del equilibrio de los vectores
Cuento basado en el artículo: “Güido, es la hora; Güido, es la hora de la Tierra; Güido, ¡es la hora de Energía Vectorial!”, diría el sabio Dr. Hudson
Escrito por Felkin Alejandro Aguilera Juspian
En un lejano planeta llamado Vectura, la energía tenía una peculiaridad única: se manifestaba en forma de vectores vivos. Estos vectores eran seres luminosos que recorrían el aire en enredados patrones, transmitiendo energía a todo lo que tocaban. La sociedad de este planeta había aprendido a vivir en armonía con estos seres, utilizando su energía vectorial para alimentar sus ciudades, comunicarse y mantener la vida en equilibrio.
En el corazón de Vectura, se encontraba la Gran Esfera, una estructura resplandeciente que generaba y regulaba la energía vectorial del planeta. Los habitantes de este mundo eran los guardianes de esta Esfera, asegurando su buen funcionamiento para el beneficio de todos. Cada familia tenía la responsabilidad de cuidar una parte de la Esfera, transmitiendo el conocimiento y la tarea de generación de energía desde innumerables años atrás.
En este planeta, seguimos la historia de Aria, una joven curiosa y apasionada por los vectores. Su abuelo, quien había sido un respetado guardián de la Gran Esfera, la había introducido al mundo de la energía vectorial desde una edad temprana. Aria pasaba horas observando los patrones luminosos de los vectores. “Desearía poder comprender su lenguaje y algún día influir en sus danzas vectoriales”, reflexionó Aria.
Un día, mientras exploraba los alrededores de la Gran Esfera, Aria descubrió un conjunto de vectores inusuales. Brillaban con una intensidad desconocida y parecían estar fuera de control, zigzagueando sin rumbo fijo en todas direcciones. “Algo no está bien. No es normal que brillen de esta manera”, expresó Aria, preocupada.
Ella sabía que debía actuar rápidamente. Se sumergió en sus estudios, revisando antiguos textos y consultando a los ancianos de su comunidad en busca de respuestas. Descubrió que la energía vectorial era sensible a las emociones y a los desequilibrios en la naturaleza. Al parecer, algún conflicto sin resolver o una perturbación ambiental afectaba a estos rebeldes vectores. Con motivación y sin cobardía, Aria emprendió un viaje para encontrar la fuente de este conflicto y restaurar el equilibrio. Viajó por prados luminosos, atravesó bosques de vectores danzantes y escaló montañas de energía resplandeciente. En su camino, conoció a otros seres que también buscaban la armonía con la energía vectorial y que al igual que ella, querían proteger su planeta.
Finalmente, llegó a un valle donde los vectores parecían reunirse en un ambiente caótico. Allí, descubrió un antiguo templo que resonaba con una energía fuera de lo común. Al entrar, se encontró con un viejo ser que expresaba una luz triste y desesperada. – He sido guardián de la gran esfera por demasiadas generaciones, pero yo soy el culpable del desequilibrio de la energía que afecta a Vectura en estos momentos. – Reveló el ser viejo y misterioso.
Con compasión, Aria escuchó la historia del guardián y comprendió que el perdón y la reconciliación eran esenciales para restaurar el equilibrio. A través de conversaciones y rituales, ayudó al antiguo guardián a liberar la carga emocional que había mantenido durante tanto tiempo. A medida que el guardián se perdonaba a sí mismo y sanaba su pasado, los vectores en el valle comenzaron a calmarse y a bailar en patrones de luz como lo hacían habitualmente. – ¡No puedo creerlo!, de verdad está funcionando, he salvado la energía vectorial de toda Vectura. – Expresó Aria alegremente.
La noticia de la hazaña de Aria se extendió por todo Vectura, y su valiente búsqueda de equilibrio se convirtió en una inspiración para todos. Los habitantes de este planeta aprendieron la importancia de mantener la paz interior y la armonía con la naturaleza para garantizar el flujo constante de energía vectorial.
Con el tiempo, Aria se convirtió en una respetada guardiana de la Gran Esfera, compartiendo su sabiduría con las futuras generaciones. Vectura floreció en una era de paz y prosperidad, recordando siempre que la energía vectorial no solo era un recurso valioso, sino también una conexión vital entre todos los seres vivos y su mundo luminoso.
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Cuento escrito por: Felkin Alejandro Aguilera Juspian, 9ºB, Escuela Normal Superior Antonia Santos, Puente Nacional.
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