Clara y los vinagres de la abuela
Este cuento está basado en el artículo A los 74 años revolucionó el mercado con vinagres naturales: Conoce a LaChila
Clara tenía ocho años, vivía con sus papás, su abuela y su gato negro en una casita en el pueblo. Clara y su abuela Rosa eran inseparables, siempre hacían todo juntas. Mientras sus papás trabajaban fuera de casa, la abuela pasaba sus días en ella, donde tenía un pasatiempo muy especial que nadie sabía.
Un día, Clara estaba buscando a su abuela por toda la casa. La llamó en la cocina, la sala, y hasta en el jardín, pero no la encontró. Preocupada, decidió mirar en el garaje. Al llegar vio que su gato entró aprovechando que la puerta estaba entreabierta, así que Clara decidió seguirlo. ¡Quedó asombrada! Frente a ella había un montón de escaparates llenos de botellas y tarros de colores brillantes.
Clara empezó a caminar lentamente mientras observaba las maravillas que tenía su abuela, cuando de pronto ¡CRASH!, el gato curioso había roto una de las botellas vacías al subirse a un escaparate. Clara, asustada, no sabía qué hacer. Entonces, escuchó una voz que venía de afuera. “¿Clara? ¿Eres tú?”. Era su abuela.
Presa del pánico, Clara respondió:
- “S-s-sí, aquí estoy”.
Su abuela entró y vio a Clara y al gato, ambos asustados, como si hubieran visto a un fantasma.
- “¿Estás bien?”, preguntó la abuela.
Clara asintió con la cabeza y le contó lo que había pasado.
- “No te preocupeeees, Clarita, los accidentes pasan, es más, ¿quieres ver qué es lo que hago aquí?”
Clara, bastante emocionada y ya sin susto, aceptó. Al principio no entendía cómo es que una mezcla de frutas frescas, hierbas y flores podía tener alguna utilidad, pero luego comprendió que esa extraña mezcla era la creación de un vinagre único y especial.
- “Abue … ¡eres una genio de verdad verdad!”, dijo Clarita muy asombrada.
Rosa, agradeció las palabras, pero con una lágrima en su cara respondió:
- “En mi tiempo, no era posible soñar”. Con esta frase todos salieron de aquel cuarto y el silencio reinó entre ellas.
Clara no entendía cómo es que una persona así era ignorada por los demás. Sin perder el tiempo, se puso manos a la obra. Les dijo a sus papás sobre el talento de la abuela Rosa y cómo hacía sus productos con tanto amor y dedicación. No era un simple pasatiempo sino una gran pasión.
Así, los padres de Clara valoraron el arte de la abuela y tomaron una gran decisión: abrir la primera tienda de vinagres y jugos naturales. Clara se encargó de decorar la tienda con dibujos de frutas y flores, la abuela se encargó de enseñarles a todos cómo hacer los vinagres y los padres a promocionar la idea por toda la región.
La gente venía de todas partes para probar los deliciosos vinagres y jugos. Clara se sentía muy feliz de haber compartido el talento de su abuela con el mundo.
Y así, la familia no solo descubrió la magia de los vinagres, sino también la importancia de cuidar el medio ambiente, usando solo frutas frescas y naturales, sin desperdiciar nada.
Clara aprendió que, con amor y dedicación, incluso las cosas más simples pueden convertirse en algo maravilloso.
FIN.
Información del cuento
Este cuento fue escrito por Jenny Karina Bayona Gómez.
Imagen de portada generada con ayuda de Canva AI.
Actividad para colegios ALUNA
¡Hola! Para acceder a las actividades ALUNA debes iniciar sesión con tu cuenta. Loguéate e inténtalo nuevamente.