Un lugar salvado del borde del cristal

Hace no mucho tiempo, en un pequeño pueblo llamado Underwer, habitaba una comunidad de animales de diversas especies, todos unidos bajo el gobierno del rey puma Lino. Cada año, la transición del invierno al verano solía traer alegría, pero esta vez, puso a todos en condiciones difíciles. Durante el invierno y las estaciones anteriores, no se habían percatado de que habían malgastado y contaminado su fuente de agua.

Ante esta situación, el alcalde pensó duramente durante tres noches, y caminando en su casa de lado a lado. Al cuarto día, finalmente, se le ocurrió la maravillosa idea de reunir a todo el pueblo para dar el siguiente comunicado:

– Es mi deber informarles que nuestro hogar está a punto de convertirse en un lugar seco en cuestión de meses, o quizás incluso menos. Debemos tomar medidas de inmediato – anunció Lino con preocupación.

Los animales, desconcertados y angustiados, no entendían del todo la magnitud del problema, y un silencio sepulcral envolvió al pueblo. El alcalde continuó:

– Nos estamos quedando sin agua, y nuestras reservas se agotan. Los invito a todos a que colaboren en la búsqueda de una solución, porque si no lo hacemos, Underwer dejará de existir.

A pesar de lo aterrador de sus palabras, en un rincón de la sala se encontraba Jonathan, un pequeño ratón que sintió la urgencia de proponer una solución para ayudar al pueblo. Después de investigar, Jonathan descubrió que la causa principal de la crisis residía en los hogares, donde cada gota desperdiciada afectaba a todos.

Tras un duro trabajo, el ratón, diseñó un sistema especial para disminuir el desperdicio del agua. Este iría ubicado en la salida de cada tubería, y su diseño no afectaría a la casa. Además, se aseguró de que su invención fuera respetuosa con el medio ambiente y la llamó “AQUA SAVERS”.

Días después, el ratón presentó su proyecto al alcalde, y después de una semana de pruebas en la mayoría de las casas, quedó demostrado que reducía significativamente el desperdicio de agua. Lino, agradecido y saltando en una pata de la felicidad con lo sucedido, envió a una familia de conejos, liebres, osos y leones a llevar este gran invento a pueblos cercanos para evitar que enfrentaran la misma crisis que ellos, un evento al que llamaron “Día Cero”. Sin embargo, recalcaron que el dispositivo requería el compromiso de todos para funcionar, valorando cada gota de agua, por pequeña que sea, porque además de una responsabilidad es un compromiso.
Del mismo modo, otras personas del pueblo se inspiraron y se dedicaron a diseñar artefactos y sistemas para proteger los recursos de Underwer. Así nació la empresa “H2O y vida”. Aunque no es fácil combatir estos problemas, seguirán adelante, aunque esto tomase mucho tiempo. Su objetivo era convertirse en un ejemplo mundial, impactando positivamente tanto en el medio ambiente como en la vida de las personas.

Seamos como los habitantes de Underwer, ya es hora de comprometernos a cuidar el agua potable.